UNA HISTORIA EPICA DE LAS COSAS COTIDIANAS

Es el título de un programa de televisión que muestra una forma especial de ver las cosas cotidianas, aquellas que pasan inadvertidas, que son subestimadas, pero que son trascendentales en nuestras vidas. Una mirada diferente a las cosas simples que nos rodean y su relación con nuestro entorno.  Historia Epica de las Cosas Cotidianas 

Ya he escrito antes sobre objetos que parecen ser solo adornos o quizás simplemente ordinarios, pero que en su esencia ejercen una función especial y trascendental.  Pienso que muchas de las cosas que utilizamos a diario tienen un papel mas valioso que aquel para el cual fueron creadas.  Son parte también del principio de incertidumbre expuesto por el físico alemán Werner Heisenberg, que plantea que una partícula se modifica por el mero hecho de observarla, un valor agregado para las cosas que nos rodean.

Y así me pareció cuando me atreví a teorizar y mostrar la filosofía que se puede encontrar en el simple hecho de limpiar y lavar las habichuelas para ponerlas a cocinar. O todo aquello que le entregamos a la almohada. Tampoco puedo dejar de mencionar el valor que adquirió la mascarilla en tiempos de pandemia y con ella los demás objetos en la cabeza: audífonos, accesorios de pelo, lentes, etc.  https://puntadelalengua.blogspot.com/2022/01/ay-si-pudieran-hablar.html

Todo tiene su rol. Algunos objetos tienen un papel protagónico, otras sirven de soporte.

El caldero y el cucharón. ¿Y cual es el protagonista de los dos? Quizás lo sea la comida que con ellos se prepara.´ ¿Se ha preguntado por qué el tenedor tiene 4 dientes? Tal vez no le importe no usar camisa, pero ¿Que tal si no hubiesen botones?

En 1881 fue encontrado en el Templo del Valle de Kefrén en Egipto, un cilindro de granito con un tallado perfecto en espiral que lo rodea.  Le llamaron el ¨Núcleo 7¨y se supone que este cilindro era una especie de taladro para hacer unas hendiduras que servían para hacer los goznes de las puertas del templo.  Un taladro puede ser algo cotidiano, pero este fue utilizado en una época y con unas condiciones que aún hoy resultan inexplicables. Una historia épica, un objeto ¨cotidiano¨, en este caso influye el momento histórico en el que fue utilizado y el lugar en el que fue encontrado.

La cuestión es resaltar el valor de todo lo que nos rodea, por más sencillo que pueda parecer, porque podría ser la pieza trascendente en el engranaje del funcionamiento de todo lo demás.  Un paraguas cuando está lloviendo, los zapatos para proteger los pies, 

¿Y que tal si hablamos de personas a nuestro alrededor? Pensemos en aquellos que aparentemente no ocupan un lugar especial en nuestas prioridades, pero si en algún momento están ausentes, de repente medimos la importancia de su rol en la cadena de desarrollo de nuestra agenda y este vacío puede crear desestabilidad e incluso el caos.

Lo importante es dar valor a todo lo que nos rodea, no importa su dimensión o su condición, agradecer por cada objeto, pieza o persona, porque son parte del equilibrio en nuestras vidas.




Que me tenga cuidado, que le canto su canción

"Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción".  

Óleo de Mujer con Sombrero, Silvio Rodríguez.

Ocupada frente a la estufa, entre sartén y olla, moviendo por un lado y picando verduras por otro, me sucedió un simple evento para el cual tuve una respuesta automática del cerebro, impredecible en el instante hasta para mi misma, pero de la que me percaté de inmediato: empecé a cantarle el estribillo de una canción a lo que estaba preparando.

!Al suceso le puse notas y letras!

Había puesto a hervir leche con hojas de limoncillo pensando en preparar un rico arroz blanco. Una delicia de aromas, pero la leche tardaba un poco, o eso pensaba yo porque quería adelantar otras cosas al mismo tiempo en que debía detenerme a atenderla.  Sin más remedio, en un breve momento me detuve a prestarle atención y al instante se me ocurrió entonar el estribillo de una canción de Gilberto SantaRosa:

"Déjala que suba que yo la agarro bajando, yo la agarro bajando.  Todo lo que sube tiene que caer....".
  Y hasta me reí de mi misma y del momento. Casi lo bailo. 

Por supuesto no me quedé ahí, en mi cabeza empezaron a surgir una serie de platillos que bien podrían llevar su propio tema musical, algo así como las publicaciones de Instagram o los estados de WhatsApp, a los cuales se les puede agregar alguna canción para acompañarlos.  Mis platos vienen personalizados.

De inmediato, aún con la estufa encendida, empecé a repasar en mi cabeza algunas canciones que bien pueden ser agregadas a algunos platos o viceversa, esos platos que nos inspiran comentarios especiales. Después del momento con la leche hirviendo, lo siguiente que llego a mi mente mientras terminaba de servir aquel arroz de camino a sacar el concón, fue una canción de Rocio Durcal:  "Me alimenté de ti, por mucho tiempo, nos devoramos vivos, como fieras...."

Y me refiero a canciones que no están vinculadas a la comida, pero que bien podríamos dedicárselas, sin embargo, hay que mencionar muchas canciones populares que hablan de manera directa sobre la comida y que pudieran también ser parte de una publicación.  Hice una búsqueda en Internet de temas musicales con la comida como eje central y el listado de las 10 más populares en español es iniciado por la canción Sarandonga y el arroz con bacalao, de Lolita Flores.  Y parece que es muy bueno el bacalao porque también le canta Julio Iglesias. 

