Órale Manito, te cuento una historia

Ya sea que tengas que trabajar o simplemente has planificado unas vacaciones que implican tomar un avión y elevarse a las alturas, cuando estás suspendido en las nubes se produce una conexión con lo sublime, con lo diferente, lo cual puede ser divertido de cualquier manera posible que sea visto.

Recientemente tuve la oportunidad de estar entre las nubes y no precisamente en sueños.

Visité la ciudad de México y como de eso trata, de contar lo último que hemos visto o disfrutado, de aquello que queremos compartir y lo tenemos en la punta de la lengua, les voy a hablar de mi experiencia, de mi peculiar punto de vista de las cosas.

El viaje no era de paseo, con lo cual mis posibilidades estuvieron limitadas, sin embargo no dejé pasar el momento disponible. Siempre hay temores e inseguridades, las que llevamos por dentro cuando estamos en un lugar desconocido y las que se suman por las condiciones que puede tener el sitio visitado, pero entrados en algo de confianza y caminando acompañados, el paseo se torna más divertido. 

Tal y como lo esperaba, Ciudad de México es maravillosa.   

Es un contraste entre lo folclórico, lo antiguo, tomando en cuenta la edad de Latinoamérica y las huellas de lo actual, un paso adelante caminando hacia lo moderno. Una transición tanto en las calles, edificios, arquitectura, como en la gente.  Por ratos me sentía como aquella foto de una página de turismo en Instagram, en donde la chica va delante, se ve de frente el hermoso paisaje que se quiere destacar, y su brazo extendido hacia atrás, agarrando la mano del fotógrafo. Voy hacia adelante sin soltarme de quien viene conmigo detrás.    

Me encantan los edificios antiguos, las fachadas talladas, los detalles arquitectónicos que van reflejando épocas, momentos específicos de la historia, sabores y saberes, etc, y en México eso abunda, además del colorido, de las historias y leyendas de un pueblo indígena, de culturas que transitan entre lo mitológico que se sostiene por la transmisión de boca en boca y las huellas de monumentos y tallados que despiertan reverencias por lo sublime, inexplicable a veces, increíbles por maravilloso siempre.

Me resultó contrastante el alto número de limpiabotas, todos hombres adultos, en la plaza frente al Teatro.  Pude contar en un corto momento más de tres grupos, de 6 a 8 personas, tan solo en media cuadra de la plaza y tomando en cuenta que el uso de los tenis ha ido subiendo de nivel inclusive en ocasiones semi-formales, me parece que el negocio puede resultar menos productivo que antes.

Hice una caminata muy agradable hacia la Plaza de la Constitución, conocido como el Zócalo, entre tiendas internacionales y de artesanías locales, pero al llegar a la plaza no esperaba encontrar esta inmensa carpa en el medio, donde se preparaba y vendía comida, además de artesanías y productos locales. En principio fue muy chévere ver todo lo que se producía o cómo lo preparaban, pero al dar una vuelta por la plaza, tener en frente al Palacio Nacional, la Catedral y otros edificios antiguos, sentí que se perdía el esplendor, la visibilidad de todos esos edificios, con ese espacio ocupado en el medio.

Luego me fui en un tour hacia la Basílica de Guadalupe. Quedé fascinada con el camino hacia la iglesia, con la localidad, con la iglesia antigua que es llamada Templo Expiatorio a Cristo Rey y la actual Basílica de Guadalupe, con todo el entorno.  Se siente el fervor, se siente la emoción, se escuchan historias. La iglesia antigua tiene ese desnivel que produce una sensación de mareo y hace que uno reflexione, buscando encontrar equilibrio, sostenerse de la fe.  Está llena de hermoso arte, órganos antiguos que evocan música celestial, de esculturas y pinturas que reflejan una historia más cercana, de nuestra gente, de nuestro idioma. 

Me hice la pregunta que de seguro tienen en la mente muchos de los turistas que llegan hasta ahí: ¿Por qué hay tantas zapaterías en los alrededores? y luego escuché un guía turístico de un grupo cercano a donde me encontraba, explicando que en tiempos antiguos la gente hacía peregrinación en caminatas hacia la basílica y al llegar tenían los zapatos desgastados, entonces muchos artesanos empezaron a instalarse en los alrededores para poder confeccionar zapatillas a solicitud. 

Tuve la oportunidad de dar un paseo por la zona moderna, el centro económico, y ahí es donde el contraste camina un paso adelante, porque realmente tienen edificios y espacios que están muy avanzados, estructuras con diseños muy vanguardistas.

De la comida no es necesario dar mucho detalle, México cuenta con una gastronomía que es única en el mundo y es un sello distintivo, y aunque a veces parece que todo es lo mismo aunque con diferente presentación, tiene mucho sabor y colorido y es una experiencia diferente a lo que podríamos tener oportunidad de disfrutar fuera del país.  Lo verdaderamente interesante es poder hacer contraste entre la comida de calle y la de los lugares para comer, tanto en términos de la gente como de las preparaciones y los sabores, es una experiencia que vale la pena probar, siempre procurando visitar lugares con niveles de higiene adecuados y tomando las precauciones a la hora de ingerir los alimentos. No se olvide que si no lo pregunta, es posible que tenga picante, y mucho, no importa si lo que esté probando es dulce, salado e incluso bebida.

Necesitaré unos cuantos capítulos adicionales para contar, desde mi análisis personal, mi visión de los lugares que pude visitar en esta maravillosa ciudad. También espero seguir visitando otras ciudades y hasta tener un portafolio donde pueda compartir mi peculiar punto de vista. Me agradaría leer recomendaciones de algunos lugares donde podría encontrar detalles espectaculares para compartir.



Comentarios

  1. Waoo me quedé con deseos de seguir leyéndote, me transporte

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  2. Da deseos de dar una vueltita por México. Gracias por enrolarme con tu visión!!!!

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  3. México, mi México querido, hace muchos años lo visité y es uno de los tantos países que tengo en mi lista de volver a visitar, no solo por su extensión territorial que es inmensa, sino porque me fascinó ver un país que aún tiene muy presente sus raises, cuanta cultura tienen sus pueblos y su gente. Esa transculturación que viven otros países incluyendo el nuestro, allá no lo vi tan marcado, ellos se siente tan orgullosa de sus raíces.
    Sin contar los maravillosos que es visitar sus ruinas, la energía que se sienten al visitar la ciudad Maya Chichén Itzá es algo mágico.
    En resumen AME México, un país que recomiendo 100% visitar y al que volvería mil veces más.

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  4. Buenísimo, mientras más leía más me transportaba a México, es una ciudad rica de cultura y colorido. 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼

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  5. Gracias por ponerme a viajar
    Contigo en tus experiencias por
    México muy interesante, siempre
    Digo que cuando me toque viajar
    Ese es el pais que me gustaría ir

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