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REVISANDO LA HUELLA DIGITAL


 Hubo un momento de mi vida en el que decidí hacer evaluación sobre los beneficios de tener un muro en una de las redes,  porque el uso que le daba era limitado, y presté atención sobre las publicaciones que había realizado, quienes respondían, con quienes estaba en contacto.  También consideré todos los riesgos que siempre se advierten y si valía la pena tener el lugar activo solamente por los juegos que estaba usando.

Entonces, como para que lo pensara bien, empecé a notar las alertas de los cumpleaños, los avisos de algunos eventos que me interesaban y los recuerdos de publicaciones pasadas.  Eso atrapó mi atención y definitivamente le dio valor a mi interés.

Desde ese momento procuro, sin crearme presión, entrar cada día para verificar quien, fuera de mi círculo más cercano, está de cumpleaños y no querría que se me pasara la ocasión para ponerme en contacto.

Después fui notando que la notificación de los recuerdos podría ser interesante, por supuesto siempre depende de la objetividad con que se usen las redes y el manejo de las publicaciones. Ver aquello que publicaste uno, dos, cinco años atrás, puede ser hasta terapéutico, divertido, nostálgico o quizás doloroso, por encontrar fotos con personas que ya no están a nuestro lado. 

Nos puede mostrar eventos que tuvieron una fuerte incidencia en el camino y que nos motivaron a escribir, a colocar fotos o a hacer comentarios. Vamos dejando una huella que tanto puede ser entretenida como vergonzosa, o quizás llenarnos de orgullo. Nos permite tratar de corregir o acomodar, para adaptarlo a la imagen que queremos mostrar, no necesariamente pensando en inventar una máscara que oculte la realidad,  pero si corrigiendo errores que pueden afectar el momento actual o nuestros intereses.

Me he sentido gratamente sorprendida al leer mensajes que he escrito años atrás y me han parecido muy bonitos. Hasta he buscado alguna comilla o la descripción del autor para saber quien escribió, pero si no lo he puesto es porque he sido yo misma quien se ha inspirado. Uno de estos días venideros haré una recopilación de esos mensajes cortos y los compartiré en un solo texto.

He sido traviesa en las publicaciones. Me he permitido colocar mensajes o compartir imágenes simplemente por el hecho de que me gustan, no porque estén reflejando mi realidad del momento (con ese mismo mensaje circula una imagen en las redes). Pero siempre he sido respetuosa, de mi misma, de lo que soy, de lo que en realidad quiero compartir con cercanos o extraños y de la huella que voy dejando en mi paso virtual.

Hay que buscar el momento, darse la oportunidad de volver al pasado y hurgar en los recuerdos usando las herramientas que las redes nos ofrecen y entender el camino que vamos trazando, evaluar si es lo que queremos y qué podemos hacer.





NUMEROS ESPECIALES

Y me quedé pensando, 
¿De qué puedo escribir en la edición número 100 de mis publicaciones en este espacio?  ¿Tendrá que ser algo especial?   ¿Lo mencionaré o simplemente escribiré con la satisfacción de haber llegado a 100 entregas?
Y me quedé concentrada en el número. 
Y me quedé enredada en tantos otros números que son hitos, momentos trascendentes en nuestras vidas.

Hubo toda una generación para la cual la emoción se desbordaba al llegar a los 15 años, sea que pudiera tener una celebración o no.  

Ahora mismo no tengo mucha información sobre cómo esperan las jóvenes en la actualidad la llegada de esta fecha. 

La forma de celebrarlo ha cambiado, abundan mucho las niñas-madres de esa edad y las situaciones y responsabilidades superan las expectativas de una celebración de quinceañeras. 

Están también aquellas chicas que ya han tenido ¨ emociones fuertes ¨ en sus vidas 🤣  y una fiesta de quince años no es de su interés. 

Los años intermedios se celebran y se disfrutan, pero no tienen la relevancia que para otras generaciones tenía llegar a los 50 años.  
Esa edad era vista como el broche de oro de los cumpleaños.  

Ahora se celebra como un número importante, pero no tiene la impronta que en otro tiempo tenía.  

Hombres y mujeres en la actualidad viven esta edad desde otra perspectiva, redefiniendo sus prioridades y la estrategia para disfrutarlas, comparten, celebran cada día,  se capacitan, se cuidan.


Y suelto los números en las edades. 
Hay muchos números divertidos para citar.  La semana tiene 7 días, pero para muchos, la expectativa de la llegada del 5to día trae una emoción y una animosidad que puede ser contagiosa. La magia del viernes.

En República Dominicana se reconocen ¨ los 3 golpes ¨ , el mangú de plátanos ideal que lleva tres ingredientes como acompañantes: salami, queso y huevo frito.  Que no se le olvide agregar las cebollas.

Hay otra constante en los dominicanos que no puedo dejar de mencionar.  Cuando el día amanece lloviendo fuerte y se mantiene constante, de inmediato se menciona que ¨ el día está para 1-2-3 ¨ , comenzando por un sancocho. Sin comentarios adicionales al respecto.

Luego están los planetas, la astrología, la numerología como tal que es toda una ciencia basada en el valor de los números y su relación causa-efecto.  Y si de números vamos a hablar debí haber comenzado por  las matemáticas y su referente por excelencia que es el  PI y todo su enigma y simbolismo.

Pero volvamos a la publicación número 100 y a este blog.

Analizarlo me llevó a buscar el primer escrito publicado.  En fecha 17 de julio del 2008, https://puntadelalengua.blogspot.com/2008/07/como-una-chiquilla.html.

  





Como una Chiquilla.

Sin pretensión alguna de escritora, más bien de quien comenta con los dedos. Me abro a este espacio, permito que mis ideas fluyan hacia mis manos y les cuenten todas esas cosas que puedo tener en la punta de la lengua, la emoción del libro que acabo de leer, la película que me gustó o no, el disco que me llevó a vociferar, porque cantar definitivamente no va conmigo.





Esa fue mi propuesta en la edición No.1 y así ha sido en este recorrido hasta llegar a 100 entregas, he dejado que mis ideas fluyan y las he compartido.   No sé si mi ritmo es lento o si llevo buena velocidad, pero aquí estoy y me parece que he sido fiel a lo que indiqué en principio,  porque tal y como menciono en la biografía, 

De esto se trata

De aquello que debo compartir, porque sería intolerable callarlo y no disfrutar ese placer con los demás, de lo rico que fue eso último que acabamos de probar y que dejó huellas en nuestra mente y nuestro paladar, del agradable recuerdo de lo que vimos recientemente o anteriormente, ese aroma que se te pega, se mete en tu nariz y la experiencia de describirlo es deliciosa, sentir la piel vibrar, nacer y vivir.

Debo agradecer a las personas que me han acompañado estos años, me motivan, me impulsan, me retan a mejorar y a disfrutarlo tanto que se pueda transmitir ese placer.

¨ GRACIAS ¨

Sigamos compartiendo.


ENLAZANDO LOS TEMAS Y LOS RECUERDOS

Los temas para escribir dan vueltas en la cabeza pero sin concretizarse, solo con las ganas de poner a mover los dedos y la imaginación.  Y una diosidencia vinculada a algo que había escrito justo hace dos años me llevó a seguir leyendo otros textos escritos.

Sin embargo en este momento no me voy a ir muy lejos, me voy a referir al último documento escrito, aquel sobre el olor de la lluvia y la canción de Johnny Ventura, porque mientras lo leía empecé a recordar comentarios que parecían vinculados a lo escrito o a la canción.  


De inmediato me llegó a la mente un comentario muy particular de mi hermano.  El dice que la ginebra le ¨sabe a besos de mujer bonita¨, y lo dice saboreando su trago con tanto placer que cualquiera a su lado, al oler la ginebra instantáneamente la imaginación dibuja una mujer linda.


Sin embargo mi liquita, Miosoti, encuentra inspiración en el aroma que despide cuando se destapa una botella de Barceló Imperial, el cual ella define como un trago muy noble.

En ocasiones he comprado un aceite ambientador con aroma de galletas y la memoria lleva de inmediato a la navidad. Hasta se pueden escuchar las canciones alegóricas.

Definitivamente hay aromas vinculados a lugares.  Los olores en una tienda de perfumes  en una plaza o mall hacen sentir millonario a cualquiera. Y qué decir que unas palomitas de maíz en la casa son el mejor complemento para comenzar una serie de películas aún sea en Netflix y a través de un celular.

Saborear una jalea de batata me transporta a la casa de mi abuela Tinita en Baní.  Para Semana Santa allí se preparaba jalea o habas dulces. En ningún otro lugar he comido habas y con la jalea había, además de la fusión de sabor, el recuerdo de todo el proceso de preparación, en el cual estábamos incluídos los primos que allí nos juntábamos en esos días de vacaciones.

Identificar sabores especiales, olores particulares o texturas, nos vinculan a recuerdos que buscan mantenerse en la memoria y evocar principalmente buenos momentos.  ¿Cuál es tu recuerdo?




Despertando pasiones y recuerdos

¨La lluvia huele a traguito, debajo de la enramada,
huele a besitos de la mujer que me agrada.
La lluvia huele a asopao y huele a grupo de amigos,
huele a perico ripiao y a noche contigo,
Me huele a caricia de mujer bonita
me huele a malicia, mami,  y a madrugadita.
A tambora y bulla
a grupo de amigos
a la esencia tuya
y a noche contigo.
Huele, Huele.
Huele a galería, me huele a amistad
huele a alegría y a felicidad.
La lluvia a arco iris y huele a tierra mojada,
huele a gotas en el zinc con música de cascada,
huele a guiso, a sancocho de pato,
al aroma del chorizo
a guitarra y al patio.
Huele, huele
A sancocho de pato
a traguito de ron,
a guitarra en patio,
a merengue y son.
La lluvia huele a rico asopao
A tierra mojada,
a chivo guisao bajo la enramada
huele,
huele,
me huele a bandeja de café con pan,
a canciones viejas y me huele a pan.¨

Es una canción que me encanta y que no me canso de escuchar.  Interpretada por Johnny Ventura.
Una evocación de buenos recuerdos, de momentos de gozo y alegría.

¿Quién no disfruta una lluvia debajo de una enramada? Imagine, sentado en una mecedora, solo, bien abrigado pero también contando con que la lluvia que cae es completamente vertical y serena. Una taza de café en la mano. El mejor momento, el mejor sedativo que se puede encontrar. 
Pero también imagínese esa misma enramada, la misma lluvia, su esposo o esposa, el compadre y la comadre, tu hermano, una botella de ron y una agradable música y la certeza de que en el fondo, en la cocina, hay un sancocho burbujeando.  Júbilo, alegrías, celebración, risas.
Se despierta la creatividad sobre todas las posibilidades al escuchar la canción. Hasta se siente el aroma del café con pan cuando se menciona. Es increíble cómo se activan los sentidos.

Y así al continuar escuchando la canción permanece la emoción, la expectativa.

Nada como guitarra en patio, sea que a usted le guste un bolero, una bachata, un merengue o una canción cristiana. Es su elección, pero también es la emoción, el momento.
Disfrútala conmigo al leer esta líneas, más abajo dejo el enlace para que ni siquiera tenga que buscarla.  Esas emociones que quedan, esos momentos que se disfrutan, es nuestro mayor regalo de la vida.

(video EL OLOR DE LA LLUVIA. Copiar el enlace) https://youtu.be/wzVxfHKMJug


RECORDANDO LA NIÑEZ

Se acerca la celebración del día de las madres en República Dominicana. 
Para muchos ¨el acontecimiento¨ del año.
Pensé que ese podría ser un tema para comentar y compartir pero como boomerang de agua fría retornó el convencimiento de que cualquier cosa que pueda decir o sugerir sería un cliché, manoseado y  desgastado, sin embargo, por encima de esa idea también sentí que podía encontrar algo diferente para decir que sirviera de motivación, aunque en su momento yo misma no lo supe definir.
     ¿Qué mejor manera de aclarar las ideas que haciendo el ejercicio?
Me quedé pensando si era algo que me gustaría decirle a mi mamá, o si por casualidad era contar alguna anécdota sobre ella.  Todas las ideas que me cruzaron por la mente tenían la imagen de un anuncio comercial, que es precisamente el debate manido para todas las celebraciones populares establecidas anualmente en el calendario: que son un recurso comercial para que la gente gaste en regalos y atenciones.

Y ciertamente es evidente que el concepto ha sido aprovechado por los comercios para promover el consumo utilizándolo como excusa, pero la respuesta es más gastada aún, de que el motivo debe celebrarse todos los días. Sin embargo a diario nos olvidamos de demostrar los afectos, de tener detalles y prestar atenciones, con lo cual me parece bien que se instituya un día y que la mayoría aproveche la oportunidad para recordarlo y expresarse.

Entonces sería bueno también recordar cosas vinculadas con este día. Quizás contar anécdotas de cuando se tenían pocos años.
Llegaron los primeros recuerdos a mi mente, historias de muy temprana edad.  Yo era consciente, no solo porque lo sentía en la piel, sino también porque veía la frustración y la carga que expresaba mi madre, el arduo trabajo que significaba lavarme el pelo cada semana.  Tenía mucho cabello y muy largo y además era muy dramática (y sigo siéndolo) y me dolían mucho los jalones que había que darme.  La cuestión con este momento era todo el escenario envuelto: cada sábado después de arreglar la casa, mi madre me sentaba en una sillita en el patio, cerca de la manguera, me dividía en dos largas colas el pelo y empezaba la faena, con pausas para ir a mover los calderos de la comida.  Era toda una aventura, porque implicaba pasarme la mañana echándome agua como si de un día de piscina se tratara.  La peor parte era desenredar todos esos ¨moños¨, que aunque en ese momento eran más manejables no dejaba de ser complicado.

Y si la labor regular de mantener el pelo limpio era toda una aventura, ¡ya se imaginarán lo que significa retornar de la playa un domingo en la noche y resolver ese asunto para estar impecable el lunes en la mañana! 

Recordar es disfrutar muchas veces los momentos vividos, sobre todo si están cargados de humor.  Ese recuerdo fue la chispa para traer al escenario otros que se van perdiendo, como el hecho mismo de que cuando aún no había posibilidad de estar en una escuela formal debido a la temprana edad, sobre todo para una muchachita demasiado despierta e inquieta, hubo que inscribirme en una pequeña escuelita que quedaba justo al lado de un negocio de carbón y que tal y como puede resultar evidente, conversadora al fin, mis clases terminaban sentada en mi sillita (la que cada día llevaba a la escuelita) al lado de los depósitos de carbón, conversando con las personas encargadas y cambiando la tonalidad de mi blanca ropa por otra un poco más saturada de negro.   Ahora nos causa risa pero en su momento era motivo de dolores de cabeza.
Si estaba convencida de que debo expresar todo mi amor y agradecimiento cada día a mi madre, al recordar esta travesura valido que no ha sido suficiente y que la carga conmigo no era tan liviana como yo pensaba: debo ocuparme de agradarla un poquito más porque evidentemente me he quedado corta. 
Hay que sumar otras flores al próximo regalo, no importa que parezca comercial. 


Otra cosa de la que me convencí es de que momentos compartidos recordando eventos como éste traerá risas y renovará en ella las emociones vividas con su niña que ya no es tan  niña.


SABOREANDO RECUERDOS

Uno va dejando muchas cosas guardadas en el celular, sobre todo imágenes que quizás no utilizaremos pero que nos gustan, y se va llenando la memoria del mismo y como corresponde hay que empezar a borrar fotos y videos para recuperar espacio. 
Así fue como encontré una captura que hice hace un tiempo sobre una publicación.  Tenía un propósito, conservar los nombres de los vinos mencionados, pero al verla mis pensamientos se detuvieron en recordar otras escenas de una de mis películas favoritas, Ratatouille.

He hecho ratatouille en casa y ciertamente ha gustado mucho, pero lo mejor sobre evocar el plato es recordar el momento en que Antón Ego, el crítico culinario, se remonta a su niñez en el instante que saborea la combinación de vegetales de ese plato.
Los recuerdos placenteros de la niñez normalmente están vinculados a una travesura o a una comida. Hasta nos permiten sentir olores y ambientes en donde vivimos esos momentos.

Tenía la intención de escribir muy descriptivamente sobre esos alimentos que hemos dejado de tener en nuestro menú cotidiano pero que inmediatamente los vemos o escuchamos mencionarlos nos transportan a nuestra infancia, sin embargo se me ocurrió primero hacer una consulta en algunos grupos de chat de amigos cercanos y me ha fascinado la forma en que han respondido.  Creo que con esa consulta alcancé el objetivo de lograr que quienes leen lo que se me ocurre escribir puedan sentir y disfrutar también lo que estoy describiendo, porque cada respuesta estuvo cargada de ímpetu, de placer, de añoranza.  

Y me parece que muchos coincidimos.  Hubo varias personas que recordaron cuanto les gustaba la gelatina, a mi particularmente la de color rojo, no importaba si era fresa o frambuesa.  El locrio de pollo o cerdo fue todo un éxito de sincronía, así como el gofio del que no me acordaba. Ya no se menciona, pero la malta morena, principalmente con leche condensada, era la favorita de una generación y como opción para los que podían acceder a ella, la chocorica.

En su mayoría la referencia fue a dulces o alimentos de desayuno o cena: Cocoa, Café con leche recién hervida acompañado de pan de agua, avena, harina de negrito, yaniqueques y algunos hechos por personas en específico porque no todo el mundo los hace así de buenos, el pan con mantequilla de nata de leche o simplemente pan sobao con mantequilla; arroz con leche para cenar, no como postre y la mazolemba (una especie de harina.  No estoy segura si se escribe de esa forma) que se preparaba principalmente en Palenque 
También el morisoñando y el jugo de ¨china¨ recién exprimido, así como el mabí de limón de doña Ramona. Y de los dulces me encontré con el triangulito de leche condensada, muy popular por lo práctico y asequible de precio, el conconete con refresco rojo, porque la combinación era lo que hacía especial ese postre, los ¨bolones¨, el jalao y la cocaleca que todavía mantienen su consumo y popularidad. Uno muy peculiar fue el que combinaba el pan de agua con el dulce de coco tierno. 

La habichuelas con dulce estaban entre las menciones, pero puedo deducir que quien la recuerda de su niñez mantiene a flor de piel el niño interno, porque es un postre que se consume con frecuencia, especialmente en época de Cuaresma.

Tengo un amigo que añoraba la compota de frutas y me parece que se fue muy al principio de sus recuerdos de infancia. 

Las amigas de colegio recordaron con mucho placer el bizcocho ¨borracho¨ que solo se podía comprar a escondidas y a la salida porque los padres no aceptaban que uno comiera esos dulces y mucho menos a esa hora. Ahora lo han refinado y le llaman Red Velvet.
Otro recuerdo colectivo fue el de las pizzitas y los pastelitos que también se compraban a la salida del colegio, en la Panadería y Repostería Villalona. Había olvidado que realmente eran sabrosos.

Porque debo aclarar que algunos recuerdos de alimentos vienen con etiqueta de especificidad sobre las personas que los preparaban o el lugar donde se conseguían: 

  • Los helados de Elena, de coco, leche y fresa.
  • Las toronjas rojas de Vizcaíno (padre) y los dulces de cajuil de Alicia la de Don Marco Pérez.
  • Las arepas que vendía Cadete el de Pedrito Pérez y el pan de batatas. 
  • Los mangos de Isidro el abuelo de Fernando el Loco. 
  • Helados de potecitos que vendían en el colmado de Carmito y Elena.
  • El dulce de coco de Bonilla. 
Otros vienen con marcas y formas muy particulares o en combinaciones que de no ser así no evocan la niñez: La leche Bambi, el pan con formas peculiares al igual que las galleticas que fueron endilgadas a las monjas, los caramelos que traían premios, no sé si por el caramelo o por la emoción de descubrir qué nos podíamos ganar.
Otros amigos son muy peculiares en su memoria culinaria. Me encontré con un pan ¨de cuatro tetas¨ preparado con aguacate y tomate y otro amigo que prefería arroz con huevo a las 11 de la noche. 
De las pocas cosas que me atraía comer, porque siendo niña mi gusto por la comida era muy limitado, estaba el repollo rayado, sin sazonar. Me lo encontraba un poco dulce y eso me agradaba. Nunca se me hubiera ocurrido que las berenjenas o los guandules secos podrían ser un recuerdo de alimentos de la niñez, tampoco los chulitos, ni el cocido o los bollos de harina con coco, los cuales se preparaban en mi casa pero definitivamente no me atraían.  Quizás la sopa boba que tanto le encanta a mi prima, pero sin mucho afán.

La experiencia de ver mencionar todos esos alimentos fue muy agradable, pero mejor aún, el entusiasmo con el que se hacía alusión a cada uno de ellos y la alegría de momentos de infancia vividos y vinculados a esos recuerdos.  Muchas cosas son difíciles de rescatar, ya no se preparan, ya no se venden, ya no están, pero entiendo que otras las estaremos ubicando, elaborando, rememorando, para traer la felicidad que nos brindaron esos recuerdos a nuestras vidas.



No me toques... Hagamos el amor

Cuenta un relato que ¨para hacer el amor no es necesario el encuentro físico¨.

No pienso igual.

Se hace el amor con todos los sentidos aún sin llegar a una intimidad profunda.  Hay encuentro físico entre dos miradas que coinciden y se resisten a dejarse de tocar. Los ojos son el espejo del alma y estos pueden decir tantas cosas sin abrir los labios, pueden contar historias, invitar y recordar.


Haces el amor con un breve toque de la piel. Sientes que en ese instante se desarrolla un alfabeto en braille que llena cada poro con palabras incoherentes.  Es inexplicable el imán que se activa con el roce de unas manos que se sienten atraídas por otra piel, por el movimiento de los dedos en suave recorrido, por la respuesta cuando se eriza y se transforma mágicamente pasando del frio al calor y viceversa.

Hay canciones que también conquistan, incitan, te transportan al lado de la persona deseada, entre sus brazos, boca a boca, lo demás es imaginación y ganas. ¿Cómo no sentirse provocado ante un bolero cantado por una voz romántica como la de Ana Belén en donde pide que la ate a la pata de la cama solo para saber ¨cuanto amor nos cabe de una sola vez¨?

Y qué decir de esos aromas que identifican personas, lugares, momentos. De la química del aroma de la piel que solamente puede ser percibida y disfrutada por ese complemento de tu alma. Quizás de la preferencia por ciertas fragancias que emana el cuerpo, sobre todo cuando está excitado, sólo eso es suficiente para sentir la respuesta de nuestros cuerpos casi de manera orgásmica.

¿Se puede hacer el amor y llegar al éxtasis con solo besarse? Hay besos que en perfecta sinfonía de labios y lengua te conducen a movilizar todos los sentidos del cuerpo.  Unos labios que besan con toda la pasión del alma y que son correspondidos en igual dimensión, elevan al éxtasis sin siquiera tener otro tipo de contacto. 

Te invito a releer estas letras poniendo toda tu atención en cada palabra, dejándote transportar a cada escenario, llenándote de amor con los cinco sentidos.


HAZ ALGO HOY QUE TU YO MISMO DEL FUTURO TE AGRADEZCA


Hay mucha lectura corta que llega a mis correos diariamente, siempre hay mucho de donde escoger y de distintos tópicos que son de mi interés.
Leí el título de este relato en uno de esos textos, uno que motivaba a organizar las ideas para tener un mejor progreso, pero también a esquematizar nuestros planes y objetivos para lograr un crecimiento sostenido en el desarrollo profesional. Y escribí una nota en papel para recordarlo.
Todos los días veo la nota que escribí y que coloqué en un pin de tarjetas de presentación que está colocado encima de mi escritorio.
Todos los días me hago la pregunta sobre qué puedo hacer hoy.
Todos los días lo primero que pienso es que debo escribir sobre eso mismo, pero también pienso que algo que pudiera hacer hoy y que mi yo del futuro me agradecerá es escribir más frecuentemente, a diario de ser posible.

Estoy fallándole a la ¨mimisma¨ del futuro. 

Ya voy con retraso, hace semanas que puse ese recordatorio.

Y para comenzar a escribir, empecé a hacer uso de las recomendaciones que me hacía el texto que leí y empecé a esquematizar mis ideas y a preguntarme:


¿Desde otros ámbitos de mi vida, que podría hacer hoy que pudiera agradecer en un futuro?
Sospecho también que me impactó tanto la expresión porque pienso en mis hijos, en lo útil que puede ser para ellos. Pienso que si hubiese recibido esta herramienta cuando tenía 20, 25 o 30 años, llevaría una ventaja enorme, pero así suceden las cosas. De todos modos voy aprovechando la recomendación, puedo tener más claridad sobre lo que quiero hacer o donde quiero estar dentro de 5, 10 o 15 años.
Tampoco voy a entrar en reflexiones tan usadas que parecen anuncio de televisión, de esos que se te pegan en la cabeza desde que te despiertas y te preguntas: ¿por qué yo estoy pensando en eso?

No dejan de ser válidas, no las rechazo, pero pienso que cada persona tiene su punto de equilibrio con relación a sus preferencias y que lo que es diversión para unos es un estrés para otros.  Es válido desde joven pensar en comer más sano, hacer ejercicios, disfrutar los momentos con amigos y familia, hacer de la capacitación el motor de cada día, dar gracias, meditar, si pensamos que a futuro estaremos disfrutando los beneficios de seguir esos consejos.  

Es válido también pensar en vivir la vida al máximo, viajar, tomar la vida con menos presión.

Pienso que debí haber tomado clases de pintura, así mis inventos de ahora quedarían más bonitos o quién sabe si pudiera estar lucrándome por eso en estos momentos. 

Está comprobado que estudiar lo que otros te recomiendan no es buen consejo, a menos que también sea lo que resuena en tu corazón. De todos modos siempre hay posibilidad de enmendar en el camino.
Y así van surgiendo las ideas, van reapareciendo los sueños desplazados. ¿Cuáles de esos se pueden realizar hoy que todavía serán agradecidos a futuro?

Recordando un lamento

Y se coló la tristeza entre los huesos,
se convirtió en nostalgias
y llenó de rocío mis ojos,
de canciones y recuerdos mis oidos,
se me instaló en el alma
para siempre recordar.

Lamento tu ausencia,
ciertamente que la lamento.
Lamento los momentos en que 
solo tu presencia hubiese llenado
mis espacios de fortalezas,
del apoyo que necesité.

Lamento el soporte que me faltó
ese que hubiese cambiado el destino de las cosas
que me hubiese llevado a tomar mejores decisiones, a trazar un mejor hoy
o por lo menos uno distinto.

Hoy sigo recordándote.
Publicado en FB el 05 de enero 2016
(Hubiésemos celebrado tu cumpleaños hoy)

MUCHAS CABEZAS, MUCHOS MUNDOS

 "Cada uno de nosotros creamos un mundo entero en nuestra cabeza y vivimos en ese mundo".    El Quinto Acuerdo, por Don José Ruiz....