Los propósitos del 2013


Parece un poco tarde para meditar, mencionar y escribir propósitos de nuevo año, incluso cuando mi intención no era hacerlo, pero esas maripositas revoloteaban sobre mi cabeza y el ruido de las alas me provocaban remordimientos, pesaba esa carga en mi conciencia.
La verdad es que la retahíla de propósitos manidos de siempre no me inspiraba. Mucho menos la idea de comenzarlos porque está comenzando el año y para Semana Santa ya se me ha olvidado y por el mismo remordimiento, dos meses después buscar la lista que hice la noche vieja y recordarlos.


Bajar de peso (lo cual debo hacer pero no por las mismas razones), capacitarme sobre todo para tratar de alcanzar una mejor posición o un empleo mejor en otro lugar, viajar (eso podría repetirse), turismo interno?, compartir mas?, etc. Quizás debería sacarse copia a la lista del año anterior, cambiar la fecha, algo por aquí , otro tanto del otro lado y listo.



Me niego. Me parece antichévere, poco divertido y nada creativo que siempre repitamos los mismos propósitos.



Además, esa lista que implica un monto, normalmente considerable, que debe ser erogado, implica también una dificultad, especialmente en tiempos de austeridad como el que de manera involuntaria estamos atravesando y que progresivamente se hace mas y mas difícil.
Y hoy, no se si por gracia divina de la Señora patrona de este pueblo, o por el ejercicio especial de meditación que vengo realizando desde que inició este 2013, el cual aparentemente tenía un propósito   pero ha ido ampliando mis perspectivas hacia otras intenciones y que tenía como tiempo límite justo el día de hoy. Y lo he visto con mayor definición, tengo nuevos propósitos, parecen viejos, pero son diferentes.



Quiero seguir regando mis plantas cada mañana, o en las noches, sin horario obligado, tal y como lo hago, pero no de manera automática, sino con un sentido especial.  Quiero llenar mi terraza de hojas verdes y flores multicolores, me conecta, con mi interior y con el universo, me llena de esperanzas, me motiva a envolver en luz todo lo que me rodea. En términos realistas implica que debo comprar mas tarros, mas plantas, mas flores, pero es un gasto que bien programado y en algunos casos pidiendo colaboración, no afecta de manera apabullante el presupuesto.



Nuevamente voy a pedir una bendición especial por mi hermano, que tuvo la visión de regalarme por mi cumpleaños un nuevo equipo de sonido, justo lo que necesito, ni mas ni menos. La alegría serena que me provoca seleccionar lo que me gusta oír no tiene palabras, entonces, después de haber pasado meses en silencio, recupero mi espacio con la música, mi conexión. Volviendo a lo básico y como me gusta muy poco "bajar" música por internet, una pequeña cuota de 10 o 15 dólares al mes o cada dos meses, para adquirir lo que me gusta no representa una carga, digo yo.



Tengo un blog, aquí donde escribo porque me gusta hacerlo, pero le doy poco calor y eso que es gratuito. Me propongo contar mas cosas, por lo menos una vez al mes (y sé muy bien que podrían ser mas veces) y compartir con mi pequeño y exquisito público algunas de esas mariposas que me revolotean en el pecho. Presupuesto cero, solo tiempo e inspiración. Esperemos que sea pan comido.



Hablando de comida, una pasión, no por los sabores que por supuesto llenan el espíritu de alegrías, sino por la inspiración de prepararla.  Lamentablemente el sentido común y el presupuesto quincenal no me permiten sobrepasar los cálculos como para que con frecuencia pueda deleitar a algunos de los comensales que siempre están en la disposición de probar casi todo lo que puedo crear con mis manos (excepto en casos específicos el risotto y sus variedades).



Ahí no hay mucho que pueda hacer. En todo caso seguiré experimentando aquello de elevar a gourmet lo simple y económico, además de que me gustaría hacer algunos cursos. La idea es seguir conectada con mi lado culinario, la pasión por la cocina.



Otra cosa que me gusta hacer, quizás pocos lo saben, es pintar. Y algo empezaré a hacer, en algún momento. Un propósito que busca expresar mi interior pero sin obligación, además sin la certeza de que quedará bien, pero con la idea de descubrir hasta donde puedo llegar.



Quisiera poder escribir que pretendo caminar mas por el malecón, pero abunda la inseguridad y no me voy a poner a disposición de los peligros. Ocasionalmente trataré de dar algún paseo y respirar el salado del mar un poco mas de cerca.



Me gustaría pasear también con mis hijos, pero ese es un propósito que implica a otros y no debo disponer del tiempo o los deseos de los demás. Además sus personalidades son diferentes y conciliar entre ellos es un poco mas complicado, sin mencionar que a mi misma hay que empujarme para salir del Palacio. Pero lo tendré presente durante el año, por supuesto, cuando las condiciones lo permitan.



Hay otras ideas de cosas que puedo hacer este año, pero que no me voy a comprometer ni conmigo misma ni publicándolas. Buenas intenciones, lo aseguro.



Son propósitos simples, cotidianos, que podrían considerarse parte de la rutina, pero que se escapan con facilidad.



Tengo intenciones nuevas y otras renovadas para este nuevo año.

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