Garabateando poesía
Que distante está el diciembre pasado que nos pone a hacer promesas para un nuevo año. Pero qué cercano está el siguiente diciembre que nos invita a reinventarnos.
Este es el período en donde mi
amiga instala su arbolito, con mucho tiempo de anticipación, para poder
disfrutarlo después del ajetreo que le produce.
Es el instante donde los minutos
del amanecer comienzan a ser un poco más lentos y el sol coquetea con la noche
para salir más tarde, más perezoso, más soñador, más colorido.
Si cada instante de mi vida me
tomo la concentración de saborear el café, cuando empieza el conteo regresivo
de los días finales se hace más pertinente detenerme en ese momento, detener el
convulsionado movimiento de la mente para disfrutar la magia del líquido negro.
Y saboreando un aromático café se
me ocurrió garabatear algunas líneas que pintan a poesía.
Suspiro el aroma de café
¿Se detiene el reloj?
Tengo en mis manos el instante para soñar
El resplandor del atardecer que espero.
Y me pregunto:
¿Con cuáles cintas se entrelaza mi alegría?
Busco paz. Suena cliché.
Busco vivir.
Sin más preocupación que la del día,
Hacer planes para esta noche
con la certeza de que siempre habrá forma
de resolver lo de mañana,
cuando amanezca.
Con la compañía perfecta
Aquella que además puede ser imperfecta
y hacerme feliz.
No con la felicidad del otro
sino con los detalles que llenan cada momento de mi
vida:
Saborear la cama por horas,
sin prisa,
sin otro motivo que estar.
Que mis pasos vuelen tras el aroma del café
respirarlo, suspirarlo y luego saborearlo.
Llenar de flores mis jarrones
y contemplar la belleza del colorido.
Atrapar un hermoso atardecer en una foto
y compartir la maravilla del universo.
Un beso de mis hijos y el pan caliente en la mesa.
Qué más puedo esperar para ser feliz!
No lo voy a comentar.
ResponderBorrarLo siento.
Lo volveré a leer para volver a disfrutarlo.
Good
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