Por supuesto no puedo dejar de mencionar a Juan Luis Guerra quien utiliza la comida dentro de sus canciones con mucha frecuencia, siendo la más reconocida "Ojalá que llueva café¨. No puedo quedarme sin mencionar la canción Frío, Frío "como el agua del río", que muy bien podría hacer alusión al helado dominicano hecho con guayado de hielo y jugo saborizado y del que también surge el conocido yum-yum.

Pero si de gusto y sazón vamos a hablar, Fefita La Grande dice que ¨la pimienta es la que pica".  Y a Vicente García le encanta el dulce de coco y menciona con mucha ternura que "se extraña el saborcito a coco que yo sé que hay en tus labios".

Yo era una niña cuando Iris Chacón cantaba y bailaba "Y si tu boquita fuera de chocolate, yo me la pasaría...bate que bate / Y si tu boquita fuera de limón verde, yo me la pasaría muerde que muerde", hasta inspiraba a bailar como ella, cosa muy difícil en realidad, pero muy divertida. (ver video al final).  Descubrí que las letras originales son de una Banda Mexicana llamada Salón Victoria.

Después de disfrutar la locura de escribir sobre las canciones que podría dedicarle a la comida me hago consciente de que es algo que hago muchas veces y para lo cual también existe mucho material.  Estoy considerando hacer algunas sugerencias a las redes sociales sobre temas musicales relacionados con la comida que pueden ser utilizados para acompañar las publicaciones.  Se que habrán muchos que podrían ser sugeridos por ustedes.

Mientras te escribo una carta


Casi todas las mañanas y durante el tiempo en que voy conduciendo de camino al trabajo, dedico unos minutos para escuchar algunos de los podcasts de mi preferencia.  Uno de ellos se llama Despertando Podcast, en el cual, con una voz muy melodiosa y que me gusta, se presenta cada día un tema desarrollado en pocos minutos, que invita a la reflexión, a dar una mirada diferente a los sucesos de la vida y a ser mejores personas.  Una invitación a iniciar el día "presentes y conscientes".

En la celebración del día de los muertos, el 2 de noviembre del año 2023,  hicieron una presentación que me impactó profundamente: Carta a una persona que se fue - Día 164 año 3.  El guión consiste en la lectura de una carta a un ser querido que ya no está físicamente.  Fue muy emotivo para mi, logrando expresar de manera general muchas de las cosas que quisiéramos decirle a esas personas que amamos y que ya no podemos tocar con nuestras manos, pero si con el alma, con los pensamientos, con las palabras que decimos o escribimos.

Al escucharla sentí que eso era "casi exactamente" lo que yo hubiese querido decir.  Aún después de muchos años y de sentir que muchas cosas han sido superadas de manera consciente, hay momentos en que la nostalgia es más abrumadora que una misma y las convicciones que creíamos haber desarrollado para superar toda sensación de dolor, se revierten y se dejan a un lado.

Hay una primera expresión en la narración que es muy certera: "el duelo no es lineal y que cuando llega, simplemente hay que abrirse a sentirlo".  Desde mi edad adulta no tuve mucha oportunidad para compartir con esa persona amada que ya no se encuentra en este plano, de crear esos instantes con intención, con plena consciencia de que el momento es ahora y que cada minuto cuenta. Tuvimos muy breves espacios de manera íntima y directa, pocos programados.  

No le recuerdo tomando café, me parece que no le gustaba y de mi parte no hubo oportunidad de tener una invitación a reunirnos para tomar o comer algo especial, algo de eso que sí le gustaba. No tuvimos el tiempo, no porque priorizáramos otras cosas, sino porque todo se complicó muy rápido.  Me hubiese gustado mucho compartir los avances en la tecnología, la globalización, la mirada hacia todo el progreso que muestra la modernidad, proyectar el futuro. Presiento que es algo que hubiese disfrutado puesto que mi curiosidad es heredada.  

No pude escucharle hablar de su juventud o su niñez, de su pasado antes de que yo entrara a ser parte de su vida.  Con frecuencia sucede que mientras somos niños o niñas, nuestros padres hablan poco de sus vidas, las anécdotas son escuchadas principalmente en los encuentros familiares y contadas por pedazos, no de forma completa.  Luego nos queda escuchar lo que otros recuerdan o conocen para dibujar esos bocetos que representan una parte de la vida de aquellos que no están.

Me propuse a mi misma tener una conversación hablada y frecuente con el alma de esa persona que no puedo ver con mis ojos físicos, pero si con el corazón. Disponer el café en el balcón, brindar y conversar. Quizás cualquiera al verme tomar ese café solo escuche mi voz en una conversación sin respuesta, pero basta con que yo oiga esas respuestas o comentarios en mi interior y sienta el calor y la fuerza de mi invitado.

Justo mientras escribo esto, sentada en el balcón y con dos tazas de café en la bandeja,  porque ya me había tomado una y luego me serví en otra, se asomó una hermosa cigüita de cabeza amarilla, que empezó a trinar mirándome, haciendo notar su presencia más allá de su voz, respondiendo a las palabras que expreso en mi corazón y escribo en estas notas.  Una vez más el Universo busca la manera de contestar y expresar las respuestas que hemos estado esperando.  ¿Qué te gustaría decirle a alguien que físicamente ya no está? 

 


Los Relatos Pequeños

 Un día ocurrió. Por primera vez fue la bombona que llevó al butanero y, desde entonces, fueron inseparables.               

Fin. 

René Merino.

