Mis fantasmas personales

Me he divertido muchísimo leyendo un relato sobre fantasmas, escrito por Eduardo García Michel en su columna EN DIRECTO del períodico Diario Libre (https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/los-fantasmas-son-mamiferos-PC27611097)

Y después de disfrutar la columna varias veces, empecé a escuchar las voces de mis propios fantasmas, sintiéndose identificados y haciendo un llamado de atención. Porque en realidad más que fantasmas, son compañía, aliados, protectores.  Me empujan a que también les mencione en La Punta de la Lengua.  

De manera natural se han convertido en ese ¨ chisme ¨ (expresión popular de los españoles, tal y como les he compartido en aquel escrito de marzo de este año sobre ¨ El Susurro Mágico ¨ ), dándome buenos consejos y advertencias para mi mayor bien.   Mis fantasmas son variopintos: ángeles, maestros, guías, parientes que dejaron de estar físicamente, seres de luz, algunos que se ven como luz, otros que ni se ven, pero se sienten. 

Con frecuencia la gente invoca a sus ángeles y me pregunto si en realidad están preparados para ver un ángel de acuerdo a las descripciones conocidas.  Suponemos que son seres alados y brillantes. He leído también que en realidad su tamaño, en términos de figura humana, es superior a lo que podemos imaginar, la fuerza de la energía que emanan también debe encontrar recepción en nuestros cuerpos, con lo cual hay ciertas condiciones de entendimiento y de fe que hay que poseer. 

¿Estaremos realmente preparados para ver ángeles en su dimensión? 

Porque no es lo mismo decir que viene el lobo a realmente verlo llegar.  

Confieso que tuve momentos de meditación donde llegué a analizar cómo sería la llegada de un ángel a mi habitación. ¿Qué haría? ¿Me asustaría? ¿Visualmente estaría preparada para lo que podría ser? ¿De qué le hablaría? ¿Podría siquiera decir alguna palabra?  Todavía hoy no sé si estaría preparada para un encuentro de ese tipo, pero mientras tanto me he adaptado a otras posibilidades: flashes de luz que se perciben con los ojos cerrados, o con ellos abiertos, como si de estrellas fugaces se tratara.

Algunos de esos fantasmas se presentan con efectos sensoriales, unos escalofrios, un cambio en la atmósfera difícil de explicar.  Algunas veces se escuchan ruidos, voces que uno hace el esfuerzo de ubicar en algún lugar de la habitación. ¿Olores? Ciertamente hay algunos que están identificados con aromas específicos, un perfume, una bebida.  

No sé dentro de qué categoría podría encasillarse a esos fantasmas que te cambian las cosas de lugar, pero de que los hay, sin lugar a dudas. 

A veces tengo pesadillas y en el instante en que puedo gritar para salir del enredo lo primero que surge es una oración, la forma de soltar el malestar y sujetarme a la mano poderosa que me reconforta, pero a continuación empiezo a buscar donde andan esos acompañantes que me guardan en todo momento.  Se van y me dejan sufriendo el doloroso malestar de un sueño no deseado.

Quizás no sea muy alto el número de personas que es consciente de los fantasmas que le acompañan, o si en realidad estén dispuestos a aceptar la posibilidad de que existen.  Puede ser divertido, les aseguro que si, contar con amigos personales e íntimos a quienes puedes hablar en cualquier momento, desde tu cabeza o en voz alta tratando de no perder el juicio, más bien de encontrarlo, de llenar de sosiego el alma y de escuchar, porque puede haber mucha conversación y mucha travesura.

 Yo debo estar perdiéndome de algunas variedades posibles.  ¿Conocen alguna?




A quien pueda interesar: alegrias compartidas

Escribo estas líneas con una profunda satisfaccion y alegria y quiero compartirla, porque como está escrito por aquí: 

De esto se trata

De aquello que debo compartir, porque sería intolerable callarlo y no disfrutar ese placer con los demás...

Y como dice una frase de Benedetti: ¨ no sé si lo habrá notado, pero de manera discreta...¨ , quizás en algún momento haya comentado que soy de tendencia a tener muchos sueños, largos y detallados,  ser consciente durante ellos y a recordarlos íntegros al levantarme.  Si no lo sabían, acabo de hacer una revelación.

En la madrugada de un día de principios del año 2019 tuve un sueño con toda esa descripción, largo y detallado. Reconozco la fecha exacta porque de  manera especial  me preocupé por escribirlo con todos sus detalles.  Era algo novedoso, también agotador, porque estaba vinculado al trabajo y era evidente el esfuerzo que realicé durante el tiempo que se ejecutó; amanecí muy cansada, sobre todo porque se supone que se duerme para descansar y eso fue como un bateo corrido.

Puedo detallar que el sueño estaba enmarcado en un ambiente futurista, no había carros voladores, pero si estructuras y organización social diferente. Tuve una situación difícil en el ambiente laboral, abuso de poder, presión, sobre asignación de labores, pero todo eso estuvo acompañado de desarrollo de estrategias, de creatividad, elaboración de proyectos, que al final tuvieron un alcance y apoyo exitoso y productivo.

Al despertar tomé nota detallada del proyecto que desarrollé mientras dormía.  Las acciones estaban dirigidas al bien común, un enfoque de responsabilidad social en beneficio tanto de la institución como de los colaboradores.  Lo conversé con tres personas y después de mucho revisar lo que había escrito, decidí compartirlo con la persona de interés en la institución donde laboro.  Reflexionando llegué a la conclusión de que si esa idea había llegado a mi a través de un sueño tan lúcido y detallado, no podía retenerla. Lo importante era que se pudiera desarrollar, estuviese o no involucrada. 

En principio no hubo respuesta, pero tampoco hubo rechazo. Después de unas semanas me atreví a preguntar y obtuve una vaga respuesta. De todos modos me sentí con el deber cumplido.

Hasta que lo vi recientemente.

La satisfacción que estoy sintiendo es porque he visto en una publicación sobre Responsabilidad Social de una institución en México, la cual a partir de la pandemia ha desarrollado algunas estrategias nuevas, entre ellas una que ejecuta la idea que presenté aquí dos años atrás.  Lo expresado en el artículo que leí no tenía el detalle del proyecto, pero bastaron esas 3 líneas de explicación para saber que se trataba de lo mismo y de inmediato emocionarme.  

En su momento me llegué a cuestionar sobre ese proyecto producto de un sueño, su validez, efectividad, posible acogida.  Ver que otros lo ejecutan me reconfirma y me reconforta. La idea es buena y ha sido replicada.

La puedo compartir, a quien pueda interesar.


¿Ya gestionó su caldo?

No hay cosa que motive más el deseo por un sancocho o un caldito que ver el cielo nublado, sobre todo si es lunes, que también es motivo de caldo, por aquello de los tragos del fin de semana y de equilibrar el estómago. Y este lunes ha estado muy nublado y por algunas zonas del país más bien lluvioso, por unas tormentas que andan rondando el territorio.

Desconozco de experiencias similares en otros países, excepto quizás entre los Cubanos y los Puertorriqueños como caribeños que somos, pero puedo mencionar que el dominicano se las ingenia para crear patrones, tradiciones no formales pero reconocidas por todos, como la combinación de lluvia y sancocho.

Un ejemplo de eso está referido a otro de los platos típicos, la bandera dominicana.  La combinación básica es arroz blanco, habichuelas rojas guisadas y carne guisada también. Algo así como el rojo de la habichuela, el blanco de la cruz y vamos a suponer que el azul está identificado con la carne guisada. Pero la tradición no formal de este plato es que, además de esos elementos, le cae bien una tajada de aguacate, una ensaladita verde y unos plátanos maduros fritos.

Termina siendo como un bufét personalizado. Normal.

Y siguiendo con la comida, un mangú bien acompañado debe tener los famosos ¨ tres golpes ¨  huevos, queso blanco y salami fritos.  Pero no le puede faltar la cebolla por arriba. Todo eso principalmente para desayunar aunque cae muy bien de cena también, sin embargo, su mejor momento es antes de hacer un viaje en carretera, que no importa si usted no va a pasar de Villa Altagracia o a llegar a Haina, inmediatamente se cruza el peaje ya está viajando al interior y eso es lo que motiva.

En sectores populares, principalmente, los días para limpiar la casa a profundidad son los sábados, temprano, porque las mujeres que realizan esta labor deben tener tiempo para ir al salón a arreglarse el pelo en horas de la tarde.  Esa limpieza, costumbres dominicanas, requiere cubetas de agua, escoba y detergente, pero le falta sazón si el radio no tiene puesto una emisora con salsa o en su defecto algunos discos de amargue, bachatas o baladas.  Las más mencionadas siempre son las de Marisela, que destilan dolor y sangre y extrañamente ayudan con la adrenalina necesaria para completar esa y las demás labores del día.  Para contrarrestar y como tradición, siempre es agradable pedir un par de cervezas al colmado y entre pasadas tomarse su trago para ir refrescándose.

Y a propósito de los sábados en la tarde después de las labores del hogar,  la visita al salón de belleza termina siendo más un desahogo y tertulia que de por si la rutina de cuidado personal. Hay que ver en los salones, de manera más notoria en los barrios, la complicidad y emoción de hacerse unos rolos y meterse en un secador de pelo, con un vaso de cerveza en la mano y la música inundando el espacio. Se puede estar quemando la cabeza con todo y orejas, hasta los pensamientos, pero entretenidas, compartiendo con su estilista y con la vecina que hace el mismo horario.  Toda una rutina para soltar el estrés.

Estas son solo algunas rutinas acompañadas de tradiciones no formales de los dominicanos, pero seguro tendremos muchas más que ahora mismo no recuerdo, o que no puedo mencionar para no alargar el texto, pero me gustaría conocer. Quizás me puedan contar en los comentarios y más adelante pueda complementar lo escrito el día de hoy y compartirlo.  

Aunque no sea un lunes con asomo de lluvia.


Conversación inspiradora

La dama de la semana pasada, aquella que por un momento perdió la orientación hasta que luego, después del silencio y la contemplación recordó que era una Musa y que además está llena de inspiración y creatividad para todo aquel que se lo solicite, me pidió que conversáramos.

Muy específica en sus condiciones, Calíope pidió una copa de vino en un atardecer y juntas sentarnos en el balcón. Le gusta la música, pero a esa hora de la tarde es muy agradable la bulla de las cotorras atravesando Gazcue para buscar su lugar de descanso.  Lo que para muchos es ruido, por supuesto para una musa conectada con el universo es parte de los tesoros de la creación.

En realidad creo que la cita era, más que una solicitud de su parte, una lectura de la preocupación de mi corazón, de las palabras no dichas y que ella escuchó a viva voz.  

Pasaron unos días con asomo de tormenta, lluvias aleatorias y mucho gris, sobre todo a la hora del atardecer y se postergaba el encuentro. Pero el momento llegó.  En un país caribeño y tropical como el nuestro es más seguro contar con días soleados, porque además de estar ubicados ¨ en el mismo trayecto del sol ¨, también estamos ubicados en el mismo trayecto de los huracanes y ciclones. Y no está mal, solo que tener el clima de vacaciones todo el tiempo a veces cansa la piel. 

Me decidí por un rico espumante, rosado, frio, inspirador, como ella.  ¿Quien comenzó? Entre palabras, sonidos, brindis, se confunde quien inicia la conversación y quien dispone la siguiente palabra. En ese punto no pude dejar de recordar y mencionar el Soneto XVII de Pablo Neruda, especialmente la interpretación de Presuntos Implicados que me encanta ( https://youtu.be/iwEz9vCE9dU ), en esas líneas que dicen:

¨ Tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, Tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño ¨.

Volviendo a la conversación con Calíope, ella ha notado que aunque he aprendido a no dejarme presionar por el autocompromiso de expresar las ideas a través del blog cada semana, no es menos cierto que a veces he requerido un poco más de concentración para fluir con los acontecimientos y conectar con temas que aún no haya tocado, o que quizás tengan una visión diferente para ser compartida. Su esfuerzo por inspirarme le ha tomado un poco más de dedicación.

Me detuve un momento mirando al vacío. Con frecuencia lo hago y a veces ha sucedido que las personas que se encuentran en esa línea de visión lo han notado y quizás pueden pensar que les estoy observando y en realidad no es así.  Lo cierto es que para una musa no hacen  falta palabras, sobre todo para aquella que es la inspiradora de la elocuencia. Ya había escuchado.  Sintió el suspiro del alma y descubrió ese deseo de encontrar más conversación a través de lo escrito con aquellas personas que se detienen a leer lo expresado.  Conoce bien mi gusto por compartir las cosas que leo, que escribo, que veo o aprendo, de eso se trata este espacio, y de cuanto disfruto el intercambio.

Y como musa al fin, de inmediato le surgieron algunas ideas que podíamos desarrollar, alternativas para mejorar las charlas, para crear los espacios e interactuar. Entonces lo pude sentir, de eso se trata la musa, la inspiración, era como sentir la luz del sol al caer la tarde atravesando mi cuerpo, desplegando su brillo por todo el derredor.

Puede que tome un tiempo, o quizás no. Pero definitivamente algo haremos, todos, ustedes y yo.  ¿Alguna sugerencia?



MOMENTOS HISTORICOS

 "Los días históricos se ven normales cuando los vives desde dentro"    Albus Dumbledore. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlo...