Mostrando las entradas con la etiqueta Ideas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Ideas. Mostrar todas las entradas

Lo tenía en La Punta de la Lengua

Tenía una idea. 
La tenía en La Punta de la Lengua y se me escapó. La recordé por varios días sin anotarla.   Luego se me ocurrió algo más y eso sí lo anoté.  Cuando me dispuse a escribir, retomé la segunda idea y me dejé fluir, y pude producir algunas líneas llenas de recuerdos, de momentos, de gente.

Y creo que quedó bonito. Ya lo verán.  Me parece que también puede traer recuerdos a quienes lo lean y evocar sus propias historias.

Pero me quedé con la sensación de tener algo pendiente, con un vacío latente.
Mientras más esfuerzo hago por recordar cual era el tema, más en blanco se pone mi mente.

Probablemente no era la gran cosa.

Quizás ni siquiera hubiese podido desarrollar una idea divertida o reflexiva que pudiera llevarme a alcanzar algunas líneas completas.

Quiero pensar que será algo así para darme consuelo.  Es lo que solemos hacer para justificarnos y está bien, tampoco es como para andar dándose latigazos.

En el transcurrir de los tiempos, con preocupaciones, con diversidad de temas, hasta con ciertos pánicos y desmotivaciones, olvidar algunas cosas no trascendentes es muy poco en relación a la carga emocional que estamos sosteniendo.

Tantas veces invito a ser feliz por encima de todo.  Es propicia la ocasión para volver a mencionarlo, a partir de una reflexión con una carga de vacío.

Cuando vuelva a mi memoria el tema que se ha escondido detrás de alguna neurona más brillante, que lo mantiene oculto, quien sabe, quizás a resguardo para una mejor ocasión,  entonces dejaré saber que se correspondía con este comentario.

Y como he dicho en muchas ocasiones, mencionado a uno de mis favoritos, hay que ser feliz, aunque solo sea por joder.




Reflexiones en un ¨fregao¨

Ya hace un año que empezamos a probar, por circunstancias inesperadas, nuevas formas de vida, hábitos, ritmos, actividades.   Durante los 45 días del primer toque de queda se desarrolló en las redes un desafío no esquematizado sobre cuál es la mejor técnica para fregar, a quién le toca hacerlo o en qué casa se realiza más veces.

De repente un oficio poco apreciado, que continúa siendo poco apreciado, porque eso no va a cambiar, aumentó de valor por la experiencia que se fue desarrollando además de su uso más generalizado a todos los miembros del hogar.  Pero no me voy a detener en las técnicas del oficio, en los utensilios para hacerlo más manejable o en las millas acumuladas.

Quiero analizar de manera específica todo lo que puede pasar por la cabeza mientras se está fregando.  Porque es un tiempo utilizado en actividades que en realidad no son tan mecánicas pero que invitan a la introspección.

Es algo que me queda claro desde mucho antes de los períodos de confinamiento, pero que ahora se enfatiza y parece que puede ser generalizado y no quiero pasar la oportunidad de comentarlo.

A mi por ejemplo, me sucede que mientras estoy fregando empiezo a recordar a todas las personas que tengo pendiente de llamar o escribir por chat.  Las llamadas pendientes me llevan a desarrollar en mi cabeza, todas las conversaciones que debo escribir pero de inmediato asumo respuestas hipotéticas y de paso respondo a esas respuestas que no he recibido.

A veces termino en discusiones que no han sucedido, toda una pérdida de energía que ya he ido aprendiendo a manejar, a evitar y a canalizar en otros pensamientos, antes de que esa conversación pendiente se convierta en una discusión de la que el otro interlocutor no tenga la más mínima idea.

También se realiza la programación de la próxima comida del día.  Lavando calderos empezamos a planificar que la cena será pan con jugo, porque ¨ no es verdad que nos vamos a pasar todo el día con el brillo de fregar en la mano ¨.

Ni que decir sobre el trabajo.  Cuando la labor profesional que realizas está vinculada al desarrollo de informes, estrategias, documentos, el mejor momento para poner esos temas en la agenda es cuando empiezas a lavar los vasos y las tazas.  De la misma forma se comienzan a organizar las ideas. En contraposición también es posible que empiecen a enredarse.

Producto del agua corriendo  al enjuagar los platos, puede surgir una reflexión interesante en relación a alguna capacitación o el análisis de algunos documentos o lecturas recientes.  Se empiezan a repasar aquellas lecciones que pudieron impactar en nuestras mentes o esos temas que en aquel momento no nos quedaron claros.  Es posible que si aún le queda grasa en el plato y usted vuelve a enjabonar la esponja para intentarlo de nuevo, pueda encenderse un bombillo en su cabeza y traer luz a los pensamientos, encontrando la solución que no había visto anteriormente.

Como  mencioné, estas reflexiones en momentos de ¨fregao ¨ no son nuevas para mí y en alguna ocasión se convirtieron en un crítico y juez feroz, hasta que decidí que no permitiría que este pensamiento crítico y enjuiciador me pudiera lastimar emocionalmente.  Comencé con la oración hasta que fui consciente del dominio de esos momentos de reflexión y empecé a orientar las ideas hacia algo más productivo para mi interior y para mis acciones.

Deben haber muchos otros temas traídos a estudio mientras se están fregando, sobre todo durante el último año en que se convirtió en uso y tema de  muchas personas, más de las que habitualmente realizaban este oficio.  ¿Cuales han sido tus reflexiones?




MOMENTOS HISTORICOS

 "Los días históricos se ven normales cuando los vives desde dentro"    Albus Dumbledore. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlo...