El susurro mágico.

¿Y si existiese un 'chisme' que le dicta al oído lo que tiene que decir para sacudirse la mediocridad y parecer seguro, brillante, estratega y elocuente; un aparatito que le indica cuál es el camino de la victoria vital? ¿Y si en el camino nos preguntamos qué tenemos nosotros que decir, qué tenemos que aportar, cuál es nuestra voz propia, cuál es nuestro discurso? ¿Por qué a veces lo mejor de nosotros resulta ser algo que ni siquiera es nuestro?  

Hace días leí esta breve reseña del libro ¨ El Chisme ¨ del español Risto Mejide.  También me puse a leer un par de capítulos y no continué, no quise seguir profundizando en la novela y su intríngulis, que es todavía más variada y compleja que esa simple reseña.  

Me quedé en lo que podría significar tener un ¨ chisme ¨, como le llaman los españoles, un aparato, una voz que te va diciendo al oído la respuesta correcta, la idea brillante, el mejor camino.

Y empecé a imaginar cómo podría ser.  Después de un rato me pareció una pérdida de visión alucinar con esa idea, porque en realidad es algo que ya tenemos y no apreciamos.  Tenemos nuestra propia voz inteligente dándonos la orientación adecuada y con frecuencia cerramos los oídos.

En ocasiones esa voz llega en idiomas que suponemos no entender, pulsaciones en ritmos acompasados que van indicando armónicas melodías en el corazón.  Se detiene, se acelera, se duplica el compás y nos va indicando el camino de la derecha o el de la izquierda. 

Y en realidad conocemos el idioma.

Y solo hay que hacer silencio interior, dejar que esa voz suba el volúmen y fluir en sus aguas, seguir las indicaciones. En otras ocasiones lo he reflexionado y compartido.

¿Y si en vez de presionar (nos) para que cambie una luz de semáforo que por más que nos desesperemos no va a cambiar porque su tiempo es cronometrado, y asumimos que la señal es para que cambiemos la ruta y tomemos otro camino en donde quizás podremos encontrar mejores oportunidades, o tal vez evitar situaciones más difíciles?

Es un susurro sutil que sabe perfectamente cual es la mejor decisión, solo hay que escucharlo. Y todos lo tenemos.  Y todos lo sabemos.  Y tenemos temor.  Una necesidad de tener la respuesta certera, por escrito y certificada por alguien más.

No es fácil escuchar, tampoco aceptar las respuestas, es un ejercicio de lucha para callar el ego.  Yo misma ando como Rambo con el cuchillo en la boca, batallando contra el ego, aprendiendo, aplicando. Es en ese momento en que se puede apreciar el nivel de los pensamientos y los sentimientos, los profundos, los que no están vinculados a la opinión o preferencia de alguien más.

Pero se siente una paz inmensa cuando logras conectar con la voz suave y apacible dentro de ti, cuando se logra esa conexión de manera constante, al iniciar el día, y entonces puedes notar la magia.  

REVISANDO LA HUELLA DIGITAL


 Hubo un momento de mi vida en el que decidí hacer evaluación sobre los beneficios de tener un muro en una de las redes,  porque el uso que le daba era limitado, y presté atención sobre las publicaciones que había realizado, quienes respondían, con quienes estaba en contacto.  También consideré todos los riesgos que siempre se advierten y si valía la pena tener el lugar activo solamente por los juegos que estaba usando.

Entonces, como para que lo pensara bien, empecé a notar las alertas de los cumpleaños, los avisos de algunos eventos que me interesaban y los recuerdos de publicaciones pasadas.  Eso atrapó mi atención y definitivamente le dio valor a mi interés.

Desde ese momento procuro, sin crearme presión, entrar cada día para verificar quien, fuera de mi círculo más cercano, está de cumpleaños y no querría que se me pasara la ocasión para ponerme en contacto.

Después fui notando que la notificación de los recuerdos podría ser interesante, por supuesto siempre depende de la objetividad con que se usen las redes y el manejo de las publicaciones. Ver aquello que publicaste uno, dos, cinco años atrás, puede ser hasta terapéutico, divertido, nostálgico o quizás doloroso, por encontrar fotos con personas que ya no están a nuestro lado. 

Nos puede mostrar eventos que tuvieron una fuerte incidencia en el camino y que nos motivaron a escribir, a colocar fotos o a hacer comentarios. Vamos dejando una huella que tanto puede ser entretenida como vergonzosa, o quizás llenarnos de orgullo. Nos permite tratar de corregir o acomodar, para adaptarlo a la imagen que queremos mostrar, no necesariamente pensando en inventar una máscara que oculte la realidad,  pero si corrigiendo errores que pueden afectar el momento actual o nuestros intereses.

Me he sentido gratamente sorprendida al leer mensajes que he escrito años atrás y me han parecido muy bonitos. Hasta he buscado alguna comilla o la descripción del autor para saber quien escribió, pero si no lo he puesto es porque he sido yo misma quien se ha inspirado. Uno de estos días venideros haré una recopilación de esos mensajes cortos y los compartiré en un solo texto.

He sido traviesa en las publicaciones. Me he permitido colocar mensajes o compartir imágenes simplemente por el hecho de que me gustan, no porque estén reflejando mi realidad del momento (con ese mismo mensaje circula una imagen en las redes). Pero siempre he sido respetuosa, de mi misma, de lo que soy, de lo que en realidad quiero compartir con cercanos o extraños y de la huella que voy dejando en mi paso virtual.

Hay que buscar el momento, darse la oportunidad de volver al pasado y hurgar en los recuerdos usando las herramientas que las redes nos ofrecen y entender el camino que vamos trazando, evaluar si es lo que queremos y qué podemos hacer.





Reflexiones en un ¨fregao¨

Ya hace un año que empezamos a probar, por circunstancias inesperadas, nuevas formas de vida, hábitos, ritmos, actividades.   Durante los 45 días del primer toque de queda se desarrolló en las redes un desafío no esquematizado sobre cuál es la mejor técnica para fregar, a quién le toca hacerlo o en qué casa se realiza más veces.

De repente un oficio poco apreciado, que continúa siendo poco apreciado, porque eso no va a cambiar, aumentó de valor por la experiencia que se fue desarrollando además de su uso más generalizado a todos los miembros del hogar.  Pero no me voy a detener en las técnicas del oficio, en los utensilios para hacerlo más manejable o en las millas acumuladas.

Quiero analizar de manera específica todo lo que puede pasar por la cabeza mientras se está fregando.  Porque es un tiempo utilizado en actividades que en realidad no son tan mecánicas pero que invitan a la introspección.

Es algo que me queda claro desde mucho antes de los períodos de confinamiento, pero que ahora se enfatiza y parece que puede ser generalizado y no quiero pasar la oportunidad de comentarlo.

A mi por ejemplo, me sucede que mientras estoy fregando empiezo a recordar a todas las personas que tengo pendiente de llamar o escribir por chat.  Las llamadas pendientes me llevan a desarrollar en mi cabeza, todas las conversaciones que debo escribir pero de inmediato asumo respuestas hipotéticas y de paso respondo a esas respuestas que no he recibido.

A veces termino en discusiones que no han sucedido, toda una pérdida de energía que ya he ido aprendiendo a manejar, a evitar y a canalizar en otros pensamientos, antes de que esa conversación pendiente se convierta en una discusión de la que el otro interlocutor no tenga la más mínima idea.

También se realiza la programación de la próxima comida del día.  Lavando calderos empezamos a planificar que la cena será pan con jugo, porque ¨ no es verdad que nos vamos a pasar todo el día con el brillo de fregar en la mano ¨.

Ni que decir sobre el trabajo.  Cuando la labor profesional que realizas está vinculada al desarrollo de informes, estrategias, documentos, el mejor momento para poner esos temas en la agenda es cuando empiezas a lavar los vasos y las tazas.  De la misma forma se comienzan a organizar las ideas. En contraposición también es posible que empiecen a enredarse.

Producto del agua corriendo  al enjuagar los platos, puede surgir una reflexión interesante en relación a alguna capacitación o el análisis de algunos documentos o lecturas recientes.  Se empiezan a repasar aquellas lecciones que pudieron impactar en nuestras mentes o esos temas que en aquel momento no nos quedaron claros.  Es posible que si aún le queda grasa en el plato y usted vuelve a enjabonar la esponja para intentarlo de nuevo, pueda encenderse un bombillo en su cabeza y traer luz a los pensamientos, encontrando la solución que no había visto anteriormente.

Como  mencioné, estas reflexiones en momentos de ¨fregao ¨ no son nuevas para mí y en alguna ocasión se convirtieron en un crítico y juez feroz, hasta que decidí que no permitiría que este pensamiento crítico y enjuiciador me pudiera lastimar emocionalmente.  Comencé con la oración hasta que fui consciente del dominio de esos momentos de reflexión y empecé a orientar las ideas hacia algo más productivo para mi interior y para mis acciones.

Deben haber muchos otros temas traídos a estudio mientras se están fregando, sobre todo durante el último año en que se convirtió en uso y tema de  muchas personas, más de las que habitualmente realizaban este oficio.  ¿Cuales han sido tus reflexiones?




Elijo quedarme con los recuerdos dulces

Hoy llegó a mi, como tantos otros, un texto identificado como de autor desconocido, publicado en uno de los grupos a los que estoy suscrita en una de las redes sociales.

