¿Se preparó para la tormenta?

Hay un país en el mundo, colocado en el mismo trayecto del sol.... y de los ciclones y huracanes: República Dominicana. 

Parte difícil pero también parte de la diversión, porque no es solamente la bendición de ser una hermosa isla del Caribe, con playas de todos los colores, de aguas límpidas y muchas hasta desconocidas por nosotros mismos, vírgenes, secretas.  

Recientemente hemos tenido aviso por la formación de dos tormentas tropicales y por supuesto, por ser parte de nuestra agenda anual entre el 1ro de junio y el 30 de noviembre, ya tenemos reconocidas las indicaciones sobre qué hacer antes, durante y después de cualquier depresión atmosférica que pueda afectar nuestro país.

Me voy a referir de manera específica a las acciones preventivas. 

Como parte de nuestra idiosincracia, además de las recomendaciones de las autoridades e instituciones llamadas a hacer la alerta a la población, hay un llamado no oficial de los dominicanos a considerar otros elementos:

1. Hay que aprovisionarse. Esto es una prerrogativa constante para cualquier circunstancia que amerite prevención, sin embargo, además de los alimentos básicos recomendados, en el carrito del supermercado no pueden faltar: 

  • Los ingredientes del sancocho, porque un aguacero amerita un caldo, con su aguacate incluido.
  • El alcohol de su preferencia, aunque siempre la referencia es al ¨ romo ¨ .
  • De cenar toca chocolate caliente y pan. Y si se fue la luz ya usted sabe que se va a comer mucho pan, porque con algo se entretiene a los muchachos.

2. Hay que recoger todas las toallas viejas. Son las que se utilizan para evitar que se entre agua por debajo de las puertas.

3. De manera regular se recomienda tener agua envasada, para beber, pero también hay que tener agua para limpieza e higiene, por lo que hay que buscar unos cuantos galones adicionales para llenarlos y colocarlos en los baños.  También se aprovechan en la cocina los calderos y las ollas grandes.  No olvide sacar los jarros para colocarlos donde caen goteras y atrapar el agua que por ahí se mete.

4. Busque y ponga a cargar a tiempo una batería adicional para el celular, porque aunque no haya internet, hay que saber cómo está avanzando la brisa y cual es la situación de la familia, poner una musiquita y de vez en cuando mover algunas fichas de ese juego que tiene guardado. Y no se olvide de la tarjeta de recarga para los minutos de llamada.

5. Hay que tener las barajas y el dominó a mano, porque cualquier brisa tumba los cables de la electricidad y desde que se vaya la luz, que también se lleva el internet, hay que entretenerse con algo.

6. Si vive en un edificio, esté atento a que comience a llover para aprovechar y lavar las ventanas y que no le moleste al vecino de abajo.

7. Ponga a mano esa pijama que nunca usa porque siempre hace mucho calor.  Quizás pueda usarla, si no es que le toca sacar mucha agua y estar alerta por cualquier situación extrema.  Si ese es el caso, los tenis, la cachucha y la chaqueta de agua es lo que debe buscar.

Deben haber muchas otras indicaciones, tanto dependiendo de la zona donde resida, como de las condiciones que tenga en su hogar o de la altura en que usted viva en su edificio.  A algunos se le entra agua por las ventanas, por la filtración del techo o por la misma puerta.  La cuestión es quitarle negatividad al momento y vivir más felices.

¿Qué se me ha olvidado?




Relato de las peripecias de un colchón

En la transmisión de un programa matutino de radio que escucho a diario, desarrollaron un segmento con un guión muy divertido. Me he reído muchísimo con la presentación y quiero contarles la historia.

Era el relato de un colchón dominicano que contaba su historia, interpretado por Kenny Grullón.  Cuando empecé a escuchar el programa, nuestro personaje el colchón contaba que acompañaba a la muchacha del servicio de limpieza de la casa de Consuelo Despradel, destacada comentarista de radio y televisión, cuando lo tiraron a la calle con todo y la muchacha porque ésta había cometido algunos errores (toda una historia sobre unos amores y los oficios pendientes). 

Lo recogieron y fue a parar a un colmado, donde pasó muchas dificultades, ¨ aguantando sudores de gente sucia, que no se bañaba, gente que se endrogaba, ropa sucia que le ponían debajo, sacos de arroz que le tiraban arriba ¨.   La manera jocosa en que se expresaba este colchón, más bien colchoneta de cama twin según las descripciones que iba dando, para mi era genial. 

Luego continuó su relato, el colchón.  El colmado en el que estaba viviendo fue cerrado por pandemia.  Puesto nuevamente en la calle, lo recogió una guagua ambulante de las que van comprando ¨ cama vieja, estufa vieja, hierros viejos, todo lo viejo ¨, y se salvó, porque fue llevado a las fábricas que reparan colchones ubicadas en Villa Consuelo y allí fue restaurado.  Nos contaba el renovado colchón que ¨ trató de tener amores con un pillow top ¨, pero este era muy comparón, ¨ estaba todo el tiempo envuelto en plástico y no hablaba con todo el mundo ¨.  Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

En la misma zona se encontró con un postopédico que ¨ lo trataba como una Reina ¨, marca de colchones de tradiciones dominicanas.   Sin embargo, nuestro colchón no se contuvo y le ¨ pegó cuernos ¨ con un pillow top.

Quiso ir a Tokyo, a los Juegos Olímpicos 2020 y decidió preparar un tour con un grupo de colchones, pero se dieron cuenta que estaban pidiendo muchas condiciones y había muchas restricciones y lo que en realidad motivaba a este colchón era la idea de ¨ conocer un negro de los de Kenia, poderosos ¨. No pudo lograrlo.

Ya se pueden imaginar las travesuras y peripecias de este colchón.  Además de la risa que llevé en todo el camino, por el tema y la interpretación, me quedé pensando sobre las cosas que nos rodean y en lo qué  dirían si pudieran hablar.

Historias si que la tienen, porque hay que ver lo que podría contar una mecedora.  En el 2019 yo misma publiqué el posible mensaje de una lámpara de la calle, en Te veo pasar.

Pienso entonces que debemos prestar atención a todas las cosas que nos rodean, ya sea que creamos que son inanimadas o que no lo sean, como las mascotas, y entender la historia que viven, las situaciones que atraviesan y cómo influimos en el recorrido de vida paralelo que tenemos con ellas.  Agradecer la cama que nos sostiene y brinda descanso y con ella un alto número de accesorios que nos ayudan a tener mejores condiciones de vida.



Erotismo y seducción en letras

Te vi dormir 
y un profundo suspiro me inspiró a buscarte, 
el caliente que emana de tu cuerpo me atrajo hacia ti,   y me escurrí bajo las sábanas para encontrarte.

Mis manos se deslizaron por tus brazos,
te acaricié suavemente, sutilmente, 
casi sin tocarte.  

Besé tu espalda mientras te acariciaba.  
Cerré los ojos 
y de inmediato mis pensamientos recordaron momentos de pasión, 
labios que se niegan a dejar de besar, 
que empujan al deseo con furia,
a la vibración de la piel que pide más, 
que reclama más.

No bastaba con acariciar tus brazos, 
quería tocar todo tu cuerpo, 
tu sexo que arde cuando se llena de emociones, 
provocando pasiones, 
lujuria de cuerpos.

Existe una diferencia entre escritura erótica y escritura pornográfica. No voy a emitir juicios en relación  a la escritura pornográfica, la cual entiendo que tiene su objetivo y su público, pero me quiero referir de manera especial a la erótica.  

Ese estilo de escritura siempre me ha resultado llamativa e intrigante, quizás porque lo veo como una manera de expresar detalles, sensaciones, con  la perspectiva de la pasión, de la vibración que está enlazada al deseo y al amor.

