Me resisto a ceder
Hoy es uno de esos días.
Me resisto. Claro que me resisto.
Pero no me resisto a hacer lo que quiero hacer, me resisto a dejarme llevar por el vacío y no hacer nada.
Muchas cosas han cambiado, sobre todo después de este último año, de las vueltas que dio el mundo y la forma en que nos hizo saltar, a todos los habitantes del planeta. Quizás unos saltaron más que otros, los niveles generacionales también hicieron la diferencia y encontramos por ahí personas que estuvieron en otros períodos con otras situaciones parecidas a la actual, lo que les otorgaba una experiencia mayor en escenarios de crisis.La cuestión es que nos vimos de frente con un esquema de vida que no sospechábamos que podríamos tener. Solo por esa situación y aunque muchos no lo vean o lo quieran admitir, hemos acogido cambios en la forma en que miramos la vida, en que tomamos decisiones o nos desenvolvemos.
Admitimos la incorporación de otras opciones cotidianas que el ritmo de vida que anteriormente llevábamos no nos permitía desarrollar. Se profesionalizó el oficio de fregar, junto con la posibilidad de aprender a cocinar y de llevar la comida más allá de lo simple.
Y no solo para mirar las cosas lindas que publica la gente, también están las noticias, los comentarios de las noticias, hacer compras, ver cómo la gente se diversifica y desarrolla emprendimientos, liberando la creatividad.
Nada queda lejos porque cualquier cosa se puede pedir delivery. Todo llega, a todos los niveles sociales y en cualquier parte del país, basta con que fuese publicado en las redes.
Hemos aprendido muchas cosas, definitivamente, y hemos incorporando cambios en nuestro sistema, en nuestra visión de la vida. Nos hemos hecho más resilientes. La resiliencia nos otorga una nueva facultad, la capacidad de mirar el suelo, tomar impulso y levantarnos, poco a poco o rápidamente, pero poner una mano y luego la otra y levantarnos y sentarnos a pensar en una nueva estrategia, porque la anterior no funcionó y hay que seguir adelante.
Ese espíritu es el que no me permite rendirme, que me lleva a resistirme y no ceder.
Hoy era uno de esos días en que no tenía idea clara de las palabras que podía compartir por aquí, que nuevamente la musa no está ni remotamente cerca, pero aún así me resisto, y no quiero dejar de escribir.
Sin retirada, sin rendirse; hasta la victoria siempre!
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