Y este me gustó de manera especial, respondí y compartí; pero el tema no se quedó ahí y además me puso a reflexionar un poquito más de manera especial en el siguiente párrafo: 

¨Dentro de cada surco en mi cara, en mi cuerpo, se esconde mi historia,  las emociones que he vivido, mi belleza más íntima, y si cancelo esto, me borraría a mí misma¨.

De inmediato empezaron a agolparse en mi mente tantos recuerdos, memorias de lugares, de eventos, de encuentros.  Me quedo con aquellos que me llenan de una emoción nostálgica, un deseo de repetirlos.  Naturalmente estos están vinculados a los lugares visitados, los paseos realizados, ya sea sola o acompañada.

Llevo conmigo la idea de que los lugares que visitas no deben estar atados a las personas que te acompañaron, esos son momentos distintos.  La visita a un lugar, un viaje, un paseo, tiene dos experiencias que uno debe saborear y disfrutar tratando de separarlas una de otra.  

Lo que quiero decir es que si estás en un lugar que querías conocer y disfrutar, debe quedar en tus emociones lo visto en en ese lugar, los aromas, los colores, la gente del lugar.  Si acaso ese paseo fue con personas queridas, como sucede frecuentemente, pues esa es otra experiencia que puede ser vinculada pero no atada al lugar, sino al momento que disfrutaste con esas personas, lo que compartieron, la sensación de alegría colectiva. 

Y pienso así porque si esa misma compañía la sacas de ese lugar y la pones en otro, la sensación, el disfrute, está dado por la compañía, sin embargo, el contexto es una experiencia complementaria.

Por supuesto también hay sensaciones que no son muy agradables y están vinculadas a viajes.  Hoy puedo recordar, al escribir estas líneas, la arruguita que sentí en el pecho cuando estuve en la Zona Cero, donde estuvieron las torres gemelas, años después del ataque del 11 de septiembre.  Si al viajar te pasa como a mi, que hago inmersión total en los lugares que visito cuando estoy de paseo, esa es una energía que no se puede evitar. Sentí el dolor, sentí la impotencia, el miedo, aún tiempo después.  Por supuesto no en las proporciones de lo que sucedió o de quien estuvo cerca y lo vivió, pero después de haber visto noticias, documentales, fotos, etc., uno retiene en la memoria el lugar, las gentes, las expresiones de sus rostros, sus palabras.

Esa es una arruga en el alma, no es visible como las que me llevaron a escribir hoy, pero también son parte de mi historia, así como la arruga en los labios por la risa durante el viaje a la playa para celebrar un cumpleaños con un grupo de amigas amadas.  Me parece que fue el último viaje en grupo sin distanciamiento social ni toque de queda que tuve.  Y con esa emoción me quiero quedar, no con la incomodidad de que no hemos podido repetir la experiencia, pero si con la satisfacción de que lo hicimos, lo disfrutamos, lo recordamos.

Yo elijo quedarme con los recuerdos dulces de los lugares que he podido conocer, más no así con la carga de querer volver.  Si puedo repetir algunos pues estaré feliz de revivir la experiencia y sumarle otra mirada, si no puedo volver, por la razón que sea, pues me quedo con lo visto, lo vivido y lo saboreado.

No importa si se me ocurre hacer cambios para suavizar algunas arrugas, pliegues o rellenos. Cada uno tiene una historia que ha quedado grabada en mi memoria, en mis emociones, en lo que hoy soy como persona y que procuraré compartir, porque ese es el propósito, compartir lo vivido.




Me resisto a ceder

Hoy es uno de esos días.

Me resisto. Claro que me resisto.

Pero no me resisto a hacer lo que quiero hacer, me resisto a dejarme llevar por el vacío y no hacer nada.

https://tecnopol.es/actualidad/resiliencia-y-construccion-del-manana
Muchas cosas han cambiado, sobre todo después de este último año, de las vueltas que dio el mundo y la forma en que nos hizo saltar, a todos los habitantes del planeta.   Quizás unos saltaron más que otros, los niveles generacionales también hicieron la diferencia y encontramos por ahí personas que estuvieron en otros períodos con otras situaciones parecidas a la actual, lo que les otorgaba una experiencia mayor en escenarios de crisis.

La cuestión es que nos vimos de frente con un esquema de vida que no sospechábamos que podríamos tener.  Solo por esa situación y aunque muchos no lo vean o lo quieran admitir, hemos acogido cambios en la forma en que miramos la vida, en que tomamos decisiones o nos desenvolvemos.

Admitimos la incorporación de otras opciones cotidianas que el ritmo de vida que anteriormente llevábamos no nos permitía desarrollar.  Se profesionalizó el oficio de fregar, junto con la posibilidad de aprender a cocinar y de llevar la comida más allá de lo simple.


