
Y después de disfrutar la columna varias veces, empecé a escuchar las voces de mis propios fantasmas, sintiéndose identificados y haciendo un llamado de atención. Porque en realidad más que fantasmas, son compañía, aliados, protectores. Me empujan a que también les mencione en La Punta de la Lengua.

¿Estaremos realmente preparados para ver ángeles en su dimensión?
Porque no es lo mismo decir que viene el lobo a realmente verlo llegar.
Confieso que tuve momentos de meditación donde llegué a analizar cómo sería la llegada de un ángel a mi habitación. ¿Qué haría? ¿Me asustaría? ¿Visualmente estaría preparada para lo que podría ser? ¿De qué le hablaría? ¿Podría siquiera decir alguna palabra? Todavía hoy no sé si estaría preparada para un encuentro de ese tipo, pero mientras tanto me he adaptado a otras posibilidades: flashes de luz que se perciben con los ojos cerrados, o con ellos abiertos, como si de estrellas fugaces se tratara.
Algunos de esos fantasmas se presentan con efectos sensoriales, unos escalofrios, un cambio en la atmósfera difícil de explicar. Algunas veces se escuchan ruidos, voces que uno hace el esfuerzo de ubicar en algún lugar de la habitación. ¿Olores? Ciertamente hay algunos que están identificados con aromas específicos, un perfume, una bebida.
No sé dentro de qué categoría podría encasillarse a esos fantasmas que te cambian las cosas de lugar, pero de que los hay, sin lugar a dudas.
A veces tengo pesadillas y en el instante en que puedo gritar para salir del enredo lo primero que surge es una oración, la forma de soltar el malestar y sujetarme a la mano poderosa que me reconforta, pero a continuación empiezo a buscar donde andan esos acompañantes que me guardan en todo momento. Se van y me dejan sufriendo el doloroso malestar de un sueño no deseado.
Quizás no sea muy alto el número de personas que es consciente de los fantasmas que le acompañan, o si en realidad estén dispuestos a aceptar la posibilidad de que existen. Puede ser divertido, les aseguro que si, contar con amigos personales e íntimos a quienes puedes hablar en cualquier momento, desde tu cabeza o en voz alta tratando de no perder el juicio, más bien de encontrarlo, de llenar de sosiego el alma y de escuchar, porque puede haber mucha conversación y mucha travesura.
Yo debo estar perdiéndome de algunas variedades posibles. ¿Conocen alguna?