Dame tu mano

Misteriosas.  Indispensables.  Ignoradas a veces y siempre necesarias.

Quiero expresar un tributo a las manos.

Debo iniciar mencionando las manos más puras, las que convirtieron el agua en vino, de aquel que nos trajo vida, esperanza, luz, camino. ¿Acaso sabes cómo eran esas manos? ¿Grandes, pequeñas, o quizás rudas?

Manos sutiles. Manos que escriben versos, que moldean figuras, que bendicen el pan.

Como para ser mencionadas en una canción y así lo diría Pablo Milanés: ¨...tus manos no son hermosas, no veo estilo en sus dedos, pero que humano reposan, si se enredan en tu pelo..¨. 

Objetos de adorno. Accesorios.  Manos que se agitan, que saludan, de reinas, de primeras damas, llenas de amor, llenas de dolor.

Quiero amar las manos que crean sueños, que dibujan en papel, tela, piedra, paredes o cualquier cosa que se deje acariciar, creando ilusiones, espuma y color, sinrazones con mirada sonriente y de locura, con aliento de pasión, con esquemas sin sentido.

Las manos gruesas de un percusionista o las manos finas de un pianista, aquellos que llenan mis oídos de sueños; o quizás las de un sembrador que pone el pan en mi mesa.

Manos que hacen magia en la cocina, sujetan, pican, mueven, desmoronan e inventan brebajes cargados de amor, para llenar el cuerpo y el espíritu. Basta la intención, dos o tres vueltas de muñeca, una varita y convierten cualquier ingrediente en una poción mágica que podría aprobar la misma Laura Esquivel, como si fuera ¨agua para chocolate¨.

Pero también están las manos violentas, que hieren, que pegan, que dañan la vida y acaban existencias, crean traumas y dolor.  No. con esas no me quiero quedar.

Quiero pensar, más bien, en manos que construyen, que colocan ladrillo a ladrillo las bases de un hogar, de un lugar que ofrece refugio y seguridad.

Manos que acarician, que sanan, que además no necesitan más medicina porque ellas son la propia cura para los mayores dolores. Basta sentir la tibieza, no la suavidad, solo el calor, y se liberan las preocupaciones.

Manos que llenan de placer, que calman ansias, calores en otras partes, anhelos, latidos galopantes que buscan el éxtasis, la mirada de Dios.

Las pequeñas manos de un niño, inocentes, juguetonas; las manos gastadas y protectoras de mi madre, luchadora, entregada.

La fuerza, la vida, el apoyo y la certeza de unas manos que no vemos, pero sabemos que sujetan y sostienen, las manos poderosas del Amado Padre, Dios.



Comentarios

  1. Que decir...uf, genial. Otorgada esta en toda su plenitud "el elogio de las manos". Y como bien lo describe la escritora, esas manos prodigiosas que no solo brindan cariño sino, que siembran, sueñan y dibujan en nuestra vida el moderado ambiente de la ternura. Yo estaba ahí, frente al mar a las agitadas olas de la playa de "Palenque" allí brotó ese "Elogio a las manos" como lo he titulado yo, que es todo un poema de manos conjugadas. Mis felicitaciones...si señor.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Me gusta eso de ¨poema de manos conjugadas¨ y me alegra compartir contigo esas inspiraciones.

      Borrar
  2. Bella forma de describir el uso de las manos.
    Me encanta como escribes...
    Que tal si un día te inspiras en los piés?..😀

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Mi prima bella @loramarthaperez, me encanta que te encante. Ya veremos que inspiran las musas para los pies.

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas populares