Estuve leyendo en una publicación española un artículo muy interesante que analizaba la manera en que han cambiado los parámetros para la escritura, y por ende los de la lectura, reduciendo inicialmente su capacidad a 280 caracteres, logrando sumar aquellos lectores que no están interesados en textos más largos y desarrollados.  Es a lo que nos han llevado las redes sociales, que es el medio más usado para llegar a un mayor público.

Y así es como descubrimos a mucha gente que acogiéndose a esos parámetros, siente que tiene las capacidades suficientes para compartir ideas y emitir juicios, aún sin tener coherencia en lo expresado y peor aún, aprovechando la adulterada libertad de expresión para hacerse eco de noticias falsas o simplemente crearlas y luego difundirlas. De igual forma reconozco como positivo el hecho de que estas mismas circunstancias también han abierto las posibilidades y los canales para aquellos que tienen mucho que contar y que además demuestran tener las capacidades para hacer aportes significativos. Cuidado al cortarse sosteniendo en sus manos un arma de doble filo.

Continuando con la lectura recordé que lo más parecido a un mensaje de 280 caracteres publicado en las redes sociales es el microrrelato, el cual debe ser realizado utilizando entre 7 y 250 palabras (no caracteres). También existen los microcuentos, que pueden llegar a tener hasta 300 palabras. 


 El microrrelato corto más famoso en el mundo ha sido escrito por el guatemalteco Augusto Monterroso,  se llama "El Dinosaurio" y solo tiene 7 palabras, evidenciando la importancia de la precisión y la elección de las palabras: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"

El siguiente microrrelato famoso, con solo 8 palabras y de un autor también reconocido, se llama El Destino, escrito por Franz Kafka: "Una jaula salió en busca de un pájaro". 

Suena fácil de hacer, así lo pensé yo misma hace un tiempo, pero también descubrí que no es tan simple como parece. Según la página Escuela de Escritores (https://escueladeescritores.com)"un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada y no el resumen de un cuento mas largo", debe contener el planteamiento, nudo y desenlace y "su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas".  Muchos detalles por considerar para tan pocas líneas.  Para que tengamos una idea de lo que esto significa, con todo lo escrito hasta aquí (sin incluir la nota inicial, que es un microcuento per se), ya son 404 palabras y solo he realizado el planteamiento. 

Actualmente y con los parámetros para expresar las ideas establecidos en las redes sociales, hay una práctica que "casimente" nos acerca a la experiencia de escribir microcuentos. Solo faltaría refinar la idea, retocar la gramática y expresar coherencia y listo!

Una vez, mucho tiempo atrás, hice el esfuerzo de participar en un concurso de microcuentos y ahí descubrí que se requiere dedicación y talento para hacerlo. No logré ni siquiera acercarme a la pre selección, lo cual entendí, pero con el solo hecho de arriesgarme e intentarlo sentí que había logrado subir al punto más alto de la escalera de posibilidades en ese momento.

Después de un largo tiempo transcurrido y cierta práctica adquirida a partir de estas publicaciones en el blog, nuevamente voy a hacer el intento de escribir algún microcuento, quizás más de uno, para compartirlo y quien sabe, quizás participar en algún concurso.  Quizás alguien me pueda ayudar, comenzando por aportar alguna idea que pueda ser desarrollada y presentada en pocas líneas o quizás quiera compartir conmigo su propio microrrelato y prometo publicarlo.



EL PODER DE LAS PALABRAS

 ¨Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infligir daño y de remediarlo¨.  

Albus Dumbledore, Las Reliquias de la Muerte Parte 2. 

Sin lugar a dudas.
Pero lo mejor de la historia es que no hace falta ser mago reconocido ni certificado, o tener una varita especial, para decir palabras que conviertan en magia los sueños, deseos, milagros. Lo que hace falta es sentirlo en el corazón y con esa fuerza interna, crear, revelar.  Me quiero quedar en las buenas palabras, en esas que transforman y que  fortalecen.

Vamos primero al nivel básico de construir magia con las palabras.  Hay una serie de palabras que son simples, sencillas, cotidianas, que contribuyen a mejorar las relaciones y la vibración en el entorno en que nos encontramos. Las conocemos como palabras de cortesía: buenos días, gracias, por favor, entre otras.

Ese es un nivel esencial, que solamente nos indica tener buenos modales y expresar palabras de cortesía, sin embargo, subimos un nivel más -como en los videojuegos- cuando utilizamos esas expresiones añadiéndoles una sonrisa, con el interés de tener un impacto en las personas hacia quienes dirigimos estas palabras.  En ese nivel se crea una corriente energética, una conexión que ayuda a aumentar las vidas en el juego y de paso nos recompensa con algunos regalos que luego nos ayudarán a seguir escalando nuevos niveles.

Seguimos subiendo y en el siguiente nivel, al conectar lo que decimos y las expresiones en nuestro rostro con esa fuerza interna que realmente desea lo mejor para la otra persona, entonces la vibración aumenta y va llenando el entorno, empezamos a ver con los ojos el resultado de la magia del corazón, a notar cómo los espacios se transforman a causa de la energía que se despliega. 

En el próximo nivel, con una consciencia más elevada, estamos preparados para iniciar la construcción de conjuros, esquemas que expresan una intención más profunda, el deseo puro del corazón y un acercamiento a la fuente superior de la magia, esa que se conectará con nosotros para manifestarla.  Dejando a un lado el lenguaje mágico y la conexión con los videojuegos, estoy hablando simplemente de la oración, la plegaria que elevamos, no importa cual sea su religión.  Cuando oramos alineando las palabras que salen de nuestros labios con el sentimiento profundo y lo elevamos a nuestro Dios, estamos creando la magia, conjurando el hechizo que ciertamente producirá el milagro esperado.

Las palabras tienen poder. Piense bien antes de expresar algo de alguien o de si mismo, antes de emitir un juicio, antes de soñar y anhelar y pedir, porque el universo nos devuelve eso que solicitamos, sin correcciones, sin revisión, pero sobre todo, piense y pida bonito, para que construyamos mejores relaciones, mejores espacios.


MUDANZA HACIA LA LUNA

Las grandes naciones hacen grandes inversiones tratando de encontrar opciones de vida en otros planetas, buscando allá afuera lo que todavía aquí tenemos, proyectando el supuesto de que si seguimos como estamos, en relativamente poco tiempo lo perderemos todo.  ¿Y qué tal si se invierte todo ese dinero, tiempo y esfuerzo en preservar y mejorar lo que tenemos y dejan de buscar en otro lugar? Tantas historias, tantas noticias, tanta búsqueda.

Sin embargo, si la cuestión es mudarnos de lugar y tenemos que buscar ese sitio ideal,  sugiero que probemos cómo sería la estadía en la luna. 

Distante pero cercana. Si, cercana y con acceso rápido a los recursos locales. En realidad, en ocasiones enfrentamos circunstancias que nos sobrecargan y abruman y nos llevan a pensar en esa posibilidad de montar un cohete y volar muy lejos, algo así como a otro planeta, quizás la luna, serena, tranquila y solitaria. 

Podría ser una solución que además tendría algunas ventajas. Sospecho que la mayor parte del tiempo estaría extasiada con la vista desde allá hacia este lado y ahora que lo pienso y lo escribo, me pregunto ¿Cómo se verán las auroras boreales?

Hagamos un ejercicio hipotético y creativo.

John Lewis Christmas Advert 2015 #ManOnTheMoon
Lo primero que llega a mi memoria es un vídeo creado para la navidad del 2015 por John Lewis & Partners, que no es más que una marca de tiendas, pero con un componente diferenciador, tienen un propósito social, y realizan unos anuncios espectaculares y muy emotivos. Este se llama “El hombre en la luna (#ManOnTheMoon)”. Es muy emotivo, todos los que he visto de ellos lo son y no hay forma en que lo vea, todas las veces que lo he hecho, y no termine llorando.  Este hombre vive en la luna, está muy solo. Una niña de este lado, en la tierra, logra verlo desde un telescopio en su casa y busca la manera de que él pueda verla a ella y que se sienta acompañado. Les comparto el vídeo al final. 

Pues tomando como base ese video, ocho años después de haber sido realizado, se han desarrollado aún más facilidades para hacer esa mudanza a la luna.   Entre Elon y Richard están encargándose de las gestiones del transporte, no voy a pensar en costos sino en oportunidades. 

También espero que muy pronto ya se haya creado una pastillita o un dispositivo especial en miniatura que se pueda colocar en la nariz y que facilite andar por ahí sin tener que usar equipo especial, complicado y pesado. Ligero de equipaje.

Actualmente existen muchos satélites de muchos países, dando vueltas entre la luna y la tierra, en algunos de ellos conseguiré conexión para la comunicación WiFi o quizás hacer un contrato específico de conectividad y pagar la factura correspondiente.  Así que estaré en contacto todo el tiempo y siempre me sentiré acompañada.  También sé que de alguna manera podré hacer compras y recibir regalos, como el hombre del video. Las compañías de envíos se promueven como capaces de cumplir cualquier sueño y de llegar a cualquier parte, sólo hay que tomarles la palabra.

https://a.co/d/fcauU6Q
Ya hice mi búsqueda sobre los modelos más recientes de telescopio, con lo cual, en el momento que sienta curiosidad tendré las facilidades para hacer mi sondeo sobre lo que está pasando en la ciudad o lo que esté haciendo la gente que me importa.  Es un modelo de alta potencia con visión baja de luz clara para ver las estrellas.  En mi caso yo estaría viendo este hermoso planeta azul, que visto desde allá es más inmenso que lo que vemos sobre la luna desde aquí.

Como valor agregado tendré también una mejor visión de las estrellas a mi alrededor, en especial algunas constelaciones que siempre me han entusiasmado, y contaré con la posibilidad de descubrir tantas teorías que existen y nos llenan de curiosidad. Quien sabe, quizás hasta reciba visitas de otras almas que andan rondando en el espacio y con las cuales desde aquí no podemos tener contacto.

De repente me pienso como la flor del Principito, pero sin una cápsula de cristal para protegerme, porque pienso también que bajo esta mirada hipotética, no tendré que defenderme, solo disfrutar el silencio, la vista, la tranquilidad. Basta con saber que alguien en algún lugar se preocupa por su flor. 

Imagino que habrán otras personas como yo que querrán tomar el mismo vuelo conmigo e instalarse bien lejos.  Mientras no haya una corrida en masa, con gusto podría tener algunos vecinos, para ciertas ocasiones en que se hace necesario escuchar, mirar o tocar a alguien más.

Este podría ser todo un proyecto a desarrollar, un ensayo creativo para disfrutar y compartir mientras se prepara el terreno para alcanzar el objetivo.  Espero sugerencias y colocaré el listado para inscripción.



CUÉNTAME TUS HISTORIAS

¨Algunas historias no pueden ser contadas, 
deben ser descubiertas¨.
Raymond Reddington, 
Temporada 10, Episodio 10.

Escuchar ese comentario me resultó impactante, porque me encanta escuchar historias cotidianas, me encantan los relatos sobre circunstancias, momentos que parecían ser comunes pero que por un giro inesperado del universo se convirtieron de repente en especiales, espectaculares y probablemente divertidos.  Pero ciertamente, después de eliminar algunas barreras mentales que me estaban bloqueando en relación a ese comentario, además de avanzar un poco más en ese capítulo de esa serie, entendí la lección y aprendí el objetivo del mismo.  
Entendí que no se trataba especialmente de ese tipo de relatos que me encantan, sino más bien de las historias de nuestras vidas que quedan envueltas en un velo, que tienen otro matiz, que pueden o no cambiar el curso de nuestras vidas o por lo menos proporcionarle otro enfoque.

Con frecuencia descubrir por uno mismo lo que estamos investigando y deseamos saber no tiene el mismo impacto que cuando otra persona nos entrega toda lo que necesitamos conocer en un solo momento.  En la información que estamos recibiendo se pueden agregar matices, conceptos propios de quien expresa la historia, visiones diferentes y hasta formas diferentes de enfrentar las verdades y las decisiones a tomar.

A cierta edad resulta difícil aceptar consejos, escuchar las experiencias de otra persona y seguir sus pasos para no tropezar con la misma piedra, pero con el paso del tiempo uno va entendiendo y aceptando y hasta priorizando y buscando escuchar las experiencias de otros.  Muchos entienden que hay que romperse el dedo chiquito del pie y sufrir el golpe, aunque ya te hubiesen dicho que eso estaba ahí y que podría resultar peligroso o doloroso.

Pero no solo se trata de lo que se puede evitar porque alguien más tuvo la experiencia y la compartió contigo, o del efecto que puede tener descubrir por uno mismo la información requerida y buscada, sino que en el proceso, en el camino a recorrer se pueda valorar si realmente esa verdad que andamos buscando es necesaria porque su resultado puede cambiar su situación o sus decisiones.

Me quedo con los relatos de las experiencias de otros. La niña en mi, que no está para nada escondida o profunda, disfruta enormemente escuchando a las demás personas cuando empiezan a contar sus historias, recuerdos y situaciones vividas.  De hecho, cuando puedo aprovechar un espacio de conversación con alguien, procuro guiar la misma para que la otra persona sienta la confianza de contar sus memorias y yo me dedico a escuchar y a disfrutar el momento.  

Esto normalmente sucede donde hay personas mayores que yo, las cuales tienen millones de bytes de recuerdos en sus memorias, sin embargo, todo el mundo, de cualquier edad, tiene algo que contar y con mucha frecuencia las historias más divertidas también pueden venir de los niños.

Yo misma comparto en cada una de las publicaciones que realizo a través de este espacio, distintas situaciones que he tenido.  Algunas son muy específicas y directas, reflejan un momento especial con la descripción detallada del lugar, el proceso y las personas involucradas, pero otras son muy sutiles, están en el trasfondo y solo se ve en detalle el mensaje que quedó como resultado.  Como este relato de hoy.

Contar historias nos permite disfrutar nuevamente del recuerdo, nos conecta con la felicidad, porque una parte importante de la felicidad son los momentos vividos, nos recuerda la inmensa riqueza que llevamos dentro, que además es mágica, porque no pesa.

!Cuanto me gustaría escuchar tu historia!




El viaje de una mariposa criolla

Qué agradable poder estirarse, ya me estaba quedando muy apretado el traje que me protegía en mi edad infantil, era hora de soltar las costuras y estrenar mis nuevos colores. Mis hermanos y hermanas también han ido rompiendo sus envolturas y enderezando sus brazos y es hermoso el brillo en sus alas.  Somos muchas, muchísimas, las que estamos despertando de este sueño de crecimiento y aunque nos diferencian entre machos y hembras, todas terminamos siendo una misma: mariposas, eso si, cultivadas y criadas en esta tierra y pertenecientes a la mismísima familia Aphrissa, que ya estamos regados por toda la isla.  

!Porque los domincanos nacemos donde nos da la gana!

!Estas alas color amarillo-verdoso, aparentemente pálido pero brillante, son espectaculares! Me encanta mi nuevo traje, me encanta como puedo moverlo y como el movimiento me refresca de este caloraso que está haciendo y además, hay que ser honestos, este cuerpaso nuevo no puede estar mejor vestido que con estas alas amarillas.  El color de la temporada.

De inmediato noto que todas se mueven rápidamente hacia un árbol en la orilla del camino,  cubriéndolo y haciendo que se vea como si las hojas se movieran con el viento y cambiaran de color, por la variedad de tonos de las alas. También me doy cuenta que este árbol tiene unas bolitas muy olorosas que abren el apetito de inmediato.  Me acerco y ya entiendo por qué es hipnotizante el vuelo hacia las bayas: son jugosas y dulces.  Yo que había estado durmiendo por un buen rato, comiendo insectos y hojitas, y ahora que despierto lo primero que me brindan es este trago que me hace efecto de inmediato.  Uyyy, estoy que bailo cualquier merengue de Toño Rosario sobre un techo de zinc al mediodía, !y con más gusto si es el kulikitakaki!  !Cuanta Sabrosura!

Pasado unos minutos continúa la marcha.  Hay que moverse. Hay que seguir.  JeanA Surielita, la pronosticadora de las corrientes de aire, ha activado los sensores de cada una de nosotras para que podamos sentir la brisa caliente y percibir mejor el aroma de las bolitas dulces. 

El tour sale en breves segundos, el recorrido incluye dos lomas, una bajaita, tres grandes árboles donde haremos una parada para un refrigerio y descanso.  Por esa zona corre un rio que es la vía que vamos a tomar y aunque está un poquito ¨desflecao y seco¨, la humedad nos sirve de guía para el recorrido.  Seguimos por esa autopista húmeda para llegar a un campo donde hay algunos animales que producen leche. La leche no es lo nuestro, pero son amistosas las vacas esas y dicen que son familias de unas muy hermosas que viven en Holanda y que producen unos quesos muy buscados por los humanos. 

El paisaje es hermoso. Hacia arriba un azul brillante, iluminado por una gran luz amarilla y caliente. Hacia el frente las plantas de un verde más intenso que nuestros vestidos y por algunas zonas unas hermosas flores de diferentes colores y con una bebida sabrosa.

Saliendo de ese campo ya encontramos unos grandes caminos de tecnología avanzada, creadas para las naves de los humanos, que según me han contando, son muy peligrosas. Hemos llegado a esta zona un poco tarde, ya casi no se siente el caliente del camino y nos indican que vamos a detenernos en el hotel que está antes de cruzar, un inmenso árbol de 5 estrellas, con diferentes niveles, bocadillos de primera y stándares de seguridad significativos.  Esta isla es fabulosa porque no aparecen animales raros que vayan atacando a cualquier mariposa que esté haciendo un paseo, como nosotras, que aunque el recorrido es nuestro trayecto de vida, no dejamos de admirarnos y disfrutar.

Antes de acomodarnos nos informa la líder de equipo que al amanecer, antes de salir, recibiremos un rápido entrenamiento para la carrera olímpica que vamos a realizar.  No estoy muy clara sobre a qué se refiere con lo que ha dicho, pero por lo pronto tenemos la noche libre y algunas de nosotras iremos a explorar en los alrededores, a ver si encontramos algún ¨guiri guiri¨ (cabaret de campo) donde se pueda aprender a bailar algunos merengues típicos.

Y pasada la noche, parece que bailar tres merengues de Fefita La Grande son más que suficientes para estar entrenados. Vamos al mambo, tempranito, al entrenamiento que nos avisaron que íbamos a tener. 

El reto: atravesar la autopista sin coincidir con una nave humana.  Empiezan los grupos, pero debemos seguir muy de cerca todos, con pocos grados de separación porque eso es parte de nuestra naturaleza. Comienza a cruzar el primer bloque de mariposas, no vemos ninguna nave venir, el cielo hoy también está muy azul y brillante. No parece que pueda ser algo complicado... hasta que de repente y a toda velocidad viene un vehículo y su rapidez y fuerza supera el aleteo de nuestras alas. Sin remedio algunas de mis hermanas quedan aplastadas en una plancha dura y transparente que se encuentra en la parte delantera del vehículo.

En paz descanse mi querida hermana. Una vida más corta de lo programado.

Una vida brillante, llena de luz y color, llevando emoción a los corazones en cada movimiento de las alas, augurando alegrias, creatividad, inspirando a grandes escritores. Antes de tiempo pero como parte de la vida, misión cumplida.  Sigamos adelante el camino.

del otro lado de la barra

Debo confesar que siempre me gustaron las barras, en bares o en restaurantes, mientras se espera una mesa disponible. Me gusta la informalidad que tiene ese espacio dentro de un bar.  Es un punto de referencia para todo el que llega a un lugar, ya sea para encontrarse con alguien más o simplemente porque quiere observar el ambiente donde ha llegado, para desde allí decidir donde colocarse o si no le gusta el entorno, entonces retirarse.

Pero más allá de su funcionalidad y lo acogedor que puede ser, lo que realmente me resulta atractivo es el otro lado del bar, la posición del bartender, su rol especial, no el de servir las bebidas, sino acompañando a quien está sentado esperando o disfrutando un trago. 

Me gusta mucho un comentario que hace el cantante Ismael Serrano en la presentación de su disco Principio de Incertidumbre, que dice; ¨los peores antros a las peores horas están llenos de la mejor gente¨.  Muchos de esos encuentros se inician en la barra de un bar. También añade: ¨quien no se ha enamorado al pie de una barra¨, pero eso lo veremos en otra ocasión. 

Poniendo a correr la imaginación me coloco a mi misma desde el otro lado del bar.  Desde la llegada de la gente, su mirada, lo que dicen sus pasos, si llegó solo o acompañado.   Sospecho que con el tiempo y lo vivido se va creando cierto conocimiento intuitivo inmediato sobre las personas que se acercan a la barra. Se termina siendo un psicólogo o un sacerdote detrás de un confesionario.

 ¿Estará de paso o se sentará en la barra a acompañarme? 

La noche puede ser corta si las compañías agregan valor al momento. Agregue en su imaginación la canción ¨The Piano Man¨, en español o en inglés, como más le guste. 

En países como España, en donde encuentras un bar casi en cada edificio de apartamentos, la barra es el punto central del local y la mayoría pasa por ella al terminar la tarde, para soltar la carga física o emocional de la jornada laboral. No se necesitan penas o preocupaciones más allá de lo que cada uno dejó pendiente y que debe continuar o terminar al otro día, pero hay quienes llevan a cuestas otros dilemas.

Historias de amor y desamor, la sonrisa, la mirada, el gesto en la frente, todas expresiones que pueden decir sin necesidad de las palabras el contexto que nos envuelve.

¿Qué te sirvo? La bebida que se pide al llegar al bar por supuesto que también tiene sus referentes y es parte de las señales.  Algo ligero, rápido, antes de otra bebida más adelante, quizás una cerveza, para ir limpiando el paladar. Este es un visitante de paso, alguien que espera una mesa disponible o quizás otra persona que viene a acompañarle.

Los tragos dulces, licores combinados con alcohol fuerte, divertidos pero peligrosos, reflejan deseos de ser más alegres, más valientes, parte de una búsqueda de la felicidad pero sin tener claro donde encontrarla o qué realmente significa eso. 

Me parece que las personas definidas, determinadas, que se conocen a si mismas, aunque esto no quiere decir que lo tengan todo resuelto, piden un trago sin mezclar, que dependiendo del clima se recomendará la posibilidad de un bloque de hielo.  
Creo que pedirían un whisky solo o a la roca, un trago de ron, quizás una copa de vino, aunque presiento que el vino tiene también un trasfondo especial, un aire de pasión que podría no tener nada que ver con el amor, sino con la persona.  Pidamos al DJ una canción de Sabina, para acompañar este trago.

Hay por ahí todo tipo de información sobre las bebidas y la personalidad de la gente, pero creo que las circunstancias individuales y el momento en que estén viviendo es el que determina el trago que preferiría pedir.  Yo solo estoy asumiendo desde los supuestos y desde mi experiencia personal, la bebida que puede pedir una persona al llegar a un bar, pero lo que realmente me atrae, colocada desde el otro lado de la barra, la posibilidad de dejar correr la imaginación y escuchar las historias que pueden contar cada uno de estos clientes.  

Con color y música de fondo escucharía cada relato y si me lo permite la persona en cuestión, podría agregar alguna palabra que pueda ayudar a cerrar mejor la jornada.  Pasiones, tristezas, festejos, amantes, proyectos, anhelos. Guardaría cada relato contado como si fuera un tesoro, porque corresponde al tesoro de cada corazón.   

Nuestra historia personal siempre nos parece que es mayor, para bien o para mal,  que la de cualquier otra persona.  Es necesario aprender a escuchar para notar que el mundo es pequeñito, el drama lo ponemos nosotros mismos y ciertamente hay casos especiales con una carga de dolor o situaciones muy fuertes, pero quien no conoce también a alguien que ha tenido un problema muy grave y mantiene una sonrisa y unas ganas de vivir como nadie. 

Hay que ponerse en los zapatos del otro, ser empáticos, crear una barra imaginaria, servir un trago y escuchar. Quien sabe, a lo mejor se convierte en mensajero de buenas nuevas, quizás su palabra es lo que la otra persona necesita escuchar para tomar la decisión de su vida y como compensación usted se queda con un nuevo amigo y una historia para recordar.

Juegos de la infancia

Fui hija única hasta los 8 años, con padres muy protectores que limitaban mi círculo de relaciones a un grupo muy cerrado y específico. Tenía una tía paterna y sus 4 hijos que vivían justo al lado de mi casa cuando era niña. Una hembra, la mayor, y tres varones, yo era contemporánea con los dos menores.  Los vecinos de la derecha, con los que compartía el acceso al patio, eran tres varones de edades no muy distantes. La casa de mis primos también tenía una puerta que daba acceso a nuestro patio.

Ese era el único espacio donde podía moverme tranquilamente, y por supuesto, por mayoría de votos, los juegos para compartir eran los que ellos eligieran jugar. Cuando quería jugar con mis muñecas o a las mariquitas, me tocaba hacerlo sola.  En esa época y a esa edad, desde nuestra perspectiva y conocimiento, no eran situaciones de género, no era machismo, era lo normal. 
Tampoco llegué a conocer o a pensar en algún amigo imaginario: ese concepto y en ese grupo social era desconocido.

En realidad no sentía pesar por el hecho de que mis posibilidades de jugar estaban sujetas a las preferencias de una mayoría del sexo opuesto. Era simplemente la oportunidad de compartir los juegos.

Me tocó aprender a jugar bolas o canicas, como usted prefiera llamarle.  El terreno en el patio era irregular y principalmente de roca grande, pero nos la ingeniábamos para hacer el espacio, incluso ese hoyito pequeño y profundo que se usaba para jugar ¨el taquito¨, pegarle a la bola contra el dorso de la mano del oponente, tratando de que quedara dentro. Un poco doloroso. Un castigo. 

También aprendí y disfruté mucho jugando la plaquita. No recuerdo de quien eran las placas que usábamos, pero estaban dobladas de manera que se pudieran quedar de pie, esperando a ser tumbadas con el siguiente batazo. Era la versión popular e infantil del béisbol sin expectativas de llegar a ser profesionales.

Otro de los juegos era el trúcano. Algunas personas lo llamaban ¨trúcamelo¨.  Es un juego más bien neutral, tanto de niñas como de niños y siempre había alguna técnica nueva para la chapa o piedra que era lanzada a las diferentes posiciones numéricas que correspondía saltar. En algún momento era un bollo de papel grueso húmedo, con lo cual se aseguraba que iba a caer justo en la posición deseada.

En el proceso de escribir estas líneas tuve la oportunidad de escuchar a algunas amistades de diferentes generaciones hablar sobre los juegos que acostumbraban cuando tenían menos edad.  Se mencionaron las bicicletas, el juego de guerra y otros juegos al aire libre, se incluyó el parché, como juego de mesa y por supuesto no se podían quedar las muñecas, a las cuales algunas más curiosas llegaron a hacerles cortes de cabello o pasarles el blower sin saber que el pelo era de plástico.

Y buscando fotos en las redes me sorprendió ver que son los mismos juegos en la mayor parte del mundo. No me extrañaría que en Latinoamérica tuviéramos casi todos los mismos juegos, aunque con diferentes nombres, pero fue una sorpresa ver que era lo mismo también en Alemania.

Entendí que no importaba la generación, unos mayores que otros, sino que más bien se trataba de los grupos sociales y del lugar donde vivían, en pueblos o barrios.  Lo mejor fue saber que todos ellos disfrutaron eso mismo que disfruté yo. 

Siempre se termina haciendo la comparación en relación con lo que han jugado nuestros hijos o lo que actualmente juegan los nietos, para aquellos que los tienen, sin embargo entiendo que ninguno es mejor o más divertido que el otro.  Los niños juegan con aquello a lo que tienen acceso y lo que está en promoción, y en tiempos modernos se ha hecho mucho énfasis al desarrollo tecnológico.  

Desde que pueden sujetar algo entre sus deditos empiezan a sentir el tacto de un aparato y a ver la luz de una pantalla. Aprenden a usar los comandos de voz cuando todavía no saben leer o escribir. 

Los que pueden tener acceso, limitado por su alto costo, logran desarrollar algunas habilidades creativas construyendo formas con piezas lego. 

Nos toca como padres tenerlo en cuenta y hacer el esfuerzo para enseñarles otras formas de jugar y disfrutar, más simples, más sanas.  Compartirles nuestra experiencia.  Quizás otra forma de diversión. 






Mientras estaba en un tapon

Hoy en día y con mucha facilidad nos encontramos en una larga fila de vehículos transitando, tratando de avanzar hacia puntos de encuentro, no importa la hora o el lugar.  Ya no hay horas pico, en cualquier momento las calles están congestionadas y sobre todo si la ruta por la que avanzamos tiene algunas otras calles cerradas por reparación, obligando a cambiar la trayectoria regular.

El número de vehículos circulando en las calles ha aumentado y me parece muy bien que más personas tengan oportunidad de tener un vehículo y no tener que utilizar transporte público o pasar trabajo en las calles. Estoy aprendiendo a fluir con las circunstancias.  

Hay mucho que corregir en cuanto al tránsito y el direccionamiento, las posibles vías de desahogo o las rutas a seguir, pero mientras se resuelve (esperemos que no haya tardanza en ese sentido) procuro agendar cualquier cita media hora más tarde de lo que haría de manera regular y salir hacia esas citas media hora más temprano del tiempo que me tardaría normalmente recorrer esa distancia, aprovechando el camino para escuchar música, podcasts y hasta algunos audiolibros si la distancia y el tiempo son largos.

En estos días específicamente he tenido que cambiar el recorrido debido a algunas calles cerradas por reparación en mi ruta, y de igual modo los demás vehículos que avanzamos en el mismo camino, con lo cual aumenta el tránsito.

Me decidí a mirar hacia los lados, cosa que pocas veces hacemos mientras vamos conduciendo, encontrando detalles que con frecuencia dejo pasar por alto.

Fue una sorpresa para mi ver el cuadro para la adoración a la Virgen de la Altagracia que está ubicado al lado derecho de la entrada de la Catedral. Le he tomado fotos desde el vehículo pero tiene un cristal y eso no permite una visión más definida. Lo llamativo del cuadro, del cual aún no sé el nombre del autor o autora (y me gustaría saberlo), es que tiene la misma imagen de la virgen pero con detalles modernos, digamos que actualizado y caribeño: los personajes en el cuadro tienen la piel más bronceada y el niño Jesús no tiene una manta que lo envuelve, sino que está cubierto con un mameluco. Invito a que lo vean y los que hacen el recorrido a pie o conocen la obra, por favor me comentan del autor o autora.

Otro lugar que he descubierto en la zona colonial es el Museo José Cestero, en la Arzobispo Portes 128, a mano izquierda, pero no visible al borde de la acera, sino un poco más adentrado.  José Cestero es llamado ¨El Artista emblemático de la Ciudad Colonial¨, reconocido y con una larga trayectoria.  La referencia me sirvió para entrar a google a buscar referencias sobre el museo y encontrar virtualmente los detalles del mismo, los cuales comparto en el siguiente enlace: 
 https://www.museojosecestero.com/
¿De casualidad conocen a la señora Vera? 
Ya la mencioné anteriormente en uno de mis artículos en donde describía cómo hice una canción para aprender e identificar mi ruta hacia el trabajo y cómo la descubrí.  Está en el segundo nivel de una casa que está ubicada en la calle Padre Billini entre Hostos y Meriño, frente al parque Fray Bartolomé de Las Casas.  
Para mi es la señora Cala, de apellido Vera y me luce que se trata de una modelo de la celebración mexicana del día de los Muertos: si, es una Calavera con un vestido morado, con sombrero y adornos muy alegóricos a la fiesta de los Muertos. 

Y ya que mencionamos segundos niveles, por ahí vi crecer un árbol en un segundo nivel y me preguntaba cómo había sucedido.  Con frecuencia se ve en algunos edificios de la zona colonial, y haciendo suposiciones puedo decir que esas edificaciones coloniales de piedra y barro albergan la posibilidad de crear vida allí donde puede llegar una semilla y un poquito de agua.

Con los tapones he encontrado la oportunidad de descubrir algunas curiosidades, para mi interesantes, divertidas, gratificantes, que también quiero compartir.  
Continuaré tomando fotos y compartiendo lo descubierto. 




MOMENTOS HISTORICOS

 "Los días históricos se ven normales cuando los vives desde dentro"    Albus Dumbledore. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlo...