¿Y si volvemos a escribir cartas?

No es la primera vez que el tema se me enreda entre los dedos. Ya una vez escribí en este muro una carta a una amiga contándole algunas travesuras (No te olvides de escribirme!) y en otra ocasión también compartí unas líneas con reflexiones de varios días relatados en un diario (Querido Diario. Dos puntos.)

Y me entra nuevamente la nostalgia. De compartir notas, pero de una manera diferente a lo que actualmente se estila, con papel, tinta, dedos y sentimientos. Utilizar el sistema de correos. 


A veces escribo notas que coloco debajo de la almohada, como lo sugirió el escritor y poeta Jaime Sabines. Eso me acerca a llenar esos íntimos anhelos, porque me queda claro que eso de escribir cartas es un susurro en mi alma, uno que he tenido toda la vida.  

También he utilizado una página en línea que se llama FUTURE ME, donde me he escrito a mi misma una carta que me llegará en una fecha específica en el futuro. Y ciertamente fue emocionante recibirlo, excepto que fue un correo electrónico y fue diferente la emoción.

Me encanta la modernidad tecnológica, la posibilidad de estar siempre en contacto con los que no están cerca a través de las plataformas de comunicación, cualquiera de ellas que sea de su preferencia, incluso con las videollamadas, que hasta nos permiten tener un contacto en tiempo real y visual, pero es importante para mi este gusto "vintage". Pensándolo bien y haciendo el enlace, ahora entiendo por qué también me encantan las postales, es algo que busco cada vez que tengo la oportunidad de estar fuera del país o que pido a aquellos cercanos a mi que visitan otros países. 

Recuerdo que siempre tenía a mano una cajita con papeles y sobres decorados y llegué a enviar tarjetas de navidad a amigos y familares, una tradición que sostuve durante muchos años.

No sé si lo han sentido, pero hay una emoción especial en el momento en que se recibe una carta o una postal. El servicio de correos es muy utilizado en otros países y quizás pueda resultar algo normal y común, pero siento que aquí se ha perdido mucho de esa magia.

La parte difícil de escribir cartas y postales es que probablemente lo que pudieras escribir ya ha sido compartido a través del celular o en un correo electrónico. ¿Qué decir en papel cuando ya has podido escribirlo en un mensaje instantáneo? Lo pensé muy detenidamente y llegué a la siguiente respuesta: las expresiones de amor: las palabras que con frecuencia dejamos para decirlas después, en un momento especial, regularmente para los cumpleaños y días feriados.  

Y por ahí estoy aprovechando aquellas postales que me han traído de otros países o que yo misma he conseguido y en vez de guardarlas para que se pongan amarillas, las estoy compartiendo, expresando mis afectos y enviándolas por el buzón de correos, sin tiempo ni prisa. 

Si me mandas tu dirección es posible que recibas una linda postal en la puerta de tu casa.




Los placeres simples de la vida

Dejarse llevar por los placeres simples de la vida es una de esas lecciones  trascendentes de cada día, el reconocimiento de las cosas que son realmente importantes en la vida.  Los Daneses lo llaman Hygge y lo consideran un arte. La pandemia de COVID-19 nos hizo reflexionar sobre lo que realmente es valioso e importante, aquello que no puede obtenerse con dinero o por méritos, sino con afectos, con dedicación y empatía, desde el corazón.  El valor del tiempo dedicado a la familia y los amigos alcanzó un reconocimiento y dimensiones elevadas: abrazar, expresar el amor.

Seguro que ya muchos han identificado algunos de esos placeres de la vida que de forma natural son simples pero a la vez relevantes y hoy quiero compartir específicamente algunas ideas.

Comenzando con lo básico, aquello en  lo que todos están de acuerdo pero no se menciona de manera explícita, sino más bien reservada, como por ejemplo cuando podemos complacer la urgencia de ir al baño, ese momento en que finalmente y a tiempo podemos sentarnos, soltar y respirar profundo.

Un vaso de agua en un momento de mucha sed y calor resulta ser el alimento más rico del planeta, sin mencionar lo que podría provocar un vaso de aquel conocido refresco con mucho hielo, que hace agua a la boca y está vinculado a la frase aquella del desierto.  

Y continuando con el tema del calor que nos ataca, un baño refrescante para bajarle la temperatura al cuerpo sería un placer simple pero gratificante, sobre todo en un clima como el que estamos teniendo: puede ser una ducha, una manguera, un rio.

!!Qué grato es poder transitar una tarde sin encontrar entaponamientos en el camino o choferes ignorantes e irrespetuosos!!

Y si de comidas hablamos, la subjetividad y las experiencias marcan una diferencia entre las exigencias de unos y otros, pero en sentido general, las tradiciones y la cultura nos llevan al deleite de esos sabores que nos acompañan desde la niñez, no importa la condición social, los cuales siempre solían ser sencillos y fáciles.  

Podemos destacar aquellas picaderas que fueron parte de la merienda en las escuelas, sin tomar en cuenta a cual usted asistiera. No eran para platos elaborados, sino alimentos simples que permitieran satisfacer el hambre y permitieran continuar con la jornada escolar dejando recuerdos entrañables: bizcocho como aquel llamado "borracho" que llevaban en una bandeja, divido en cuadritos y que ahora llaman "red velvet"; o un helado casero presentado en fundita, especialmente el de batata con coco. Las gelatinas siguen siendo utilizadas con lo cual no pierden actualidad y más fáciles no pueden ser. Por supuesto no puedo dejar de mencionar el yaniqueque.

Acostarse  en una cama con sábanas límpias recién colocadas; el aroma del café recién colado y cuando finalmente lo puede saborear, la ricura en el paladar; el breve instante en que sentimos la humedad en los pies enterrados en la arena de la playa, con la vista en el horizonte azul, o si prefiere el aire frio de alguna zona de montaña, la posibilidad de recostarse en un mueble, arropado, con una taza de algo caliente o una copa en una mano y a lo mejor un libro en la otra, o el control de la TV listo para iniciar una serie. Quizás prefiera compartir ese momento con las personas que ama.

Piénselo. Haga su lista.  De seguro hay muchas cosas que realmente disfruta y que no tienen un costo comprometedor, no requieren un esfuerzo alto para obtenerlo y por el contrario, le proporcionarán ese momento de felicidad que andamos buscando y que en realidad es el verdadero concepto de vivir la vida.





DE GESTOS Y EXPRESIONES

He estado observando la forma en que los humanos adoptamos de manera consciente o inconsciente y a veces por aprendizaje, gestos, posturas, frases, expresadas por otros y que terminan siendo parte de nuestras vidas.

Ya lo vimos en lo publicado anteriormente sobre Bobby el boricua en La Escuelota,  quien llegó en yola a Puerto Rico y habiendo estado solo unas horas en la isla, hasta que fue deportado, de inmediato adoptó el ritmo de voz de los puertorriqueños y desde ahí se autodenominó el boricua.

Tengo una compañera que me recuerda mucho al Conde Drácula de la película Hotel Transilvania y en este caso no me refiero a la figura. Aunque ciertamente mi amiga es alta y esbelta como el personaje, debo aclarar que ella es hermosa; con frecuencia en sus conversaciones repite la frase  "Blah Blah Blah", incluso con la misma entonación, expresión muy características del Conde. 

Ahora es muy usual poner cara de emojis, especialmente las expresiones de asombro o de duda. Tengo una amiga especial, rubia de ojos verdes, que levanta una ceja igualito que un emoji, y cuando lo hace lo dice todo. También conozco una persona muy cercana que realiza un baile igual que un emoji, aquel que es solo una figura de líneas y que mueve su cintura y su trasero muy acompasadamente.  

Personalmente he tenido muchas situaciones en relación a los gestos y expresiones faciales, porque tengo la tendencia a expresar con la cara todo aquello que trato de callar. Hago el esfuerzo de aprender a controlarlo, pero incluso en pandemia y con mascarilla me resultaba muy difícil.  

De manera particular tengo la tendencia a repetir palabras o frases que escucho.  En ocasiones, cuando alguien me hace un comentario dudoso me pueden escuchar diciendo: ¿De qué estás hablando Willis? Pertenece a la  serie norteamericana llamada BLANCO Y NEGRO,  y así le decía el personaje de Arnold Jackson a su hermano, acompañado de un gesto en la cara. 

Es muy común que si compartimos con una persona tartamuda, casi de forma inevitable y de manera instantánea comenzamos a expresarnos de la misma manera.  Recuerdo un político dominicano que en un momento de la historia empezó a expresarse con gestos característicos del difunto presidente Joaquín Balaguer, como si fuese pariente, heredero.  

Un hecho sobre los aninales llama mi atención significativamente. Existe algo, no definido, que demuestra que a la hora de adquirir una mascota, si tenemos la capacidad de escoger a partir de las preferencias, normalmente esa mascota seleccionada se parecerá a su dueño. Lo podemos ver mejor en la campaña de televisión para Argentina del vehículo Citroen C4 Cactus 2023, que refleja la inclinación y el parecido de cada mascota con su dueño, estilo y gestos.  (enlace en la foto)

No sé si esto está relacionado de alguna manera a gestos y expresiones que adoptamos, pero veo expresiones de las mascotas reflejadas en sus cuidadores, ladridos o maullidos, miradas, y disfruto ver la forma en que nos vinculamos con ellas.  Imagino que habrán muchas historias por contar relacionadas con este tema.




Como si fuera eco

Ya lo mencioné, escucho, observo.  Lo que no mencioné es que a veces también repito, imito, me convierto en eco, sobre todo cuando hay programas de televisión o personajes que tienen expresiones que buscan impactar.... y lo logran.

Con frecuencia utilizo una frase que repetía Luis Gil en su personaje de Bobby el boricua, en la sección de La Escuelota del programa El Show del Mediodía, conducido por Freddy  Beras Goico en la década de los años 80.  Ante preguntas que hacía el profesor, el personaje respondía: "Eso es correcto teacher", con acento boricua. Así mismo la repito.

Hay que destacar que Bobby solo estuvo unas horas en Puerto Rico y de inmediato quedó contagiado del acento de los boricuas.   En ocasiones me pasa lo mismo con la comediante Nani Peña y su personaje de Plácida, de la misma escuelota.  Es que todos los comediantes que participaron en este programa simplemente son geniales y contagiosos.

Otras veces solamente repito expresiones que tienen un impacto, no importa el personaje o el guión, a veces se trata solo de la voz, la forma en que se arrastran las palabras, las cuales van creando un efecto instantáneo.  

Puedo mencionar que he escuchado en alguna transmisión de podcast de El Brifin que lo mismo le sucede a Uriel Suriel cada vez que escucha a Jaime David Fernández, a quien trata de imitar y debo decir que le sale muy parecido, a riesgo de quedarse sin voz y sin garganta. 

¿Quien, de las personas que han podido ver alguno de los programas, no ha repetido alguna frase del Chavo del Ocho, o de Quico?  

Ahora recuerdo un programa infantil de Discovery Kids llamado Save Ums, Pequeños y Poderosos.  Había uno de los muñequitos que cuando tenía una idea se mojaba el dedo índice con los labios y lo levantaba al aire, buscando la dirección del viento y decía: Ah, una idea, expresión que en algunas circunstancias también he repetido, aunque no mucha gente lo entendiera

Y no es solamente repetir esas frases que son icónicas y que son expresadas justamente para que se conviertan en parte del argot popular (expresado en lenguaje moderno, para que sean tendencia) sino también reflexiones que tienen su momento cumbre para resonar, romper la burbuja del pensamiento que se encuentra encerrado en nuestro cerebro.

Esto puede suceder de manera ocasional, excepto cuando se está viendo la serie Blacklist, la cual a veces pienso que es un manual de filosofías de vida: acciones, palabras, gestos; muchos elementos involucrados para sembrar en cada uno de los espectadores esa frase que servirá como lección.

Realmente es muy divertido, se los puedo asegurar, ver una serie o película y estando atentos, conectar con una frase en particular, porque sea agradable, quizás cómica, o a lo mejor una reflexión importante, esa respuesta que estamos esperando en lo profundo para entender un suceso de nuestras vidas o tomar una decisión.




Historias detrás de las imágenes

Voy leyendo y escuchando, pero sobre todo poniendo mi atención en los detalles.  A veces todo al mismo tiempo y en ocasiones agregando otros sentidos más. 

Inicialmente por curiosidad y luego porque desde hace un tiempo atrás hice consciencia de las formas en que se activa en mi la curiosidad y la creatividad. 


En una lectura digital encontré un artículo que me pareció atractivo y divertido. La idea no es nueva, la forma en que se presenta tampoco, pero en su momento logró su objetivo, llevándome a imaginar.  Se trata del fotógrafo holandés Iwan Baan que cuenta historias captadas con su cámara y relacionadas con la arquitectura, resaltando que no importa la luz o el color al momento de tomar las fotos, sino de todo el contexto, de lo que quieren destacar los constructores cuando crean espacios y de cómo se va definiendo todo el entorno, además, de lo que se descubre en una naturaleza que aparentemente no refleja nada especial, pero que permite encontrar detalles ocultos.  

Baan trae nuevas miradas, nuevas edificaciones, desde las construcciones simples hasta aquellas que están diseñadas con todo el detalle. 

Por mucho tiempo así fue el caso de los círculos en los cultivos de maíz en Inglaterra, o las líneas de Nazca en Perú, patrones dibujados en tierra que no fueron realmente reconocidos hasta que no se visualizaron desde el aire.  

Confieso que tengo preferencia por libros y programas de televisión que muestran detalles de la vida cotidiana de las personas en su contexto, de la "vida real" como solía decir mi amiga Glevin muchos años atrás, y es por esto que el artículo llamó aún más mi atención, me hizo consciente de que es un ejercicio que hago con frecuencia, ver el entorno e imaginar la vida de las personas que están ubicadas allí. 

Hace mucho leí un libro que me gustó mucho en todo su contexto pero lo que me resultó más impactante fueron los detalles cotidianos que conformaron la vida de ese maravilloso personaje, su familia, las tradiciones, la época, y, aunque es una novela, las informaciones mostradas fueron rigurosamente investigadas y en casi su totalidad estuvo basada en elementos reales. Escrito por Juan Arias, el libro se llama "Jesús, ese Gran Desconocido".  Para mi fue impresionante visualizar, según la descripción, cómo era el patio, la habitación principal que todos compartían, las comidas, las actividades que realizaba durante el día en su niñez o en su juventud, la hora de dormir, sus inquietudes antes de rendirse por completo a la misión que debía realizar. 

Y en cada libro que leo voy sumergiéndome en las escenas, reconociendo los espacios, olores, sabores, sintiendo el calor o la brisa, tratando de revivir las emociones de los personajes en su contexto.  

Así me pasó cuando leí el libro "Como agua para chocolate" de Laura Esquivel, el cual recuerdo casi cada vez que estoy frente a la estufa.  En la lectura, cuando ella empezaba a mezclar ingredientes, especias, combinando sabores con emociones, sentía que podía olerlos y saborearlos también.  Desde ese momento procuro ser consciente al momento de cocinar de que no solamente estamos poniendo ingredientes en la olla, sino que también estamos transmitiendo sensaciones, y procuro que sólo amor y buenos deseos vayan al fuego a través de mis manos, uniéndose e impregnándose con el movimiento del cucharón. 

Indudablemente estoy contagiada de ese maravilloso realismo mágico de la escritura latinoamericana.  Entendí que de esto es que se trata, dejarse envolver, ser lector y protagonista, ver las fotos de Baan y entender los espacios, viajar por épocas y culturas que son compartidas en cada historia.  

Es un ejercicio interesante que invito a practicar, integrar todos los detalles del entorno en nuestra vida cotidiana, entenderlos y ser parte de su contexto, no solo ver el vaivén de las olas del mar, sino contagiarse de su ritmo, llevar frescura a la arena que se encuentra en la orilla de la playa.


REMEDIOS PARA CUIDAR EL ALMA

Cierre los ojos e imagine cada detalle de lo que voy contar. Le voy a hablar sobre esta ciudad. No es nueva, por el contrario, es una ciudad de muchos años, sin embargo no es antigua ni gastada, tiene el brillo de la luz, el blanco de la espuma del mar, los colores de las flores en las puertas.

Es una ciudad sencilla, de formas sencillas, de gente sencilla, de corazón abierto y transparente. 

Muchas casas fueron construyéndose una justo al lado de la otra, aprovechando la pared del vecino, ese que instantáneamente se convierte en familia, compartiendo ventanas, portales, aromas y platos recién cocidos, música y alegrías. Las penas, cuando aparecen,  se sienten pero no se comparten, se susurran muy bajito para que solo las escuche la almohada, con la certeza de que al día siguiente, con el amanecer, ya habrán desaparecido. 

Le puedo asegurar que la gente está llena de paz, se despierta con la expectativa de los rayos del sol que cada día tocan a la puerta, llenando de luz todos los rincones del hogar. Debe ser que los pajaritos se ponen de acuerdo y comienzan a entonar la misma canción a la misma hora en cada ventana anunciando el nuevo día.

Y pareciera que todos los días se realizan las mismas rutinas, las mismas acciones, sin embargo no hay rutina que tenga una carga de amor tan alta y a la vez pueda convertirse en tedio.  

Levantar la cortina que cubre la ventana y sentir la brisa del nuevo día.  A continuación encender la estufa y preparar el café mientras al mismo tiempo se calienta también el agua para el té; disponer de los ingredientes para preparar el pan ligero y acompañarlo con huevos revueltos, yogur, frutas frescas y miel.  ¿Cuál sería la música ideal para ese momento en que inicia el día? Esa también me acompaña.

¿El trabajo? Vivir cada día con la mejor sonrisa, porque es lo único que tenemos seguro, este día, este instante, el regalo del brillo del mar visto desde la puerta y el aroma del salitre. Todo lo demás que se pueda hacer solo viene a complementar lo que hace falta para continuar el siguiente día, ya sea sembrar, pescar, construir, negociar, reparar, vender o escribir. 

Yo definitivamente tengo el mejor trabajo del mundo. A un costado de la entrada de la casa he dispuesto un pequeño espacio, una terraza techada de flores rosadas y amarillas, rodeada solo de barandillas, dando la sensación de estar colgado de una ladera, un espacio completamente abierto y dispuesto a recibir la brisa que viene del mar. Con algunas sillas y cojines, está colocada una mesa para servir el café, porque eso ofrezco, la posibilidad de degustar un rico café. También dispongo de la magia del té, de las combinaciones que se me ocurre crear con las hierbas y ramas que he cultivado del otro lado de la casa.

Pero lo verdaderamente sabroso es el café, acompañado de una mirada amorosa, de un hombro para dar apoyo, de unas palabras de aliento y unas manos que ofrecen ayuda. Le ofrezco los remedios que conozco para cuidar el alma. También cuento con combinaciones para el café, variedades que recibo de otros lugares, especias que resaltan algunos sabores.  El espacio está dispuesto, puede escoger la taza de su preferencia, todas son distintas, muchas tienen historias para contar las cuales con mucho gusto puedo compartir, porque aquí encontrará compañía, alguien con la disposición a escuchar y si así lo desea, también podrá oír algunas historias, consejos o respuestas a sus inquietudes. La greca se pone cuando llega el comensal y elige la bebida y combinación de su preferencia y se repite tantas veces como lo desee.  El aroma hechiza y quizás también le pueda brindar, como cortesía de la casa, alguna galleta dulce o salada, dependiendo de su preferencia.  

Cuando sucede que todos están en sus labores y que no hay nadie esperando para saborear la delicia del café o del té compartido, tengo la oportunidad de conversar con las plantas, las hierbas, las flores y los frutos, encender el fuego en la cocina y como si tuviera una varita mágica en las manos, disponer de los ingredientes para inventar un nuevo menú para este día.  Puedo asegurarle que siempre continuará sonando alguna melodía, una que combine con las emociones del día.

Y entre actividades, sola o acompañada, en la intimidad de la familia o en la intimidad de los visitantes, transeúntes y vecinos que buscan agregar felicidad a sus días con una taza de café, de seguro encontraré algún momento para dar rienda suelta a las ideas y escribir algunas historias, llenar páginas de sueños, de anécdotas o de curiosidades.

Pienso que de esto se trata la felicidad, que disfruto lo que hago y lo comparto. Te invito a mi hogar.



Órale Manito, te cuento una historia

Ya sea que tengas que trabajar o simplemente has planificado unas vacaciones que implican tomar un avión y elevarse a las alturas, cuando estás suspendido en las nubes se produce una conexión con lo sublime, con lo diferente, lo cual puede ser divertido de cualquier manera posible que sea visto.

Recientemente tuve la oportunidad de estar entre las nubes y no precisamente en sueños.

Visité la ciudad de México y como de eso trata, de contar lo último que hemos visto o disfrutado, de aquello que queremos compartir y lo tenemos en la punta de la lengua, les voy a hablar de mi experiencia, de mi peculiar punto de vista de las cosas.

El viaje no era de paseo, con lo cual mis posibilidades estuvieron limitadas, sin embargo no dejé pasar el momento disponible. Siempre hay temores e inseguridades, las que llevamos por dentro cuando estamos en un lugar desconocido y las que se suman por las condiciones que puede tener el sitio visitado, pero entrados en algo de confianza y caminando acompañados, el paseo se torna más divertido. 

Tal y como lo esperaba, Ciudad de México es maravillosa.   

Es un contraste entre lo folclórico, lo antiguo, tomando en cuenta la edad de Latinoamérica y las huellas de lo actual, un paso adelante caminando hacia lo moderno. Una transición tanto en las calles, edificios, arquitectura, como en la gente.  Por ratos me sentía como aquella foto de una página de turismo en Instagram, en donde la chica va delante, se ve de frente el hermoso paisaje que se quiere destacar, y su brazo extendido hacia atrás, agarrando la mano del fotógrafo. Voy hacia adelante sin soltarme de quien viene conmigo detrás.    

Me encantan los edificios antiguos, las fachadas talladas, los detalles arquitectónicos que van reflejando épocas, momentos específicos de la historia, sabores y saberes, etc, y en México eso abunda, además del colorido, de las historias y leyendas de un pueblo indígena, de culturas que transitan entre lo mitológico que se sostiene por la transmisión de boca en boca y las huellas de monumentos y tallados que despiertan reverencias por lo sublime, inexplicable a veces, increíbles por maravilloso siempre.

Me resultó contrastante el alto número de limpiabotas, todos hombres adultos, en la plaza frente al Teatro.  Pude contar en un corto momento más de tres grupos, de 6 a 8 personas, tan solo en media cuadra de la plaza y tomando en cuenta que el uso de los tenis ha ido subiendo de nivel inclusive en ocasiones semi-formales, me parece que el negocio puede resultar menos productivo que antes.

Hice una caminata muy agradable hacia la Plaza de la Constitución, conocido como el Zócalo, entre tiendas internacionales y de artesanías locales, pero al llegar a la plaza no esperaba encontrar esta inmensa carpa en el medio, donde se preparaba y vendía comida, además de artesanías y productos locales. En principio fue muy chévere ver todo lo que se producía o cómo lo preparaban, pero al dar una vuelta por la plaza, tener en frente al Palacio Nacional, la Catedral y otros edificios antiguos, sentí que se perdía el esplendor, la visibilidad de todos esos edificios, con ese espacio ocupado en el medio.

Luego me fui en un tour hacia la Basílica de Guadalupe. Quedé fascinada con el camino hacia la iglesia, con la localidad, con la iglesia antigua que es llamada Templo Expiatorio a Cristo Rey y la actual Basílica de Guadalupe, con todo el entorno.  Se siente el fervor, se siente la emoción, se escuchan historias. La iglesia antigua tiene ese desnivel que produce una sensación de mareo y hace que uno reflexione, buscando encontrar equilibrio, sostenerse de la fe.  Está llena de hermoso arte, órganos antiguos que evocan música celestial, de esculturas y pinturas que reflejan una historia más cercana, de nuestra gente, de nuestro idioma. 

Me hice la pregunta que de seguro tienen en la mente muchos de los turistas que llegan hasta ahí: ¿Por qué hay tantas zapaterías en los alrededores? y luego escuché un guía turístico de un grupo cercano a donde me encontraba, explicando que en tiempos antiguos la gente hacía peregrinación en caminatas hacia la basílica y al llegar tenían los zapatos desgastados, entonces muchos artesanos empezaron a instalarse en los alrededores para poder confeccionar zapatillas a solicitud. 

Tuve la oportunidad de dar un paseo por la zona moderna, el centro económico, y ahí es donde el contraste camina un paso adelante, porque realmente tienen edificios y espacios que están muy avanzados, estructuras con diseños muy vanguardistas.

De la comida no es necesario dar mucho detalle, México cuenta con una gastronomía que es única en el mundo y es un sello distintivo, y aunque a veces parece que todo es lo mismo aunque con diferente presentación, tiene mucho sabor y colorido y es una experiencia diferente a lo que podríamos tener oportunidad de disfrutar fuera del país.  Lo verdaderamente interesante es poder hacer contraste entre la comida de calle y la de los lugares para comer, tanto en términos de la gente como de las preparaciones y los sabores, es una experiencia que vale la pena probar, siempre procurando visitar lugares con niveles de higiene adecuados y tomando las precauciones a la hora de ingerir los alimentos. No se olvide que si no lo pregunta, es posible que tenga picante, y mucho, no importa si lo que esté probando es dulce, salado e incluso bebida.

Necesitaré unos cuantos capítulos adicionales para contar, desde mi análisis personal, mi visión de los lugares que pude visitar en esta maravillosa ciudad. También espero seguir visitando otras ciudades y hasta tener un portafolio donde pueda compartir mi peculiar punto de vista. Me agradaría leer recomendaciones de algunos lugares donde podría encontrar detalles espectaculares para compartir.



EL MISTERIO DE LO DESCONOCIDO

 "La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar"

Forrest Gump

Es una energía que nos arrastra, un golpe de viento que nos empuja suavemente, sutilmente, a saber más, a conocer más de aquello que se nos muestra distante, a medias: lo desconocido, el misterio.

¨Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer¨, así lo relata el aviador en el capítulo 2 de la novela El Principito escrita por Antoine de Saint Exupéry (una de mis lecturas preferidas), cuando éste le pide que le dibuje un cordero. Encontrar en medio del desierto a un "niño pequeño" que se acerca y sin decir otra cosa, sin siquiera saludar o dudar, dulcemente le pide que le dibuje un cordero. Resulta intrigante, extraño y sin otra opción que acceder, aún por encima del hecho de que no sabe dibujar. 
Ciertamente resulta imposible desobedecer.

Y así, solamente levantando la mirada, encontramos el espacio que alberga el mayor de los misterios, la bóveda celestial.  Carl Sagan decía que el misterio era como "un estremecimiento comparado con un recuerdo lejano", quizás de otro mundo, otro tiempo, otra vida.  Quizás uno que nos pudiera parecer un cuadro impresionista, engañando la mirada, haciendo creer que sabemos lo que está plasmado, pero con detalles difusos que nos llenan de confusión y sin embargo, al mismo tiempo nos resulta hermoso. Einstein conjugaba estos elementos cuando decía que el misterio es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos.

La inmensidad del cielo nos hace pensar en dos misterios que acaso sean solo uno, el misterio del universo, de lo que está allá afuera, porque en realidad no es arriba o abajo, sino afuera, y por otro lado el misterio de la energía que lo mueve todo, la fe, la espiritualidad que nos reta y nos mueve a la curiosidad, a creer más allá de lo que los ojos pueden ver. Jesús es para mi la figura histórica más fascinante de todos los tiempos, un completo misterio, su presencia, el poder de sus palabras, su misión.

Y es precisamente a través del brillo en la mirada de otros ojos que nos llega la magia del amor,  rodeados de ese misterio que nos cautiva. El amor y su grandeza. El amor y su misterio.

Acaso esto puede resultar una pregunta o un planteamiento. Quizás una confusión, un deseo, disfrutar el sabor de lo desconocido, el aura que envuelve todo aquello que está rodeado de misterio.



UNA HISTORIA EPICA DE LAS COSAS COTIDIANAS

Es el título de un programa de televisión que muestra una forma especial de ver las cosas cotidianas, aquellas que pasan inadvertidas, que son subestimadas, pero que son trascendentales en nuestras vidas. Una mirada diferente a las cosas simples que nos rodean y su relación con nuestro entorno.  Historia Epica de las Cosas Cotidianas 

Ya he escrito antes sobre objetos que parecen ser solo adornos o quizás simplemente ordinarios, pero que en su esencia ejercen una función especial y trascendental.  Pienso que muchas de las cosas que utilizamos a diario tienen un papel mas valioso que aquel para el cual fueron creadas.  Son parte también del principio de incertidumbre expuesto por el físico alemán Werner Heisenberg, que plantea que una partícula se modifica por el mero hecho de observarla, un valor agregado para las cosas que nos rodean.

Y así me pareció cuando me atreví a teorizar y mostrar la filosofía que se puede encontrar en el simple hecho de limpiar y lavar las habichuelas para ponerlas a cocinar. O todo aquello que le entregamos a la almohada. Tampoco puedo dejar de mencionar el valor que adquirió la mascarilla en tiempos de pandemia y con ella los demás objetos en la cabeza: audífonos, accesorios de pelo, lentes, etc.  https://puntadelalengua.blogspot.com/2022/01/ay-si-pudieran-hablar.html

Todo tiene su rol. Algunos objetos tienen un papel protagónico, otras sirven de soporte.

El caldero y el cucharón. ¿Y cual es el protagonista de los dos? Quizás lo sea la comida que con ellos se prepara.´ ¿Se ha preguntado por qué el tenedor tiene 4 dientes? Tal vez no le importe no usar camisa, pero ¿Que tal si no hubiesen botones?

En 1881 fue encontrado en el Templo del Valle de Kefrén en Egipto, un cilindro de granito con un tallado perfecto en espiral que lo rodea.  Le llamaron el ¨Núcleo 7¨y se supone que este cilindro era una especie de taladro para hacer unas hendiduras que servían para hacer los goznes de las puertas del templo.  Un taladro puede ser algo cotidiano, pero este fue utilizado en una época y con unas condiciones que aún hoy resultan inexplicables. Una historia épica, un objeto ¨cotidiano¨, en este caso influye el momento histórico en el que fue utilizado y el lugar en el que fue encontrado.

La cuestión es resaltar el valor de todo lo que nos rodea, por más sencillo que pueda parecer, porque podría ser la pieza trascendente en el engranaje del funcionamiento de todo lo demás.  Un paraguas cuando está lloviendo, los zapatos para proteger los pies, 

¿Y que tal si hablamos de personas a nuestro alrededor? Pensemos en aquellos que aparentemente no ocupan un lugar especial en nuestas prioridades, pero si en algún momento están ausentes, de repente medimos la importancia de su rol en la cadena de desarrollo de nuestra agenda y este vacío puede crear desestabilidad e incluso el caos.

Lo importante es dar valor a todo lo que nos rodea, no importa su dimensión o su condición, agradecer por cada objeto, pieza o persona, porque son parte del equilibrio en nuestras vidas.




Que me tenga cuidado, que le canto su canción

"Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción".  

Óleo de Mujer con Sombrero, Silvio Rodríguez.

Ocupada frente a la estufa, entre sartén y olla, moviendo por un lado y picando verduras por otro, me sucedió un simple evento para el cual tuve una respuesta automática del cerebro, impredecible en el instante hasta para mi misma, pero de la que me percaté de inmediato: empecé a cantarle el estribillo de una canción a lo que estaba preparando.

!Al suceso le puse notas y letras!

Había puesto a hervir leche con hojas de limoncillo pensando en preparar un rico arroz blanco. Una delicia de aromas, pero la leche tardaba un poco, o eso pensaba yo porque quería adelantar otras cosas al mismo tiempo en que debía detenerme a atenderla.  Sin más remedio, en un breve momento me detuve a prestarle atención y al instante se me ocurrió entonar el estribillo de una canción de Gilberto SantaRosa:

"Déjala que suba que yo la agarro bajando, yo la agarro bajando.  Todo lo que sube tiene que caer....".
  Y hasta me reí de mi misma y del momento. Casi lo bailo. 

Por supuesto no me quedé ahí, en mi cabeza empezaron a surgir una serie de platillos que bien podrían llevar su propio tema musical, algo así como las publicaciones de Instagram o los estados de WhatsApp, a los cuales se les puede agregar alguna canción para acompañarlos.  Mis platos vienen personalizados.

De inmediato, aún con la estufa encendida, empecé a repasar en mi cabeza algunas canciones que bien pueden ser agregadas a algunos platos o viceversa, esos platos que nos inspiran comentarios especiales. Después del momento con la leche hirviendo, lo siguiente que llego a mi mente mientras terminaba de servir aquel arroz de camino a sacar el concón, fue una canción de Rocio Durcal:  "Me alimenté de ti, por mucho tiempo, nos devoramos vivos, como fieras...."

Y me refiero a canciones que no están vinculadas a la comida, pero que bien podríamos dedicárselas, sin embargo, hay que mencionar muchas canciones populares que hablan de manera directa sobre la comida y que pudieran también ser parte de una publicación.  Hice una búsqueda en Internet de temas musicales con la comida como eje central y el listado de las 10 más populares en español es iniciado por la canción Sarandonga y el arroz con bacalao, de Lolita Flores.  Y parece que es muy bueno el bacalao porque también le canta Julio Iglesias. 

Por supuesto no puedo dejar de mencionar a Juan Luis Guerra quien utiliza la comida dentro de sus canciones con mucha frecuencia, siendo la más reconocida "Ojalá que llueva café¨. No puedo quedarme sin mencionar la canción Frío, Frío "como el agua del río", que muy bien podría hacer alusión al helado dominicano hecho con guayado de hielo y jugo saborizado y del que también surge el conocido yum-yum.

Pero si de gusto y sazón vamos a hablar, Fefita La Grande dice que ¨la pimienta es la que pica".  Y a Vicente García le encanta el dulce de coco y menciona con mucha ternura que "se extraña el saborcito a coco que yo sé que hay en tus labios".

Yo era una niña cuando Iris Chacón cantaba y bailaba "Y si tu boquita fuera de chocolate, yo me la pasaría...bate que bate / Y si tu boquita fuera de limón verde, yo me la pasaría muerde que muerde", hasta inspiraba a bailar como ella, cosa muy difícil en realidad, pero muy divertida. (ver video al final).  Descubrí que las letras originales son de una Banda Mexicana llamada Salón Victoria.

Después de disfrutar la locura de escribir sobre las canciones que podría dedicarle a la comida me hago consciente de que es algo que hago muchas veces y para lo cual también existe mucho material.  Estoy considerando hacer algunas sugerencias a las redes sociales sobre temas musicales relacionados con la comida que pueden ser utilizados para acompañar las publicaciones.  Se que habrán muchos que podrían ser sugeridos por ustedes.

Mientras te escribo una carta


Casi todas las mañanas y durante el tiempo en que voy conduciendo de camino al trabajo, dedico unos minutos para escuchar algunos de los podcasts de mi preferencia.  Uno de ellos se llama Despertando Podcast, en el cual, con una voz muy melodiosa y que me gusta, se presenta cada día un tema desarrollado en pocos minutos, que invita a la reflexión, a dar una mirada diferente a los sucesos de la vida y a ser mejores personas.  Una invitación a iniciar el día "presentes y conscientes".

En la celebración del día de los muertos, el 2 de noviembre del año 2023,  hicieron una presentación que me impactó profundamente: Carta a una persona que se fue - Día 164 año 3.  El guión consiste en la lectura de una carta a un ser querido que ya no está físicamente.  Fue muy emotivo para mi, logrando expresar de manera general muchas de las cosas que quisiéramos decirle a esas personas que amamos y que ya no podemos tocar con nuestras manos, pero si con el alma, con los pensamientos, con las palabras que decimos o escribimos.

Al escucharla sentí que eso era "casi exactamente" lo que yo hubiese querido decir.  Aún después de muchos años y de sentir que muchas cosas han sido superadas de manera consciente, hay momentos en que la nostalgia es más abrumadora que una misma y las convicciones que creíamos haber desarrollado para superar toda sensación de dolor, se revierten y se dejan a un lado.

Hay una primera expresión en la narración que es muy certera: "el duelo no es lineal y que cuando llega, simplemente hay que abrirse a sentirlo".  Desde mi edad adulta no tuve mucha oportunidad para compartir con esa persona amada que ya no se encuentra en este plano, de crear esos instantes con intención, con plena consciencia de que el momento es ahora y que cada minuto cuenta. Tuvimos muy breves espacios de manera íntima y directa, pocos programados.  

No le recuerdo tomando café, me parece que no le gustaba y de mi parte no hubo oportunidad de tener una invitación a reunirnos para tomar o comer algo especial, algo de eso que sí le gustaba. No tuvimos el tiempo, no porque priorizáramos otras cosas, sino porque todo se complicó muy rápido.  Me hubiese gustado mucho compartir los avances en la tecnología, la globalización, la mirada hacia todo el progreso que muestra la modernidad, proyectar el futuro. Presiento que es algo que hubiese disfrutado puesto que mi curiosidad es heredada.  

No pude escucharle hablar de su juventud o su niñez, de su pasado antes de que yo entrara a ser parte de su vida.  Con frecuencia sucede que mientras somos niños o niñas, nuestros padres hablan poco de sus vidas, las anécdotas son escuchadas principalmente en los encuentros familiares y contadas por pedazos, no de forma completa.  Luego nos queda escuchar lo que otros recuerdan o conocen para dibujar esos bocetos que representan una parte de la vida de aquellos que no están.

Me propuse a mi misma tener una conversación hablada y frecuente con el alma de esa persona que no puedo ver con mis ojos físicos, pero si con el corazón. Disponer el café en el balcón, brindar y conversar. Quizás cualquiera al verme tomar ese café solo escuche mi voz en una conversación sin respuesta, pero basta con que yo oiga esas respuestas o comentarios en mi interior y sienta el calor y la fuerza de mi invitado.

Justo mientras escribo esto, sentada en el balcón y con dos tazas de café en la bandeja,  porque ya me había tomado una y luego me serví en otra, se asomó una hermosa cigüita de cabeza amarilla, que empezó a trinar mirándome, haciendo notar su presencia más allá de su voz, respondiendo a las palabras que expreso en mi corazón y escribo en estas notas.  Una vez más el Universo busca la manera de contestar y expresar las respuestas que hemos estado esperando.  ¿Qué te gustaría decirle a alguien que físicamente ya no está? 

 


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