CELEBRANDO

Aprendí a tener la certeza de que los cumpleaños hay que celebrarlos.
Entre la adolescencia y la edad adulta prematura, porque a muy temprana edad empecé a transitar en los rieles a alta velocidad de la responsabilidad y el compromiso, no me gustaban las felicitaciones y las celebraciones de cumpleaños, específicamente del mio propio. Sin embargo hubo un momento, un año y por suerte todavía a tiempo, en que se apagó esa burbuja y me cuestioné por evitar las celebraciones.  Entendí que nadie más va a estar feliz de la llegada de un año más de vida que yo misma, entonces, por qué dejarlo pasar sin pena ni gloria. 
Sin lugar a dudas hay que celebrar y brindar y compartir y reír.

Ese año disfruté la alegría que me transmitían los amigos que tenían la oportunidad de celebrarlo conmigo.  Empecé a hacer grupos de celebraciones, de acuerdo a la circunstancia: compañeros de trabajo, la familia, las amigas de tal o cual grupo. 
El año siguiente, y por la misma causa de la diversidad de espacios, instauré la semana aniversario para tener oportunidad de coordinar encuentros con diferentes grupos de amigos y junto a todos disfrutar y celebrar. En ocasiones he comenzado un conteo regresivo y cada día al llegar a la oficina iba avisando los días que faltaban para el siguiente cumpleaños, entre 15 y 20 días antes y luego comenzaban mis propias patronales. 
!Ya se pueden imaginar la bulla que hago el mismo día de mi cumpleaños!
Y así con el paso del tiempo en mi corazón ha vibrado el espíritu de celebración, de maneras distintas.  A veces he coordinado para reunirnos en algún restaurante o café, otras veces en el mismo espacio de trabajo, en la casa.
Una vez hice una fiesta en mi casa, sencilla pero fiesta al fin porque si implica alquilar sillas y mesas y preparar un brindis, coordinar un playlist de canciones y separar un espacio para el que quiera bailar (si es que entran ganas) definitivamente es una fiesta incluso si el grupo es pequeño.
En otra ocasión los preparativos eran aún más discretos, con un grupo muy reducido de amigas y sus parejas. Yo entendía que era quien estaba preparando la celebración y recibí una sorpresa de parte del mismo grupo de amistades que iría a compartir conmigo en la casa: mientras estaba en la cocina terminando de acomodar los manjares que íbamos a degustar, entretenida con una de las amigas que me acompañaba, por otro lado entraban otros con un guitarrista y equipo de sonido en mano. 
Cuando vine a entrar en mi propia terraza y pensando que todavía no habían llegado todos, ya tenía instalada una celebración más amplia, en donde no solo contaba con alguien que estaba tocando y cantando las canciones que se le pedían, sino que mis amigos también desarrollaron sus dotes artísticas y le acompañaban.  El cielo estaba despejado, la noche era fresca, había música en vivo, amigos, bebida, picadera y hasta bizcocho.
Hermosa celebración de cumpleaños.
Siempre espero los días próximos a la fecha de mi cumpleaños para dejarme fluir por las emociones que surgen del corazón, ellas son las que me dicen cómo quiero celebrar.
Ha habido años en donde no me ha nacido hacer preparativos o coordinar encuentros.  A quienes me han preguntado sobre mi cumpleaños, porque saben que soy mi propia animadora, les he dicho que no tengo nada coordinado pero que estoy abierta a lo que se les pueda ocurrir. Siempre ocurre algo, no lo voy a esconder, pero con menos alboroto que el que yo misma le pueda poner.
Hubo un año que la creatividad me desbordaba por los poros, y las celebraciones, porque fueron varias, contaban con una temática: Las chicas super-poderosas y sus super-amigos.  
De las chicas super-poderosas yo he sido Bombón y así mismo hice adornos, preparé picadera, compré bizcocho, le pedí a mis amigas que usaran algo alusivo a su super-héroe favorito, la cuestión era celebrar, agradecer por el espacio de un año para vivir momentos, para descubrir y explorar, para aprender y disfrutar. No todos los días se nace y luego que estás aquí, en este plano, hay que aprovechar.  
No sabemos el día en que ya no estaremos más bajo estas mismas circunstancias, buenas o malas, entonces tampoco podemos posponer todo lo que se pueda gozar hoy.
Todavía falta mucho para mi cumpleaños y no es por mi por quien estoy contando estas anécdotas, sino por una persona muy importante en mi vida, mi querida ¨Liquita¨, Miosoti Ceballos, que recién los ha cumplido.  Acaba de recibir un aniversario especial y simbólico y he sentido la vibración de su corazón, no por la ocasión de compartir, sino por la proyección de lo vivido, lo alcanzado, lo logrado, de llegar a esta etapa y verse en total plenitud, con proyectos, con expectativas pero entendiendo que debe ser sin atosigamientos ni premuras.
Con la visión de muchos planes pero viviendo el momento actual, fluyendo en el contexto de un día a la vez y de la mejor manera posible.
La luz de su corazón motiva a reevaluar el sentido de las celebraciones, una vez más, y continuar brindando.

RECORDANDO LA NIÑEZ

Se acerca la celebración del día de las madres en República Dominicana. 
Para muchos ¨el acontecimiento¨ del año.
Pensé que ese podría ser un tema para comentar y compartir pero como boomerang de agua fría retornó el convencimiento de que cualquier cosa que pueda decir o sugerir sería un cliché, manoseado y  desgastado, sin embargo, por encima de esa idea también sentí que podía encontrar algo diferente para decir que sirviera de motivación, aunque en su momento yo misma no lo supe definir.
     ¿Qué mejor manera de aclarar las ideas que haciendo el ejercicio?
Me quedé pensando si era algo que me gustaría decirle a mi mamá, o si por casualidad era contar alguna anécdota sobre ella.  Todas las ideas que me cruzaron por la mente tenían la imagen de un anuncio comercial, que es precisamente el debate manido para todas las celebraciones populares establecidas anualmente en el calendario: que son un recurso comercial para que la gente gaste en regalos y atenciones.

Y ciertamente es evidente que el concepto ha sido aprovechado por los comercios para promover el consumo utilizándolo como excusa, pero la respuesta es más gastada aún, de que el motivo debe celebrarse todos los días. Sin embargo a diario nos olvidamos de demostrar los afectos, de tener detalles y prestar atenciones, con lo cual me parece bien que se instituya un día y que la mayoría aproveche la oportunidad para recordarlo y expresarse.

Entonces sería bueno también recordar cosas vinculadas con este día. Quizás contar anécdotas de cuando se tenían pocos años.
Llegaron los primeros recuerdos a mi mente, historias de muy temprana edad.  Yo era consciente, no solo porque lo sentía en la piel, sino también porque veía la frustración y la carga que expresaba mi madre, el arduo trabajo que significaba lavarme el pelo cada semana.  Tenía mucho cabello y muy largo y además era muy dramática (y sigo siéndolo) y me dolían mucho los jalones que había que darme.  La cuestión con este momento era todo el escenario envuelto: cada sábado después de arreglar la casa, mi madre me sentaba en una sillita en el patio, cerca de la manguera, me dividía en dos largas colas el pelo y empezaba la faena, con pausas para ir a mover los calderos de la comida.  Era toda una aventura, porque implicaba pasarme la mañana echándome agua como si de un día de piscina se tratara.  La peor parte era desenredar todos esos ¨moños¨, que aunque en ese momento eran más manejables no dejaba de ser complicado.

Y si la labor regular de mantener el pelo limpio era toda una aventura, ¡ya se imaginarán lo que significa retornar de la playa un domingo en la noche y resolver ese asunto para estar impecable el lunes en la mañana! 

Recordar es disfrutar muchas veces los momentos vividos, sobre todo si están cargados de humor.  Ese recuerdo fue la chispa para traer al escenario otros que se van perdiendo, como el hecho mismo de que cuando aún no había posibilidad de estar en una escuela formal debido a la temprana edad, sobre todo para una muchachita demasiado despierta e inquieta, hubo que inscribirme en una pequeña escuelita que quedaba justo al lado de un negocio de carbón y que tal y como puede resultar evidente, conversadora al fin, mis clases terminaban sentada en mi sillita (la que cada día llevaba a la escuelita) al lado de los depósitos de carbón, conversando con las personas encargadas y cambiando la tonalidad de mi blanca ropa por otra un poco más saturada de negro.   Ahora nos causa risa pero en su momento era motivo de dolores de cabeza.
Si estaba convencida de que debo expresar todo mi amor y agradecimiento cada día a mi madre, al recordar esta travesura valido que no ha sido suficiente y que la carga conmigo no era tan liviana como yo pensaba: debo ocuparme de agradarla un poquito más porque evidentemente me he quedado corta. 
Hay que sumar otras flores al próximo regalo, no importa que parezca comercial. 


Otra cosa de la que me convencí es de que momentos compartidos recordando eventos como éste traerá risas y renovará en ella las emociones vividas con su niña que ya no es tan  niña.


EN QUE HISTORIA VIVIRIAS


Me pareció genial una publicación que leí en el muro de Instagram de Cuesta Centro del Libro (@cuestalibros). Los comentarios de las publicaciones en estos espacios sociales siempre son la parte más divertida, aunque por supuesto siempre aparecen personas con opiniones realmente odiosas, fuera de lugar y de contexto, inclusive en el muro de una institución como ésta, pero en sentido general las opiniones fueron muy buenas.


Y en principio me quedé pensando sobre cuál sería mi lugar ideal a partir de los libros leídos pero divagando en esos pensamientos me llené de sorpresa al constatar de manera tangible, siendo algo abstracto, que siempre mencionamos el mundo de aventuras y lugares que nos presenta la lectura y en este ejercicio mental eso quedaba perfectamente resaltado.
La variedad de lugares visitados a través de la lectura nos da la oportunidad de seleccionar también diferentes épocas.

Sin dudas Londres, no importa la época, ha creado expectativas de vida con un amplio número de lecturas que ha dejado enganchada a muchas personas.  Fueron muchos los que mencionaron a Harry Potter, el Castillo de Hogwarts, el Callejón Diagón, como los lugares en los que les gustaría vivir o recorrer, pero por supuesto no es solo el lugar, es la fantasía, la posibilidad de la magia. Y sucede en este punto algo muy interesante, Hogwarts es un portal al pasado a través de formas, creatividad, imaginación pero con elementos de la actualidad, una simbiosis que hace más atractivo el escenario.

Y siguiendo con la fantasía, ¿Qué tal sería vivir junto a Alicia en el País de las Maravillas? O como mencionó alguien en uno de los comentarios, ir de planeta en planeta como lo hizo El Principito, quizás darle la vuelta al mundo en 80 días.  No debe faltar quienes prefieren las aventuras, podría ser dentro de un submarino de acuerdo a la propuesta de Julio Verne, en un campamento de guerreros Romanos junto a Escipión; caminando o compartiendo la mesa con Jesús en Galilea o Jerusalem, o algún lugar en el espacio exterior, un planeta desconocido pero que guarde escondido mucho tecnología y diversidad. ¿Y que tal si su lugar soñado a partir de una lectura esté enmarcado en el futuro? Lo menciono pensando en el libro Lágrimas en la Lluvia de Rosa Montero, enmarcado en el año 2109, con la posibilidad de movilidad entre planetas pero con un número de limitaciones también.


El Macondo  que nos detalló Gabriel García Márquez; Alacante, la Ciudad de Cristal de Los Cazadores de Sombra; la Comarca, Rivendell o la Tierra Media que nos relató JRR Tolkien en su saga de El Señor de Los Anillos, son espacios a considerar para soñar con una vida, quizás compartida con alguno de los personajes de estas novelas.  ¡Quizás algo más inhóspito aún como los reinados de los Juegos de Tronos!

Debo mencionar que me sorprendió mucho la selección de uno de los comentaristas de la publicación en donde decía que le gustaría vivir en el purgatorio de la Divina Comedia.
Si por el contrario su lectura predilecta anduvo por la línea de ¨Orgullo y Prejuicio¨ o quizás ¨Sentido y Sensibilidad¨, el mismo país en un período medieval sería su lugar favorito y de paso disfruta tanto de la vida adelantada de la ciudad de ese momento así como de su zona rural y me parece que la cuestión ahí sería más el estilo de vida que la localidad.

Y si por lecturas especiales elegimos lugares especiales, se mencionaron los molinos de viento de la región de La Mancha, la misma del Quijote.   Sigo pensando en aquellos que sienten la curiosidad de espacios como los que se ofrecen en Indonesia, en el marco de la novela REZA, COME, AMA.  No se puede quedar atrás la suntuosidad y el lujo del estilo de vida de Christian Grey, con el mismo personaje incluido, el cual resulta muy atrayente especialmente para muchas mujeres.
Las novelas de Dan Brown son de época actual, pero hacen un recorrido histórico por ciudades hermosas, tratando de encontrar respuestas y resolver misterios, todos elementos atractivos para pensar cómo sería vivir en esos espacios: historia, belleza, misterio, personajes.

Las posibilidades son tan infinitas como libros por leer. Yo al final de cuentas siempre termino pensando en La Toscana, algo que reconfirmé después de leer ¨La Casa del Viento¨, de Tatiana Hardie, un libro que me llevó a una región tanto en el pasado como en el presente, un lugar que he aprendido a amar desde hace algún tiempo, sin dejar a un lado la posibilidad de habitar algún castillo de la campiña francesa, muy cerca de Carcassone y tras los pasos de La Rosa.

Para todos los gustos habrán lugares. El corazón y la lectura te van indicando.  




