
Eso conlleva a que se pierda el deseo de estar dentro de la cocina y probar recetas o inventar delicias.
Y hay que hacerle frente, especialmente a la hora de preparar almuerzo.
Para motivarme comencé preparando un aperitivo refrescante, un martini rosso con limón y hielo.
ahhh!!! Ya se siente mejor.

Y se me ocurrió una ensalada ligera, muy común, de lechuga dulce con queso manchego, esta vez sin frutas, pero con un aderezo dulce de salsa de soya, aceite de oliva aderezado con ajo y miel de abeja.
Para darle el toque crujiente le he agregado cebolla frita de la que venden ya lista en Ikea. El mejor invento de los suecos.

Pueden verla en mi pinterest, sin embargo hay que hacerle algunas modificaciones. Le puse aceite de canola en vez de aceite de oliva y me parecía que con sólo tres cucharadas de agua quedaba muy seco, por lo que le agregué tres más, hasta que sentí la masa más cremosa, además de agregarle algunas uvas pasas. Tampoco completé el minuto y 40 segundos que recomienda, me quedé con un minuto y 25 segundos, pero eso depende del microondas.
El resultado fue excelente. Lamentablemente (o mejor así) no tenía un rico helado para agregarle, pero estuvo muy bien.
Y no estuve tanto rato en la cocina.
Ohhhh, se me hizo agua la boca.
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