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YO ME FUI.... PERO YO NO ME FUI

El tìtulo es una expresión utilizada en una campaña publicitaria durante los años 80, que logró un gran impactó en mi y siempre la recuerdo. Ocasionalmente he buscado en las redes el anuncio en que se menciona esa expresión, para identificar más claramente el contexto completo, pero no he obtenido resultados. De todos modos recuerdo muy bien los detalles, se trataba de una conversación en donde una muchacha sentada en un parque de la ciudad de Nueva York la mencionaba: Yo me fui, pero yo no me fui, mostrando toda la nostalgia que sentía por estar en su país, con su gente.

Las razones por las cuales se realiza un viaje fuera del país establecen la diferencia sobre las alegrías y el disfrute.

Esta vez quiero hablar sobre los viajes de vacaciones, por placer y con boleto de retorno en el corto plazo. Hay un goce diferente desde el momento en que se compra el pasaje. Aunque su presupuesto sea limitado, ya el golpe está dado, no queda de otra que prepararse y lo que sigue a continuación es acomodar la maleta. 
Por supuesto si va para los ¨países¨, la idea es llevar ropa solo para uno o dos días y darse su vueltecita por algún ¨mall¨, paseo necesario para abastecerse, con lo cual la maleta de mano solo lleva algunos regalitos y encargos, si usted es de los que accede a cargar con pedidos.  Antes era hilarante y muy divertido ver cómo la gente desarrollaba la creatividad en relación a los regalos y encargos para los familiares y amigos en el extranjero.
 
Porque no eran cualquier tipo de regalo.
 
Las solicitudes eran precisamente esos productos que conectaban con los hábitos y costumbres en el hogar y del país, con los antojos, en el entendido de que ¨para allá no aparece de eso ¨, o ¨no lo saben preparar que sepa bueno de verdad.¨

Porque especialmente los preparados caseros eran regalos muy apreciados.  Hace poco tiempo estaba viendo un programa llamado ALERTA AEROPUERTO y disfruté muchísimo viendo como revisaban una maleta de un latinoamericano. Normalmente el programa está enfocado en el seguimiento al transporte de drogas desde los aeropuertos a otros países, pero este señor llevaba dentro de su maleta hacia Europa, una comida guisada, empacada en un envase plástico y luego envuelta en fundas.  Todos los oficiales que estaban alrededor de esa maleta, en la cinta de revisión, estaban sorprendidos.

Casos más simples y conocidos de solicitudes de encargos: un pote de dulcito de coco tierno, salami super especial, el ron y las cervezas, aceite de coco casero, los pasteles en hoja, un remedio para la gripe, mentas verdes, pilones.  Conozco el caso de una persona que procura llevar pulpa de chinola, porque eso es escaso en la ciudad donde vive. Las revisiones y restricciones cada vez son más estrictas, porque los vuelos solo incluyen una maleta de mano y no está permitido nada comestible o de gran tamaño, pero cuídese de poder pagar y llevar una maleta adicional, porque le corresponde llevar su respectivo encargo.

Recomiendo las pequeñas cosas, manufacturadas, que nunca sumarán ni peso ni preocupación: pequeños accesorios con ámbar o larimar, piedras locales; chocolates también locales y artesanales, tenemos muy buena oferta tanto en sabores como en presentación, el ron pesa y no se puede quedar, pero se puede comprar en la zona libre del aeropuerto y es llevado directamente al avión.

Resuelto el tema de la maleta, los encargos y regalos, vamos al día que corresponde el viaje. Lo ideal es vestir cómodo, porque usted se va a pasar unas cuantas horas en un espacio limitado, pero eso no quiere decir que va asumir que puede ir en pijama, como sucede en los últimos años y con mucha frecuencia, personas que han mal interpretado la moda en las pijamas y creen que está bien utilizarla para salir a la calle. Si fuera ropa de calle no se llamaría pijama, vestimenta que se usa para dormir, no importa a qué hora sea su vuelo.

Llegar con tiempo para la revisión del pasaje y la maleta, proceso de aduanas, etc., le permite disfrutar de la variedad de personas, los detalles y, hasta hacer suposiciones y usted también diseñar historias en torno a los personajes.

Hay muchos pequeños detalles que puede para notar y disfrutar. Si en la fila de la línea aérea se encuentra toda una familia, 3 o 4 personas, cada uno arrastrando su maleta, los muchachos (si son pequeños) expresan sus emociones; alguna pareja que parece dispareja, pero andan agarrados de mano (especule usted el tipo de relación que pueden tener); mujeres que se ponen las pestañas más largas y los pantalones más ajustados pensando que lucen mejor; personas que viven fuera y están de retorno, con un estilo cosmopolita un tanto exagerado y notorio y otros que van acompañando a estos, tratando de estar acorde a sus compañeros.

Luego vienen las despedidas en la puerta de entrada a migración. Antes de hacer esa fila hay mucho que ver, historias que se pueden crear y contar, besos apasionados,  manos que no se quieren soltar, despedidas alegres, llenas de algarabía, a veces tristezas y lágrimas.

Pasar hacia el otro lado, tener sello de salida en su pasaporte y poder caminar por las tiendas de zona libre da una sensación de gozo y glamour. Ya los precios están en dólares, hay mucha artesanía, pero también se encuentra lo moderno, como si ya hubiese viajado lejos, todo es más moderno, la gente camina con otro cuadre, siempre que vaya en tiempo, y ni qué decir de los que tienen las posibilidades y además se atreven a sentarse en alguno de los restaurantes o cafeterías a tomarse un café o algo de comer antes de subir al avión.

Salir de viaje, prepararse para ello, cruzar el aeropuerto y montarse en un avión, son experiencias que nos cambian, nos hacen crecer y nos ofrecen otra visión del mundo, aún sin haber cruzado el mar ni haber llegado a otros países. Disfrútelo.


Viaje hacia la diversión

Pensaba que tenía un placer culposo, pero en realidad solo es peculiar, distintivo, porque a final de cuentas no es algo negativo, es más bien divertido.

A mucha gente le gusta viajar, a donde sea, local o internacionalmente y muchos otros han entendido que lo que disfrutas viajando es parte de la anhelada felicidad y es el único equipaje que no pesa, sino que por el contrario suma vida y que además va con nosotros en todo momento.

Me incluyo en el grupo de los que les gusta viajar, pero además me agrada mucho ir al aeropuerto y ver la gente ir o venir.  Cuando me ha tocado ir al aeropuerto a recoger o llevar a alguien, he procurado tener tiempo suficiente, antes o después, y tener la posibilidad de quedarme un rato y observar.  En algunas ocasiones he tomado ruta hacia el aeropuerto solamente para tener ese momento y liberar estrés. Lo disfruto. Lo admito, es algo extravagante, pero vamos a etiquetarlo como una inclinación con visos de  análisis sociológico.

Cuando se trata de un vuelo de llegada, los más interesantes por supuesto son los que vienen repletos de dominicanos desde la ciudad de Nueva York y si es época de navidad, aún más.  

Primero, el personal de abordo, pilotos y auxliares de vuelo, hace su caminata con estilo de superhéroes de la línea de los Cazafantasmas. Tienen unas formas muy definidas y aunque ha ido variando con el paso del tiempo, mantienen una línea muy clásica y formal.  Las azafatas usaban zapatos de tacones gruesos pero altos, los cuales han ido cambiando por otros de menos altura e incluso totalmente bajitos, modalidad de mocasines y siempre han utilizado un pañuelo de seda atado en su cuello.  Si el vuelo venía de España entonces este pañuelo era rojo y blanco.

Luego empezaban a salir los pasajeros.  Antes era más interesante porque no habían las limitaciones que actualmente existen en relación a la cantidad o tamaño del equipaje. Los primeros en salir eran aquellos pasajeros que solo traían equipaje de mano, pocos y normalmente extranjeros que venían a trabajar en organismos internacionales o viajeros muy frecuentes, ejecutivos de alto nivel que hacían viajes de pocos días, muy ligeros de equipaje.

Luego empezaba a salir el grueso de personas que me resulta interesante, los que traían muchas maletas.  Esta pasarela iba mostrando la tendencia de éstas para cada año, como cuando empezamos a ver las de rueditas versátiles que se iban solas delante, no había que hacer esfuerzo ni arrastrarla, las de material duro, un poco más costosas, la época en que la tendencia eran las maletas de color rosado o rojo y el momento en que mucha gente las envolvía en plásticos.  Una, dos, tres, seis maletas, dependiendo de la cantidad de personas que estuviesen viajando en el mismo grupo familiar.

Con el carrito de las maletas venían los regalos comprados en ¨ duty free ¨, varias botellas de whiskey, algunos chocolates, bolsas más pequeñas que hacían suponer era algún perfume. También podía verse algún televisor y quizás juguetes  !Que rico recibir esos regalos!

Y vamos a las ropas que traen puestas los viajeros, algunos muy relax viajan hasta en pijama, chancletas con medias y abrigo, más o menos ligero dependiendo de la época del año, especialmente en el país de origen, porque lo que es aquí, siempre está cálido.  Otras nos enseñaron que la última moda era tener pelo alargado y ropa muy sexy, aunque informal. Formas voluptuosas, modas llamativas.

Y como nota muy especial están los amigos y familiares que reciben a los viajeros, los que abrazan y besan a sus parejas con las cuales finalmente se volvieron a reunir después de mucho tiempo, los  hijos que salen corriendo desde el extremo opuesto del pasillo hacia la puerta de salida de los que acaban de entrar al país, para saltar encima de sus parientes, algunos con letreros de ¨Bienvenida¨, otros hasta con músicos y coro incluido y por supuesto un minibús para transportar a todos los que han ido hasta al aeropuerto a recibir a su ¨Juanita¨, porque de todos esos detalles, que no son extraños, que no son nuevos, es que sale la canción que interpreta Milly Quezada y que tanto nos gusta, pero verlo en vivo, esa si es una experiencia que vale la pena.  Me lleno de alegría ajena al ver a aquellos que van hasta el aeropuerto a recibir con gozo, emoción y expectativa, a sus visitantes.

No lo iba a mencionar pero también sucede, se ven a aquellos que vienen de emergencia por la muerte de un familiar muy cercano.  Se nota el luto, la tristeza y también se siente en piel ajena el dolor.

Este es uno de mis placeres divertidos y especiales.

Contar sobre los vuelos de salida merece otro espacio que voy a guardar para más adelante. Hay muchos detalles: en las filas, también con las maletas y el vestuario, los acompañantes, mucho para saborear. Otro placer peculiar y divertido dentro del mismo tema y lo dejo para después porque resultaría mucho más largo que lo habitual.

Quizás haya otros detalles que no he mencionado sobre la llegada de los vuelos.  Cuéntame que más podría agregar o cual ha sido tu experiencia.

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