La cultura del uso de las tecnologías, ya sea por entretenimiento, por ocupación, por desarrollo de trabajo, por necesidad educativa, como tranquilizante de niños y de muy mayores también, se convirtió en algo común, aceptable y hasta divertido.  No he buscado esas estadísticas para ofrecer datos precisos, pero el uso de las redes aumentó de maneras exponenciales y sospecho que, a consecuencia o como causa, la apertura de cuentas sociales.  Me imagino la cantidad de cuentas de instagram que tienen 23 seguidores, 310 seguidos y 3 publicaciones. 

Y no solo para mirar las cosas lindas que publica la gente, también están las noticias, los comentarios de las noticias, hacer compras, ver cómo la gente se diversifica y desarrolla emprendimientos, liberando la creatividad.

Nada queda lejos porque cualquier cosa se puede pedir delivery. Todo llega, a todos los niveles sociales y en cualquier parte del país, basta con que fuese publicado en las redes.

Hemos aprendido muchas cosas, definitivamente, y hemos incorporando cambios en nuestro sistema, en nuestra visión de la vida.  Nos hemos hecho más resilientes.  La resiliencia nos otorga una nueva facultad, la capacidad de mirar el suelo, tomar impulso y levantarnos, poco a poco o rápidamente, pero poner una mano y luego la otra y levantarnos y sentarnos a pensar en una nueva estrategia, porque la anterior no funcionó y hay que seguir adelante.

Ese espíritu es el que no me permite rendirme, que me lleva a resistirme y no ceder.

Hoy era uno de esos días en que no tenía idea clara de las palabras que podía compartir por aquí, que nuevamente la musa no está ni remotamente cerca, pero aún así me resisto, y no quiero dejar de escribir.


Cómo se siente un bolero

¿Cómo se escribe un bolero? 
¿Cómo se canta un bolero?
Amando, sintiendo, soñando. 

Deseando pasión. 
Deseando el deseo.

Acariciando pieles,
dedos que dibujan labios,
humedad que emana del cuerpo,
fuego en la piel, aroma de sexo.


Sigo vibrando en San Valentín, febrero y el mes del amor. Sigo pensando en las canciones, en este instante en aquellas que nos conectan de manera directa con el amor. Hablemos de boleros.  

Y quiero hacer referencia especial a ciertos boleros que solo escucharlos uno siente que le vibra la piel y llenan de emoción, pero antes debo confesar, poniendo la mano sobre el corazón, que soy una apasionada del bolero y que mi primer amor ¨ bolerístico ¨ , el cual conocí a través de doña Gloria (mi madre), fue el  puertorriqueño Tito Rodríguez y a partir de él empecé a amar a otros más.

También hay que adelantar que hay canciones que interpretadas por otros diferentes a sus autores o cantores originales, han calado aún más en el público.  Puedo mencionar, entrando en bolero y en cantantes, que no puedo decidir cual interpretación me gusta más de la canción Un Cigarrillo, La Lluvia y Tu, entre Alberto Cortés, autor original, Tito Rodríguez (ya saben, mi favorito #1) y el negrito de Villa, Sergio Vargas.  De veras que no puedo decidir.

Y no puedo dejar de recordar, ya que mencioné su nombre, la canción de José Antonio Rodríguez que interpreta Sergio, ¨ Como un bolero ¨.  ¡¡¡Estremecedora y provocadora!!

Hay mucho escrito sobre el bolero, su historia, inicios, desarrollo, representantes.  Desde Cuba llegando a la península de Yucatán y recorriendo latinoamérica, tenemos voces excepcionales, letras sin comparación y arreglos musicales que son una joya, aún sin letra ni voz.  Sería llover sobre mojado hablar al respecto y lo que en realidad quiero es compartir mis emociones.

Ya que mencionamos la lluvia, no puede quedarse atrás sin hablar de Armando Manzanero con Esta Tarde Vi Llover y tal y como al principio decía, algunas de sus canciones han sido destacadas con las interpretaciones en la voz de Luis Miguel.  La que siempre me llega de inmediato a la mente es Por Debajo de la Mesa.  Discos y discos llenos de bolero, envueltos en pasión.

Recuerdo que en una presentación de Armando Manzanero, éste comenzó a cantar una de sus propias canciones que además ha sido interpretada por Luis Miguel, y una jovencita a mi lado hizo el siguiente comentario: ¨ Que lindo, la misma canción de Luis Miguel ¨.  En principio me respingué en el asiento, luego mi cara cambió su expresión. A continuación me dio risa. Todo en fracciones de segundos y de manera discreta.  Luego pensé que, después de todo, el hecho de que Luis Miguel interpretara las canciones del maestro hizo que una generación conociera y disfrutara el bolero y quizás más adelante reconocieran ese gigante de la canción.

¿Mencioné a Tito Rodríguez? Debo volver a él, sus canciones ponen a cualquiera a temblarHace unos años recibí de regalo un Ipod y me emocioné como niña en víspera de navidad. (debo comentarle y agradecerle a la persona que me hizo el regalo).  Todavía lo tengo. La primera carpeta que coloqué fue BOLEROS.  La primera lista de reproducción que hice fue de canciones de Tito Rodríguez, alrededor de 90 canciones.  

En sentido general y relacionado con la música, soy ecléctica, pero hay ciertas canciones que son especiales y que me queda claro son de gustos muy peculiares, esas las puse en la siguiente lista de canciones, la cual llamé CANCIONES ÍNTIMAS. Después conversaremos sobre esa.

Y pues, sírvase un trago de la bebida espirituosa de su preferencia, un bolerito y brindemos por las celebraciones del amor.

¡¡Salud¡¡






BUSQUE CON QUIEN BESARSE.... Y BESENSE

Escuchaba una canción y me quedé pensando, tal y como le diría Facundo Cabral a Alberto Cortéz, ¨ cuanto me hubiese gustado escribir esa canción ¨.  

O por lo menos poder escribir una canción así de bonita. Ese pensamiento me surgió escuchando a Juan Luis Guerra interpretar la canción Romance Rosa (1991, Album Bachata Rosa).  Mucha pretensión aspirar a escribir algunas letras parecidas a las canciones del gran Juan Luis, pero en realidad no era intención de acercarme a sus canciones, sino de tener la posibilidad y la capacidad de expresar cosas tan bonitas en una canción.

Y ya saben, un pensamiento lleva a otro.  Entramos en febrero y en nuestro país hay dos cosas que lo caracterizan, el carnaval y la celebración de San Valentín.

El carnaval tenemos que ponerlo en remojo y posponerlo. Todavía no estamos en condiciones de  celebrarlo y en este momento hay que evitar las aglomeraciones, hay que cuidarse, entonces, nos queda el día del amor y la amistad.



Mucha gente critica el hecho de que se elija un día para celebrar el amor y que la fecha se ha convertido en una  razón comercial.  Entiendo que quien lo dice es porque con frecuencia toma su momento para expresar afectos, de la manera que fuera, especialmente con atenciones que hacen sentir bien a los demás y que por eso no le encuentra razón a escoger un solo día para tener esos detalles.

Aun así, pienso que es muy lindo sostener la emoción de una celebración especial en un día especial, independientemente del resto de los días del año en que lo puede celebrar también.

Hay que amar, hay que expresarlo y celebrarlo, como diría mi amiga Patricia Mejía, ¨ busque con quien besarse y bésense ¨. 

Muchas personas piensan que hay que tener pareja para celebrarlo, pero el amor tiene muchas vías por el cual ser expresado.  Comience por usted, haláguese de manera especial y diferente este día, con un regalo especial, con una comida especial aunque sea con delivery y en la tranquilidad de su hogar o hasta en su mismo escritorio de la oficina.  Pero es que además hay mucha gente especial con quienes celebrar, los hijos, los padres, los amigos más queridos. 

Celebre con lo que tenga y como pueda, tampoco es para caer en quiebra, la idea es dar amor, expresar amor y recibirlo.  Eso sí, no deje de regalar siempre que pueda, porque es una fiesta en el corazón para quien recibe un regalo.

Si a usted le sale bien escribir notas, pues unas palabras con afecto, con intención, llenas de amor, siempre son el tónico especial para cualquier corazón. Escriba cartitas, pequeñas tarjetas que estén llenas del amor que siente por esas personas, con letras de colores, con bordes de resaltadores o florecitas si eso va con usted.  Quien le ama sabrá apreciar la dedicación y esa expresión de amor por encima de la limitación.

Si le gusta sembrar, pues comenzando el mes empiece a recoger esos pozuelos y tazas que ya están gastadas y a preparar sus retoños de plantas para regalar.  A mi me haría feliz recibir una pequeña planta de cualquier hierba de cocina, hierbabuena, albahaca o romero, por ejemplo, preparada de esta manera.  Porque no sólo será una planta, sino el esfuerzo y dedicación de preparar ese regalo, con tiempo, con las manos, con la intención de hacerme feliz. Y como yo muchas personas lo sienten igual.

Así que, fíjese usted, aún sea una fecha comercial, el hecho de que le preocupe encontrar el regalo especial, tener el dinero necesario, salir a buscarlo y preparar las condiciones para entregarlo son detalles importantes que reflejan un lugar especial en el corazón.

Entonces, le sugiero, haga su lista de personas especiales, haga su lista de las posibilidades con las que cuenta y prepárese para celebrarlo. Abra su corazón y entregue todo el amor que guarda dentro.




DESDE ATRÁS... HACIA ADELANTE

Desde mediados de la pasada semana he estado pendiente de la fecha para sentarme a escribir estas líneas. No lo saben, pero me he organizado para escribir los domingos y publicar los lunes.

En esta ocasión me he quedado observando los días, el feriado que toca martes pero será movido para el lunes y el día del mes que corresponde.  Ya se está acabando el mes de enero y recordé que el pasado año, durante este mismo mes,  había una queja casi colectiva de que los días eran muy largos y la sensación era de que tenía más de 31 días.

La reflexión es que me quedé pensando  en las acciones y sensaciones de esta misma fecha el pasado año, en un momento donde no teníamos ni la más mínima idea del cambio radical que iba a ocurrir en nuestras vidas, de lo que estaríamos viviendo en los meses siguientes. 

Empezando el año hay expectativas de metas, objetivos trazados, sueños para cumplir.  Hemos realizado rituales para abocarnos al cambio en nuestras vidas, para incorporar mejoras en el camino a recorrer.  Tenemos listados de tareas, proyectos.  Así cada año. 

Y así también el pasado año.  Sin embargo, hay cuestiones que no varían y algunas rutinas que se deben seguir ejecutando. Horarios de trabajo que continuar, escuelas, supermercados, manejo del hogar.

Para finales de enero del pasado año se empezaron a escuchar noticias de una situación de salud en China, muy focalizada y con informaciones muy superficiales aún.  Esa ciudad de China queda muy lejos (es lo primero que pensamos) y no creíamos que podría ser algo que nos afectaría en este pedazo de isla en El Caribe.

Pero lo que de verdad quiero resaltar es la reflexión que hice después.  Haciendo un paralelo entre lo que hacía y pensaba el año pasado, sin conocer los hechos que luego sucederían, y el año que tenemos por delante, empecé a analizar sobre, si este año tuviera incidentes adicionales a los que actualmente tenemos:

¿Qué estrategia podría implementar para estar mínimamente preparada? 

Podrían ser cambios positivos o situaciones difíciles, para ambos casos puede haber alguna idea de aspectos que deben ser tomados en consideración.

¿Podría tener algún plan de contingencia? 

Pensaría en algún plan B o cualquier otra letra del abecedario, la que más te guste.   A veces pensar demasiado en la planificación nos da la sensación de tener las cosas en control, pero también nos mantiene en un estado de ansiedad que puede ser peligroso.  Equilibrio. Fluir. Esa es mi recomendación.  Algunas listas por ahí guardadas, pero sin permitir que dirijan cada paso a dar.

El pasado año nos dejó algunas lecciones y para mi muchas de ellas han sido más que positivas.  El año pasado lo inicié con una apertura hacia lo mayor y mejor para mi vida, lo cual por supuesto repercutiría en la vida de los que me rodean. Inicié con un curso de 12 semanas que sabía que cambiaría mi visión, porque lo sentía.  Luego lo comprobé.  Lo que no sabía es que ese curso sería mi soporte para un año inesperado. 

El año pasado nos enseñó a valorar más las relaciones de familia, los espacios íntimos. Lamentablemente hubo muchas personas que entendieron que no tenían a su lado lo que querían, pero eso también es bueno, nos organiza las emociones.  

Empezamos a valorar la tecnología como recursos que pueden mejorar la calidad de vida.  En países como el nuestro, el empujón radical hacia nuevas alternativas nos impulsó a una visión de desarrollo, a pesar de no estar preparados para ello.  La educación todavía tiene muchos retos que enfrentar y cambios que desarrollar, pero ya está claro que no puede ser un proyecto a largo plazo, debe ser una acción inmediata y la ciudadanía debe entender que todo esto es un proceso de error y prueba para el que no estábamos preparados pero que es inminente y busca lograr lo mejor.

Esa misma tecnología motivó a mucha gente a desarrollar su capacidad emprendedora, buscar alternativas de progreso, de ingresos. Se diversificó y aumentó la cantidad de servicios a través de las redes y como dice Juan Luis Guerra en el anuncio de televisión, ¨ hemos hecho que llueva café ¨.  

Como usuarios también enfrentamos un salto.  Cambiamos nuestras preferencias, empezamos a valorar los servicios a través de las redes, los productos; el delivery se empezó a hacer parte frecuente de la rutina diaria, supermercados, farmacias, regalos.

Y así hay muchos puntos a considerar.   Podría sugerir algunas acciones encaminadas a los cambios que pueden irse incorporando en nuestras vidas, a partir de situaciones que debamos enfrentar,  pero lo primero es dar una miradita al punto en donde estuvimos el pasado año, la forma en que enfrentamos lo que vino después y lo que quedaría pendiente de modificar.  

¿Cuáles cosas se pueden hacer para seguir adelante?



Expresión de Emoji

Yo no sé a cuantos mas les puede estar pasando como a mi, pero confieso que hay cierta influencia de los accesorios utilizados en las redes sociales, en conversaciones o actividades de la vida cotidiana.  Algunos solo resuenan en mi cabeza, otros pueden ser reconocidos a través de mis expresiones.

Me refiero a los emojis, emoticonos, emoticones, caritas. Hay variadas formas de nombrarlos.  

La cuestión es que a veces estoy en conversaciones en donde de repente escucho un comentario y a mi cara llega la expresión misma de uno de esos emoticones: duda, como la carita que se pone la mano en la barbilla y pone expresión de pregunta ; quizás una sonrisa que saca todos los dientes pero cierra los ojos😁 . 

En realidad no se si el interlocutor lo notará, pero yo siento que estoy expresándome de esa manera.  Mis hijos me dicen que se me nota especialmente el emoji que corresponde al comentario sarcástico cuando estoy incrédula. 

Pensando en eso descubro que en realidad no es un fenómeno reciente de whatsapp o las redes sociales, no es una cuestión del momento actual.  Hay conversaciones en que la respuesta esperada es un vacío en donde solo cabe el sonido del grillo ¨ CRI CRI - CRI CRI ¨  como última palabra, o porque lo que se puede decir es muy obvio o porque es mejor no decir nada.  Y eso no es un emoji.

Hay situaciones en donde la circunstancia que se está manejando, personas, acciones, ameritan el acompañamiento de la música de duelo del medio oeste como efecto especial. (quise insertar aquí el audio, pero no lo logré).

Es la influencia que tiene en nosotros el impacto de los medios de comunicación, televisión, cine, teatro.  Podrían creer algunos que son inmunes a este efecto, quizás sí lo son, pero yo admito que me rindo ante muchos de ellos.  Solo nuestro entorno, las personas con las que compartimos y nos acompañamos, podrán ver claramente la manera en que lo expresamos.  Hay gestos, palabras utilizadas por algunos personajes que se quedan muy dentro de nosotros.  

Puedo mencionar la influencia de los personajes de la Escuelota, el programa de comedias del Show del Mediodía de los años 70 y cuantas veces yo misma me he visto respondiendo con algunas de las mismas expresiones de ellos, como cuando a alguna pregunta la primera respuesta que llega a la cabeza es una expresión de Bobby:  ¨ eso es correcto teacher  ¨. 

Definitivamente no es algo nuevo,  desde siempre hemos tomado expresiones de los medios de comunicación o de diversos personajes, que luego utilizamos en las conversaciones y con los avances tecnológicos vamos incorporando otras.  Ahora son  ¨caritas ¨.  Ya yo tengo definidas mis favoritas. 





Vamos a comer¡

Por ahí por la página de inicio de este blog hay un párrafo que dice: 

¨De esto se trata...

De aquello que debo compartir, porque sería intolerable callarlo y no disfrutar ese placer con los demás, de lo rico que fue eso último que acabamos de probar y que dejó huellas en nuestra mente y nuestro paladar, del agradable recuerdo de lo que vimos recientemente o anteriormente, ese aroma que se te pega, se mete en tu nariz y la experiencia de describirlo es deliciosa, sentir la piel vibrar, nacer y vivir¨.

Y de eso se trata en este momento y en toda su expresión.

Hace un tiempo vi una de esas series coreanas, esas que llaman ¨ doramas ¨,  que me gustó bastante y aunque en algunos momentos la había mencionado, especialmente en conversaciones de sobremesa, había pasado por alto la idea de escribir sobre ella.

Este dorama de solo dos temporadas, la primera de 16 episodios y la segunda de 18, maneja varias temáticas muy interesantes, pero la que me lleva a escribir estas líneas está referida a la comida.  El protagonista, dentro de todo sus temas, es un joven que trabaja como vendedor, pero su pasión es la gastronomía y tiene una habilidad especial para hacer la descripción de los alimentos que escoge cuando visita cualquier restaurant.

No importa si es un comedor, un restaurante formal, un camión de comidas o algo que se cocinara en casa, al finalizar escribía para su blog haciendo una descripción de lo que comió, la forma en que fue servida la comida, el detalle de cómo fue presentada y entonces hacía una descripción de cada bocado, la combinación entre el alimento y los ingredientes con los cuales fue preparado.

Los coreanos tienen por costumbre pedir varios platos diferentes en un mismo tiempo de comida, porciones pequeñas pero diversas, por eso sus mesas lucen como un buffet.  Este chico también comenta cómo influye combinar unos alimentos con otros o con las bebidas que le acompañan.

Picantes, salados, semi-dulces, combinados, sopas, carnes, muchos vegetales siempre, algunos muy calientes y que deben ser comidos precisamente de esa manera, despacio, soplando para no quemarse la lengua, sonoros. Parte de la cultura que también se reconoce en la serie.

Hasta ahora parece una película de comida como muchas tantas que se reproducen en las redes, sin embargo, la parte más interesante de esta serie en relación a la comida es que después que el protagonista escribe en su blog sobre lo que acababa de comer, sin decir en donde fue, aunque incluyendo en la descripción la influencia del local, es que la foto que coloca es de un plato vacío¡ 

Así es. Tomaba la foto de lo que se había comido después que dejaba el plato limpio casi en su totalidad. 

Y con la descripción detallada de los ingredientes, de la forma en que fueron combinados, de los otros platos y la bebida que lo acompañaron, la influencia de las condiciones del local, de la gente que le sirvió los alimentos y hasta del precio, al mirar la foto de un plato vacío la reacción de las personas era imaginar, saborear, sentir la forma en que la boca se hace agua y entonces tratar de adivinar, por los pequeños detalles del lugar que se dejan notar en la foto,  dónde fue servida para salir corriendo a pedir lo mismo.

Una influencia creativa e imaginativa demasiado poderosa. En mí lo logró. En su momento no salía a buscar ningún restaurante coreano, naturalmente, pero se comió mucho ramen por esa época.  Era lo más cercano a lo que veía que podía tener. Y aprendí a preparar algunas combinaciones.

Quizás no le damos la importancia que tiene, pero la comida termina siendo el centro de todos nuestros espacios y actos: nos cohesiona, nos motiva, nos fortalece. De la manera que sea que la tomemos, para sanar, para compartir, para saciarnos, para apagar un dolor, para celebrar.  Para mi tiene magia, sin importar lo que se prepare.

En la serie los demás temas también son muy interesantes, una mujer, divorciada y sin hijos desde hace más de 10 años que tiene una batalla interna entre su trabajo, sostener un control sobre su vida, pero también el deseo de hacer o tener algo diferente, de vivir algunos cambios.  Los compañeros de trabajo, su diversidad y sus características tan particulares; la influencia de la familia y su percepción de lo que debe ser la vida de cada uno de sus seres queridos.

Ojalá puedan saborear como lo hice yo, y hasta divertirse, porque tiene una carga muy buena de humor, conocer un poco más de la cultura coreana desde la perspectiva de la vida real por esos lares y hasta decidirse a preparar o a buscar algunos de esos platos.

(Let´s Eat 1TV_series)







Dame tu mano

Misteriosas.  Indispensables.  Ignoradas a veces y siempre necesarias.

Quiero expresar un tributo a las manos.

Debo iniciar mencionando las manos más puras, las que convirtieron el agua en vino, de aquel que nos trajo vida, esperanza, luz, camino. ¿Acaso sabes cómo eran esas manos? ¿Grandes, pequeñas, o quizás rudas?

Manos sutiles. Manos que escriben versos, que moldean figuras, que bendicen el pan.

Como para ser mencionadas en una canción y así lo diría Pablo Milanés: ¨...tus manos no son hermosas, no veo estilo en sus dedos, pero que humano reposan, si se enredan en tu pelo..¨. 

Objetos de adorno. Accesorios.  Manos que se agitan, que saludan, de reinas, de primeras damas, llenas de amor, llenas de dolor.

Quiero amar las manos que crean sueños, que dibujan en papel, tela, piedra, paredes o cualquier cosa que se deje acariciar, creando ilusiones, espuma y color, sinrazones con mirada sonriente y de locura, con aliento de pasión, con esquemas sin sentido.

Las manos gruesas de un percusionista o las manos finas de un pianista, aquellos que llenan mis oídos de sueños; o quizás las de un sembrador que pone el pan en mi mesa.

Manos que hacen magia en la cocina, sujetan, pican, mueven, desmoronan e inventan brebajes cargados de amor, para llenar el cuerpo y el espíritu. Basta la intención, dos o tres vueltas de muñeca, una varita y convierten cualquier ingrediente en una poción mágica que podría aprobar la misma Laura Esquivel, como si fuera ¨agua para chocolate¨.

Pero también están las manos violentas, que hieren, que pegan, que dañan la vida y acaban existencias, crean traumas y dolor.  No. con esas no me quiero quedar.

Quiero pensar, más bien, en manos que construyen, que colocan ladrillo a ladrillo las bases de un hogar, de un lugar que ofrece refugio y seguridad.

Manos que acarician, que sanan, que además no necesitan más medicina porque ellas son la propia cura para los mayores dolores. Basta sentir la tibieza, no la suavidad, solo el calor, y se liberan las preocupaciones.

Manos que llenan de placer, que calman ansias, calores en otras partes, anhelos, latidos galopantes que buscan el éxtasis, la mirada de Dios.

Las pequeñas manos de un niño, inocentes, juguetonas; las manos gastadas y protectoras de mi madre, luchadora, entregada.

La fuerza, la vida, el apoyo y la certeza de unas manos que no vemos, pero sabemos que sujetan y sostienen, las manos poderosas del Amado Padre, Dios.



MOMENTOS HISTORICOS

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