¿Cual es tu superpoder?

El tema me surgió semanas atrás pero lo había pospuesto y ahora resulta que se puso de moda con el lanzamiento de la película Avengers, lo cual me ha resultado mejor, puesto que he podido escuchar sin tener que preguntar, cuales son los superhéroes preferidos por la gente.
Porque de ahí viene la duda que tenía guardada: 
¿Cuál superpoder elegiría si tuviera la oportunidad de recibirlo?

En algunas ocasiones, sobre todo en situaciones críticas de tránsito en República Dominicana he pesando que me gustaría teletransportarme: cerrar los ojos y pensar el lugar en donde quiero estar y aparecer ahí. Con o sin vehículo. El hecho era salir del tapón en las horas pico.
Quizás para evitar crisis de tapones debería también existir algunas otras formas de movilizarse, un portal, una alfombra mágica, una chimenea como en Harry Potter, alternativas de transporte instantáneo. Al hacer ese comentario una de mis amigas comentó, reflexionando en el tema, que a ella le gustaría tener la habilidad de flash: moverse rápidamente; eso podría ayudar con los desplazamientos. Volar también podría ser una opción y es un superpoder muy conocido y apreciado.
Y sin embargo, mientras hablábamos del tránsito y los tapones, otra de la personas ahí reunidas reaccionó y además evidenció que ella sería algo como HULK, con mucha fuerza y violenta, le estremecieron los tapones.

La invisibilidad puede resultar atractiva, pasar desapercibido, escuchar conversaciones sin ser visto, observar los escenarios, las reacciones, quizás resolver situaciones sin que la gente se de cuenta. ¿Travesuras? También son posibles.
¿Y qué tal aquel que cuando niño quería ser una hormiga? En su mundo imaginario entendía que esa podía ser la mejor manera de escapar, escapar sin ser notado, pequeñito y confundido entre las demás, todas parecidas, todas encaminadas en la misma ruta.
En principio solo he mencionado la posibilidad de un poder a la vez, pero hay personajes de historietas que reúnen varias cualidades a la vez, fuerza, olfato desarrollado, capacidad de autosanarse, huesos de titanio y agilidad, como Wolverine. Eso es lo que le gustaría a Ramón, un combo de posibilidades.

Sin embargo, he visto cómo podemos encontrar gente corriente, normal, que tiene habilidades que superan la fantasía y que además contribuyen a mejorar la calidad de vida de los demás. Me comentaron de un señor en México que tiene la posibilidad de sanar enfermedades terminales como el cáncer, solo con sus manos, como cuando se utiliza Reiki pero con mucha intensidad. Viendo el documental sobre este hombre es como le surgió a Wendy el deseo de poder sanar a las personas, liberarlas del dolor. Pienso que si ella le pone un poquito más de fuerza a ese deseo de su corazón lo puede conseguir, porque la luz que lleva dentro le otorga esa capacidad.

He tenido la oportunidad de conocer personas con un espíritu tan altruista que comparten lo que no tienen para ayudar a que los niños de su barrio puedan tener educación y valores. Entregada en cuerpo y alma, de manera literal, Esperanza ha conseguido que en su barrio, en la zona de Boca Chica, hayan otras opciones que no estén vinculadas al turismo que no tiene controles, a la prostitución, al hurto, creando un conglomerado de niños y jóvenes que desarrollan sus cualidades y capacidades en un ambiente de valores y que han llamado la atención de otras instituciones y organismos internacionales.
Eso es un superpoder.
También he visto personas entregadas con mucho amor y desde temprano frente al fuego de una cocina, preparando comida para alimentar a mucha gente.  El solo hecho de cocinar no le otorga mayor valor que la posibilidad de hacerlo desde la conciencia de saber que muchas personas podrían tener un día más de vida a causa de esa acción.

Las acciones que realizamos a partir de reconocer que podemos ayudar a alguien, aunque sea una sola persona, a levantarse, a encontrar un mejor camino.. y andarlo, son las que nos otorgan los más maravillosos superpoderes.
Y si desde el corazón y sin pensar que lo estamos haciendo, también tendemos la mano, acompañamos, damos una palabra de aliento, un mensaje mágico, una mirada de afecto, un hombro que sirva de sostén, un pedazo de pan, un abrigo, entonces se multiplica la fuerza poderosa que mueve el mundo.

Pensemos en esos superpoderes que tenemos a la mano, sintamos como crece en el pecho y sin mas demora construyamos mejores vidas, las nuestras y las de los que nos rodean.




MOMENTOS HISTORICOS

 "Los días históricos se ven normales cuando los vives desde dentro"    Albus Dumbledore. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlo...