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IDENTIFICANDO AROMAS

Por todos los rincones del mundo encontramos expresiones, frases, palabras, que ya sea por el contexto cultural, por el idioma o por la región, son difíciles de explicar o de traducir de manera literal y entender su significado. Se podrían definir como una sensación, un estremecimiento.

En República Dominicana, como en otros países hispano-hablantes, somos expertos en darle un sobre-nombre (que de ninguna manera está vinculado) a muchos objetos o situaciones.  Recientemente he visto en un anuncio de un programa de humor en televisión donde decían que los dominicanos le llaman "batata" a la pierna (pantorrila) y cuando tienen mucho rato esperando de pie dicen que les duele la batata y que están "cansados de hacer yuca". 

Pero lo que motivó esta reflexión es otro tipo de expresión y sensaciones.  De manera específica quiero hacer referencia a los olores sin nombre, algunos aromas que para identificarlos los comparamos con otras cosas o hacemos una mezcla de elementos que buscan definirlos. 

Tomaba un café con una amiga y entre conversación y chisme mencionamos el "olor a gente".  ¿Cómo explicas a una persona de otro país los ingredientes de ese aroma? Probablemente se entienda, pero hay que pensar mucho para poder explicarlo, además de que la referencia puede variar entre una persona y otra. No me refiero al grajo, que está definido y es conocido.  Es ese olor sin perfume, esa química vinculada a cada piel, las hormonas, el clima, la edad, la ropa, el momento, sensación incómoda especialmente al levantarse y mezclarse con el "olor a cama", que es otro de esos aromas complicados de definir.

En mayo del 2021 escribí en este blog Los Ingredientes de tu Piel reflexionando sobre los diversos ingredientes que me parecía podrían identificarse en la piel de las personas.  Esto nos lleva a los aromas también. Ese olor a cama, mezcla del olor propio de la piel de las personas, el sudor, el roce con las sábanas, el clima en las noches, hasta los sueños que rondaron. Muy probable sea menos identificable si es que tuvo el cuidado de darse un baño y perfumarse antes de dormir y quizás su habitación esté fresca por el aire acondicionado y además haya esparcido por la habitación un aromatizante de esos de lavanda que ayudan a dormir mejor, entonces no se sentirá de igual manera el olor a gente o a cama.

Puedo hablar de manera especial sobre el "olor a caliente", es una alerta a los sentidos y surge no solo cuando hay una estufa encendida, que podría identificarse con el olor a gas, o con una vela, que tiene ese ligero olor a pólvora ligado a los fósforos o al aromatizante con el que se haya preparado (el velón), pero me refiero a ese olor difícil de descifrar, pero que se siente en el olfato y hasta en la piel.

Está también el olor a "mocato" que queda impregnado en la ropa que no se ha secado bien y aún está húmeda.

Y por último en esta reflexión, el "olor a calle", a gente sudando, a movimiento, óxido, mezcla sin separación de olores de humo, basura y desagües, sin tomar en cuenta los lugares de comida, incluso con olor a caliente, todo junto y mezclado, identificado en un solo nombre.  Me gustan los adjetivos, las descripciones, motivar la imaginación, pero no encuentro más palabras para explicarlo mejor.

No puedo dejar de mencionar el olor a nuevo, ese es bueno, agradable, sobre todo en vehículos que todavía tienen los forros plásticos, dan una sensación de logro, de éxitos y alegrías. Puede vincularse al olor de la piel del vehículo, pero también se siente en asientos de tela

Seguro que muchos personas me entiendan y que además puedan agregar elementos que ayuden a definir alguno de estos olores e incluso incluir algunos más no mencionados.



Los ingredientes de tu piel

Por mucho tiempo y ya en edad adulta, me gustaba mucho ver los muñequitos de las Chicas Superpoderosas: Bombón, Bellota y Burbuja. Me llamaba mucho la atención ver que eran fuertes, pero sensibles, soñadoras, complementarias y niñas. Me gustaba la receta con la que fueron creadas, azúcar, flores y muchos colores, pero también por la sustancia X, el ingrediente oculto que les otorgaba los superpoderes.  Mucho tiempo después descubrí que ese ingrediente especial que otorga superpoderes no es más que amor.

Me hice fan de las chicas superpoderosas y hasta celebré, no hace mucho tiempo atrás, un cumpleaños con esa temática.  Invité a mis amistades a que liberaran su niño interior y estuviesen representandos, de la manera que pudieran, por su superhéroe favorito.  En algún lugar de este blog también hay un escrito que hace referencia a los superpoderes. 

En fin que la magia, la creatividad y la niña en mi, que no está muy en el interior, siempre han sido temas vigentes.

Recientemente, pasando canales en la televisión coincidí con la promoción de los muñequitos y se me quedó en la cabeza la promo de la introducción.  Me quedé pensando, tomando como referencia la fórmula secreta del Profesor Utonio, en la diversidad de ingredientes con que se va formando la piel que nos envuelve.  

Se me ocurrió que hay personas a las que les predomina el hielo en la piel, pero además su interior no es brillante, ni son transparentes, más bien oscuros y densos.  Hay otras que también el interior es complicado, pero su piel está hecha de fuego y me parece que también las hay de fuego que tienen mucha dulzura mezclada, como el caramelo o la melaza.

Creo que habrá algunas por ahí que tienen una alta cantidad de risa en la piel, mezclada con viento fresco y aroma de lavanda. Otras desde lejos tienen la piel con aroma de lavanderia, con sensación de lavandería, hasta con filo y sin la más mínima arruga; como esa ropa que uno ni se la quiere poner para no quitarles la perfección. Por la misma razón que son perfectas, también son distantes.

Siento la pasión y el enigma de aquellas que al mirarlas sabes de inmediato que la mezcla de su piel debe tener un sabroso vino tinto y aroma de cera de velas, que el calor les debe emanar de la piel. Otros huelen a fiesta, a escarcha y lentejuelas, hierbabuena que huele y sabe a alegrías.

Algunos los imagino con aroma de café, con la piel teñida de los colores de amanecer, llenos de empatía, de vitalidad, por supuesto después de tomar café. 

Algunas pieles son especiales, ya tienen tanto tiempo acumulado que de lejos se sienten esponjosas, suaves, como sábanas recién lavadas pero de manera sorprendente con aroma a bebé recién empolvado.  De esas, hay quienes desde siempre han sido de esa manera, aún con la piel lisa, y en otras ha sido el tiempo que les ha dado esa sensación.

El cuero, seco, rígido, aunque puede ser suave, es algo que imaginamos en un abuelo.  O eso me parece.

Pero no es solo la piel, como sentido del tacto, sino la influencia que ejercen las experiencias de vida, la gente que nos rodea, los lugares en que hemos habitado.  Eso me lleva a pensar en la gente que ha vivido cerca del mar, la mirada se vuelve profunda, como  la inmensidad del océano y la piel refrescante, con sabor a sal y a vacaciones. Con paso sereno y de pocas palabras.

Hacer este ejercicio escribiendo me ha llevado a fijarme en cada una de las personas que me rodean y tratar de identificar, por sus acciones, por su mirada, por su sonrisa o por la falta de ella, cuales ingredientes guardan en su despensa para fomar la piel que llevan.

Aún estoy en el ejercicio de identificar la mía propia.  Pienso que será de café y no solo porque me gusta sino pensando en su sabor, que para algunos puede ser dulce y para otros un poco más difícil de saborear; también tendría atardeceres y no solo por los colores, sino por la calidez, sin olvidar que también hay hermosos atardeceres grises.  Además agregaría a mi piel rosas de un color rojo profundo, necesario acercarse para absorver su aroma y por supuesto no se puede amar las rosas sin asumir las espinas, pero teniendo en cuenta que no son para hacer daño sino como protección, un recordatorio de que para acercarse hay que ir con cuidado, porque después que estás muy cerca podrás sentir mucha delicadeza y sensibilidad.




MUCHAS CABEZAS, MUCHOS MUNDOS

 "Cada uno de nosotros creamos un mundo entero en nuestra cabeza y vivimos en ese mundo".    El Quinto Acuerdo, por Don José Ruiz....