No me leas, no me sigas, sólo háblame de ti, sólo cuéntame de las gentes
que te rodean, invéntame historias como en las novelas que me gusta leer,
detállame los espacios, las calles por las que cruzas, el mercado en el que te
detienes, los escalones que hay en tu casa.
Píntame otro universo.
Yo tengo
muchos colores guardados pero la musa se ha ido de mi, quizás está en ti.
Se va
aprendiendo en el camino que muchas cosas no las podemos cambiar, por lo menos
no solos, y aún fuésemos muchos termina siendo un conglomerado de ideas
diferentes, nunca tampoco estaremos seguros de que realmente todos tendremos
los mismos intereses, las mismas ideas y las mismas intenciones. Es lamentable
porque el cambio que esperamos se pierde. Pero y qué tal si el cambio comienza
por uno mismo? Uno a la vez.