Para estar segura de no equivocar el concepto, me detuve a buscar en el diccionario las definiciones y diferencias, y tal y como yo lo concebía, su mayor abismo radica en que la pornografía busca la exhibición de actos sexuales basado en productos comerciales.  El erotismo es sutil, está referido al amor sensual, al deleite de los sentidos.

Y desde esa perspectiva me sobrecoge la idea de la escritura erótica, porque hay que cuidar la palabra y contar con mucha creatividad para expresar las sensaciones con la fuerza que llevan. O quizás es simplemente fluir con la energía y permitir que las palabras broten.

Hace ya un tiempo tuve la delicia de leer la novela El Pergamino de la Seducción de la Nicaraguense Gioconda Belli, una provocación a la piel, detalles escritos entre susurros y caricias, una travesura maravillosa e inspiradora. Esta novela llena de creatividad, busca a través de recuerdos hipnóticos de una joven muy parecida a Juana de Castilla, conocida como Juana La Loca, conocer la versión de los hechos en torno a su historia, para entender si enloqueció de amor o fue víctima de las traiciones del poder. 

Pero más recientemente me encontré en una de las redes una colombia, bloguera y escritora de poesia erótica, que me encantó. Sus letras destilan la magia del erotismo, la pasión, el amor y la poesía. https://erosenguardia.wordpress.com/ 

Imposible dejar de inspirarse al leer párrafos como éste: 

Tu boca.
El olor de tus besos secos sobre mi piel.
Los humedales que siembras en mi almohada....
Y este lupanar de abejas que danzan alrededor de mi ombligo.
Furia desnuda incendiando el combustible que dejó regada tu sonrisa de hace un instante...
No logro dejar de desearte.

Porque ella es más, mucho más que esos breves versos.  

Invita a evocar momentos, a repetir historias, fantasías que se desbordan entre los dedos, que nos inundan mojando todo el cuerpo con solo el recuerdo. Invita a escribir letras con tinta roja cargadas de ardor. Provoca a la seducción, a desear, a soltar ataduras y entregar alma y cuerpo. Invita a amar.

Mucho me gustaría que estas letras le inspiren a buscar lecturas e historias de pasión, a dejarse envolver de la magia y a destilar amor y pasión. Quizás a escribir letras con erotismo. Quizás algo que puedan compartir conmigo.





Mis fantasmas personales

Me he divertido muchísimo leyendo un relato sobre fantasmas, escrito por Eduardo García Michel en su columna EN DIRECTO del períodico Diario Libre (https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/los-fantasmas-son-mamiferos-PC27611097)

Y después de disfrutar la columna varias veces, empecé a escuchar las voces de mis propios fantasmas, sintiéndose identificados y haciendo un llamado de atención. Porque en realidad más que fantasmas, son compañía, aliados, protectores.  Me empujan a que también les mencione en La Punta de la Lengua.  

De manera natural se han convertido en ese ¨ chisme ¨ (expresión popular de los españoles, tal y como les he compartido en aquel escrito de marzo de este año sobre ¨ El Susurro Mágico ¨ ), dándome buenos consejos y advertencias para mi mayor bien.   Mis fantasmas son variopintos: ángeles, maestros, guías, parientes que dejaron de estar físicamente, seres de luz, algunos que se ven como luz, otros que ni se ven, pero se sienten. 

Con frecuencia la gente invoca a sus ángeles y me pregunto si en realidad están preparados para ver un ángel de acuerdo a las descripciones conocidas.  Suponemos que son seres alados y brillantes. He leído también que en realidad su tamaño, en términos de figura humana, es superior a lo que podemos imaginar, la fuerza de la energía que emanan también debe encontrar recepción en nuestros cuerpos, con lo cual hay ciertas condiciones de entendimiento y de fe que hay que poseer. 

¿Estaremos realmente preparados para ver ángeles en su dimensión? 

Porque no es lo mismo decir que viene el lobo a realmente verlo llegar.  

