TRABAJEMOS POR UN MEJOR AÑO
Y llegan los días en que nuestros pensamientos van dirigidos a todos esos propósitos que queremos plantearnos y que trataremos de alcanzar para el siguiente año.
Y con mucho mayor anhelo que ese momento en que los niños preparan sus listas de deseos y piden regalos, ya sea a Santa Claus o por el nacimiento de Jesús, los adultos nos saturamos también de deseos, de conquistas no logradas y relegadas al próximo año, de intenciones compartidas e individuales.
Viene el momento de los rituales, las intenciones, de atragantarse con doce uvas al instante de las doce de la noche, acto que en realidad nos trae más la preocupación de la jartura que nos vamos a dar que de las cosas que queremos pedir o lograr, el sobre rojo, la maleta. De escribir aquello que pudo haber sido negativo durante el año que termina para quemarlo y reescribir una aparentemente nueva historia, o quizás si, quizás el propósito de un cambio sea la brújula que marque la nueva dirección de los pasos a seguir.
Yo he escrito en otras ocasiones sobre estos deseos y propósitos para el siguiente año. Sobre cosas que me he decidido a lograr en este corto plazo y que al final no he conseguido, pero puedo dar testimonio de que en sucesivos períodos he conquistado alguno de ellos y a veces sin darme cuenta.
Esta vez no quiero escribir sobre lo que quiero hacer el próximo año. No voy a decir que no tendré mi lista en el corazón, pero no voy a poner mis energías en ella. Simplemente voy a seguir la dirección de aquello que me hace sentir bien, de lo que me gusta hacer, de lo que me produce placer. Muy seguramente eso me llevará por caminos que llevan al éxito, por metas que es posible que no tuviera claras y que luego van tomando forma.
Una vez, y también para estas fechas eso fue lo que escribí, VOY A FLUIR.
(💭 Me doy cuenta que sin proponermelo estoy reescribiendo antiguos deseos)
La diferencia: voy a fluir sin propósito establecido, solo con la intención de hacer y disfrutar lo que me guste. (ya estoy fallando al discurso, estoy escribiendo lo que quiero hacer para el nuevo año😕)
Mejor cambiamos el tema. Vamos a brindar por los días que quedan, para cerrar un año de confusiones, revelaciones, de sueños y despertares, de consolidaciones, frustraciones, limitaciones, cambios, todas estas situaciones que nos hacen pensar en lo negativo pero que yo los veo como parte del proceso de crecimiento y aprendizaje, de buenas lecciones. Vamos a brindar por las alegrias y las risas, por los abrazos, por la mano amiga, por el pan compartido, por los esfuerzos y los logros alcanzados a partir de esos sacrificios, por los desengaños que nos hacen valorar mejor lo realmente bueno en nuestras vidas y de la gente que nos rodea, por las lecciones que nos dan aquellos que no queremos cerca, porque nos enseñan lo que es bueno o no para uno mismo.
Vamos a brindar por corazones solidarios, por amar sin reclamar, por entender sin juzgar.
Expresemos nuestros deseos, nuestros sentimientos siempre que no le hagan daño a los demás ni a nosotros mismos.
Vamos a evitar las conjeturas, las suposiciones, vamos a probar la idea de estar en el zapato del otro y entender sus acciones, que no significa asumirlas como tal. Pongamos un freno al incensante interés de querer convencer al otro de nuestros puntos de vista, cada cual tiene su propio cristal con el cual iluminar su camino y qué bueno que algunos cristales tengan el mismo brillo y la misma claridad que el nuestro. La misión de cada ser humano es diferente, no podemos esperar que todos tengamos la misma visión y modo de realizar las cosas, vamos a respetar ese hecho.
Espero que todo aquel que ha tocado mi vida en algún momento del camino reciba salud, este es mi deseo e intención. Lo demás es una conquista personal de cada uno.
Trabajemos por un mejor año.
Y con mucho mayor anhelo que ese momento en que los niños preparan sus listas de deseos y piden regalos, ya sea a Santa Claus o por el nacimiento de Jesús, los adultos nos saturamos también de deseos, de conquistas no logradas y relegadas al próximo año, de intenciones compartidas e individuales.
Viene el momento de los rituales, las intenciones, de atragantarse con doce uvas al instante de las doce de la noche, acto que en realidad nos trae más la preocupación de la jartura que nos vamos a dar que de las cosas que queremos pedir o lograr, el sobre rojo, la maleta. De escribir aquello que pudo haber sido negativo durante el año que termina para quemarlo y reescribir una aparentemente nueva historia, o quizás si, quizás el propósito de un cambio sea la brújula que marque la nueva dirección de los pasos a seguir.
Yo he escrito en otras ocasiones sobre estos deseos y propósitos para el siguiente año. Sobre cosas que me he decidido a lograr en este corto plazo y que al final no he conseguido, pero puedo dar testimonio de que en sucesivos períodos he conquistado alguno de ellos y a veces sin darme cuenta.
Esta vez no quiero escribir sobre lo que quiero hacer el próximo año. No voy a decir que no tendré mi lista en el corazón, pero no voy a poner mis energías en ella. Simplemente voy a seguir la dirección de aquello que me hace sentir bien, de lo que me gusta hacer, de lo que me produce placer. Muy seguramente eso me llevará por caminos que llevan al éxito, por metas que es posible que no tuviera claras y que luego van tomando forma.
Una vez, y también para estas fechas eso fue lo que escribí, VOY A FLUIR.
(💭 Me doy cuenta que sin proponermelo estoy reescribiendo antiguos deseos)
La diferencia: voy a fluir sin propósito establecido, solo con la intención de hacer y disfrutar lo que me guste. (ya estoy fallando al discurso, estoy escribiendo lo que quiero hacer para el nuevo año😕)
Mejor cambiamos el tema. Vamos a brindar por los días que quedan, para cerrar un año de confusiones, revelaciones, de sueños y despertares, de consolidaciones, frustraciones, limitaciones, cambios, todas estas situaciones que nos hacen pensar en lo negativo pero que yo los veo como parte del proceso de crecimiento y aprendizaje, de buenas lecciones. Vamos a brindar por las alegrias y las risas, por los abrazos, por la mano amiga, por el pan compartido, por los esfuerzos y los logros alcanzados a partir de esos sacrificios, por los desengaños que nos hacen valorar mejor lo realmente bueno en nuestras vidas y de la gente que nos rodea, por las lecciones que nos dan aquellos que no queremos cerca, porque nos enseñan lo que es bueno o no para uno mismo.
Vamos a brindar por corazones solidarios, por amar sin reclamar, por entender sin juzgar.
Expresemos nuestros deseos, nuestros sentimientos siempre que no le hagan daño a los demás ni a nosotros mismos.
Vamos a evitar las conjeturas, las suposiciones, vamos a probar la idea de estar en el zapato del otro y entender sus acciones, que no significa asumirlas como tal. Pongamos un freno al incensante interés de querer convencer al otro de nuestros puntos de vista, cada cual tiene su propio cristal con el cual iluminar su camino y qué bueno que algunos cristales tengan el mismo brillo y la misma claridad que el nuestro. La misión de cada ser humano es diferente, no podemos esperar que todos tengamos la misma visión y modo de realizar las cosas, vamos a respetar ese hecho.
Espero que todo aquel que ha tocado mi vida en algún momento del camino reciba salud, este es mi deseo e intención. Lo demás es una conquista personal de cada uno.
Trabajemos por un mejor año.
Fluir, respetar lo que no podemos ni debemos cambiar, respetar cuando los designios nos traen lo contrario a lo que esperábamos sucediera, vivir y agradecer todo lo que nos pasa, mil por mil de acuerdo contigo...
ResponderBorrarRespetar el criterio del otro para que este mundo sea como es. Excelente!!!!
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