Confieso que tuve momentos de meditación donde llegué a analizar cómo sería la llegada de un ángel a mi habitación. ¿Qué haría? ¿Me asustaría? ¿Visualmente estaría preparada para lo que podría ser? ¿De qué le hablaría? ¿Podría siquiera decir alguna palabra?  Todavía hoy no sé si estaría preparada para un encuentro de ese tipo, pero mientras tanto me he adaptado a otras posibilidades: flashes de luz que se perciben con los ojos cerrados, o con ellos abiertos, como si de estrellas fugaces se tratara.

Algunos de esos fantasmas se presentan con efectos sensoriales, unos escalofrios, un cambio en la atmósfera difícil de explicar.  Algunas veces se escuchan ruidos, voces que uno hace el esfuerzo de ubicar en algún lugar de la habitación. ¿Olores? Ciertamente hay algunos que están identificados con aromas específicos, un perfume, una bebida.  

No sé dentro de qué categoría podría encasillarse a esos fantasmas que te cambian las cosas de lugar, pero de que los hay, sin lugar a dudas. 

A veces tengo pesadillas y en el instante en que puedo gritar para salir del enredo lo primero que surge es una oración, la forma de soltar el malestar y sujetarme a la mano poderosa que me reconforta, pero a continuación empiezo a buscar donde andan esos acompañantes que me guardan en todo momento.  Se van y me dejan sufriendo el doloroso malestar de un sueño no deseado.

Quizás no sea muy alto el número de personas que es consciente de los fantasmas que le acompañan, o si en realidad estén dispuestos a aceptar la posibilidad de que existen.  Puede ser divertido, les aseguro que si, contar con amigos personales e íntimos a quienes puedes hablar en cualquier momento, desde tu cabeza o en voz alta tratando de no perder el juicio, más bien de encontrarlo, de llenar de sosiego el alma y de escuchar, porque puede haber mucha conversación y mucha travesura.

 Yo debo estar perdiéndome de algunas variedades posibles.  ¿Conocen alguna?




A quien pueda interesar: alegrias compartidas

Escribo estas líneas con una profunda satisfaccion y alegria y quiero compartirla, porque como está escrito por aquí: 

De esto se trata

De aquello que debo compartir, porque sería intolerable callarlo y no disfrutar ese placer con los demás...

Y como dice una frase de Benedetti: ¨ no sé si lo habrá notado, pero de manera discreta...¨ , quizás en algún momento haya comentado que soy de tendencia a tener muchos sueños, largos y detallados,  ser consciente durante ellos y a recordarlos íntegros al levantarme.  Si no lo sabían, acabo de hacer una revelación.

En la madrugada de un día de principios del año 2019 tuve un sueño con toda esa descripción, largo y detallado. Reconozco la fecha exacta porque de  manera especial  me preocupé por escribirlo con todos sus detalles.  Era algo novedoso, también agotador, porque estaba vinculado al trabajo y era evidente el esfuerzo que realicé durante el tiempo que se ejecutó; amanecí muy cansada, sobre todo porque se supone que se duerme para descansar y eso fue como un bateo corrido.

Puedo detallar que el sueño estaba enmarcado en un ambiente futurista, no había carros voladores, pero si estructuras y organización social diferente. Tuve una situación difícil en el ambiente laboral, abuso de poder, presión, sobre asignación de labores, pero todo eso estuvo acompañado de desarrollo de estrategias, de creatividad, elaboración de proyectos, que al final tuvieron un alcance y apoyo exitoso y productivo.

Al despertar tomé nota detallada del proyecto que desarrollé mientras dormía.  Las acciones estaban dirigidas al bien común, un enfoque de responsabilidad social en beneficio tanto de la institución como de los colaboradores.  Lo conversé con tres personas y después de mucho revisar lo que había escrito, decidí compartirlo con la persona de interés en la institución donde laboro.  Reflexionando llegué a la conclusión de que si esa idea había llegado a mi a través de un sueño tan lúcido y detallado, no podía retenerla. Lo importante era que se pudiera desarrollar, estuviese o no involucrada. 

En principio no hubo respuesta, pero tampoco hubo rechazo. Después de unas semanas me atreví a preguntar y obtuve una vaga respuesta. De todos modos me sentí con el deber cumplido.

Hasta que lo vi recientemente.

La satisfacción que estoy sintiendo es porque he visto en una publicación sobre Responsabilidad Social de una institución en México, la cual a partir de la pandemia ha desarrollado algunas estrategias nuevas, entre ellas una que ejecuta la idea que presenté aquí dos años atrás.  Lo expresado en el artículo que leí no tenía el detalle del proyecto, pero bastaron esas 3 líneas de explicación para saber que se trataba de lo mismo y de inmediato emocionarme.  

En su momento me llegué a cuestionar sobre ese proyecto producto de un sueño, su validez, efectividad, posible acogida.  Ver que otros lo ejecutan me reconfirma y me reconforta. La idea es buena y ha sido replicada.

La puedo compartir, a quien pueda interesar.


¿Ya gestionó su caldo?

No hay cosa que motive más el deseo por un sancocho o un caldito que ver el cielo nublado, sobre todo si es lunes, que también es motivo de caldo, por aquello de los tragos del fin de semana y de equilibrar el estómago. Y este lunes ha estado muy nublado y por algunas zonas del país más bien lluvioso, por unas tormentas que andan rondando el territorio.

Desconozco de experiencias similares en otros países, excepto quizás entre los Cubanos y los Puertorriqueños como caribeños que somos, pero puedo mencionar que el dominicano se las ingenia para crear patrones, tradiciones no formales pero reconocidas por todos, como la combinación de lluvia y sancocho.

Un ejemplo de eso está referido a otro de los platos típicos, la bandera dominicana.  La combinación básica es arroz blanco, habichuelas rojas guisadas y carne guisada también. Algo así como el rojo de la habichuela, el blanco de la cruz y vamos a suponer que el azul está identificado con la carne guisada. Pero la tradición no formal de este plato es que, además de esos elementos, le cae bien una tajada de aguacate, una ensaladita verde y unos plátanos maduros fritos.

Termina siendo como un bufét personalizado. Normal.

Y siguiendo con la comida, un mangú bien acompañado debe tener los famosos ¨ tres golpes ¨  huevos, queso blanco y salami fritos.  Pero no le puede faltar la cebolla por arriba. Todo eso principalmente para desayunar aunque cae muy bien de cena también, sin embargo, su mejor momento es antes de hacer un viaje en carretera, que no importa si usted no va a pasar de Villa Altagracia o a llegar a Haina, inmediatamente se cruza el peaje ya está viajando al interior y eso es lo que motiva.

En sectores populares, principalmente, los días para limpiar la casa a profundidad son los sábados, temprano, porque las mujeres que realizan esta labor deben tener tiempo para ir al salón a arreglarse el pelo en horas de la tarde.  Esa limpieza, costumbres dominicanas, requiere cubetas de agua, escoba y detergente, pero le falta sazón si el radio no tiene puesto una emisora con salsa o en su defecto algunos discos de amargue, bachatas o baladas.  Las más mencionadas siempre son las de Marisela, que destilan dolor y sangre y extrañamente ayudan con la adrenalina necesaria para completar esa y las demás labores del día.  Para contrarrestar y como tradición, siempre es agradable pedir un par de cervezas al colmado y entre pasadas tomarse su trago para ir refrescándose.

Y a propósito de los sábados en la tarde después de las labores del hogar,  la visita al salón de belleza termina siendo más un desahogo y tertulia que de por si la rutina de cuidado personal. Hay que ver en los salones, de manera más notoria en los barrios, la complicidad y emoción de hacerse unos rolos y meterse en un secador de pelo, con un vaso de cerveza en la mano y la música inundando el espacio. Se puede estar quemando la cabeza con todo y orejas, hasta los pensamientos, pero entretenidas, compartiendo con su estilista y con la vecina que hace el mismo horario.  Toda una rutina para soltar el estrés.

Estas son solo algunas rutinas acompañadas de tradiciones no formales de los dominicanos, pero seguro tendremos muchas más que ahora mismo no recuerdo, o que no puedo mencionar para no alargar el texto, pero me gustaría conocer. Quizás me puedan contar en los comentarios y más adelante pueda complementar lo escrito el día de hoy y compartirlo.  

Aunque no sea un lunes con asomo de lluvia.


Conversación inspiradora

La dama de la semana pasada, aquella que por un momento perdió la orientación hasta que luego, después del silencio y la contemplación recordó que era una Musa y que además está llena de inspiración y creatividad para todo aquel que se lo solicite, me pidió que conversáramos.

Muy específica en sus condiciones, Calíope pidió una copa de vino en un atardecer y juntas sentarnos en el balcón. Le gusta la música, pero a esa hora de la tarde es muy agradable la bulla de las cotorras atravesando Gazcue para buscar su lugar de descanso.  Lo que para muchos es ruido, por supuesto para una musa conectada con el universo es parte de los tesoros de la creación.

En realidad creo que la cita era, más que una solicitud de su parte, una lectura de la preocupación de mi corazón, de las palabras no dichas y que ella escuchó a viva voz.  

Pasaron unos días con asomo de tormenta, lluvias aleatorias y mucho gris, sobre todo a la hora del atardecer y se postergaba el encuentro. Pero el momento llegó.  En un país caribeño y tropical como el nuestro es más seguro contar con días soleados, porque además de estar ubicados ¨ en el mismo trayecto del sol ¨, también estamos ubicados en el mismo trayecto de los huracanes y ciclones. Y no está mal, solo que tener el clima de vacaciones todo el tiempo a veces cansa la piel. 

Me decidí por un rico espumante, rosado, frio, inspirador, como ella.  ¿Quien comenzó? Entre palabras, sonidos, brindis, se confunde quien inicia la conversación y quien dispone la siguiente palabra. En ese punto no pude dejar de recordar y mencionar el Soneto XVII de Pablo Neruda, especialmente la interpretación de Presuntos Implicados que me encanta ( https://youtu.be/iwEz9vCE9dU ), en esas líneas que dicen:

¨ Tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, Tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño ¨.

Volviendo a la conversación con Calíope, ella ha notado que aunque he aprendido a no dejarme presionar por el autocompromiso de expresar las ideas a través del blog cada semana, no es menos cierto que a veces he requerido un poco más de concentración para fluir con los acontecimientos y conectar con temas que aún no haya tocado, o que quizás tengan una visión diferente para ser compartida. Su esfuerzo por inspirarme le ha tomado un poco más de dedicación.

Me detuve un momento mirando al vacío. Con frecuencia lo hago y a veces ha sucedido que las personas que se encuentran en esa línea de visión lo han notado y quizás pueden pensar que les estoy observando y en realidad no es así.  Lo cierto es que para una musa no hacen  falta palabras, sobre todo para aquella que es la inspiradora de la elocuencia. Ya había escuchado.  Sintió el suspiro del alma y descubrió ese deseo de encontrar más conversación a través de lo escrito con aquellas personas que se detienen a leer lo expresado.  Conoce bien mi gusto por compartir las cosas que leo, que escribo, que veo o aprendo, de eso se trata este espacio, y de cuanto disfruto el intercambio.

Y como musa al fin, de inmediato le surgieron algunas ideas que podíamos desarrollar, alternativas para mejorar las charlas, para crear los espacios e interactuar. Entonces lo pude sentir, de eso se trata la musa, la inspiración, era como sentir la luz del sol al caer la tarde atravesando mi cuerpo, desplegando su brillo por todo el derredor.

Puede que tome un tiempo, o quizás no. Pero definitivamente algo haremos, todos, ustedes y yo.  ¿Alguna sugerencia?



Y recordó su nombre mirando el mar

Click.

Quedó impactada con una foto del muelle y del mar que publicó @schmit07, con un sencillo mensaje: ¨Cuando tengas un mal día, siéntate, respira y conversa con las olas del mar¨.  Levantó la mirada hacia el horizonte y no vio el mar.  Sintió que algo se desconectó en su cabeza, como cuando una burbuja luminosa explota, sin ruido, pero aún así sonora.  Y quedó en blanco, sin ideas para desarrollar.

Solo sus pies tenían ritmo. Se dejó llevar y comenzó a andar. Tenía que encontrar las olas del mar y respirar la profundidad.

Sentía el caliente en las pisadas, el sudor empezó a bajar por su frente, hasta que su cuerpo notó la diferencia en la humedad, y así fue como supo que debía estar cerca del mar.  Cerró sus ojos para alargar la mirada y pudo ver que al final de la calle se extendía el azul profundo detrás de unas palmeras.  Aceleró su paso y no escuchó las bocinas que le advertían sobre el riesgo de cruzar la avenida sin mirar, hasta que finalmente lo alcanzó, inmenso y azul. 

Soltó su prisa y en medio de la hipnosis de la suave ola, se sentó en un banco del malecón.  No tenía nada que decir, no cruzaba nada por su mente, no habían palabras en su cabeza, ni para una oración, ni para una conversación, ni siquiera para crear imágenes que la pudieran llevar a una meditación.  Solo reconocía el ritmo de las olas que no chocaban con la orilla, el brillo del sol en el horizonte, el viento que se filtraba en sus cabellos.

Así estuvo durante un rato, sin sentir más nada que el viento, sin escuchar otra cosa que el vaivén de las olas, sin ver nada más que el brillo del sol en el horizonte y sobre el mar.

Y un suspiro profundo emergió de sus pulmones, una chispa que la retornaba al entorno en que se encontraba.  En un extremo vio una pareja que se abrazaba y se reía. Al otro lado unos vendedores de dulces conversaban con el seguridad del parqueo.  

En ese mismo instante cruzaban por su lado tres músicos que iban camino a la fama y la fortuna. Manosearon sus instrumentos en saludo al grupo que conversaba y unos acordes rítmicos resonaron. Empezaron a tocar un melódico merengue dominicano y como flautista de Hamelin, la canción la envolvió y sus pies se empezaron a elevar. Fue tras ellos, fluyendo al ritmo de la canción y se detuvieron al encontrar unos turistas emocionados.

Ella bailaba y reía. Tenía la música y el mar. Encontró en la risa de los visitantes la emoción que había perdido, escuchó las palabras del viento y estas le hablaban de sensaciones, de pausas y de prisas, de la humedad de la arena en los pies, de horizontes con colores diferentes, del sabor  mar que endulzaba sus labios.

Encontró en las palabras que parecen sin sentido el verdadero sentido de las ideas. Se dejó abrazar cálidamente por la sorpresa, la ingenuidad, la esperanza, la sonrisa, el futuro en el siguiente instante y despertó con nuevos ojos.

Despertó y se encontró consigo misma, y recordó su nombre: MUSA



En tres originales de una misma versión

Suena a término jurídico y en realidad está referido, en este caso, a algo lúdico, relajante y social.  Hice consciencia sobre la vinculación de esa idea con la música, a partir de un instante especial en mi hogar.
Recientemente mi hijo y su novia escuchaban canciones sentados en el balcón.  En un momento no me pude resistir y me acerqué a ellos para hacerles un comentario sobre uno de los últimos temas que estaban escuchando.  Ellos sabían que eso iba a pasar desde el mismo instante que eligieron escuchar esa canción, tenían claro que no tardaría mucho en hacerles referencia al respecto y por supuesto el momento no fue muy lejano.    Pensaron que solamente llamaría mi atención el tema, pero me referí a la misma canción, interpretada por otros autores, otras versiones.  Sin lugar a dudas la canción Quizás, Quizás, Quizás,  interpretada por Nat King Cole, es un ícono sin desperdicio, pero hay tantas versiones maravillosas de esa misma canción, que vale la pena escucharla varias veces.  Les recomendé, no porque fuera mejor, sino diferente, la versión que interpretan Andrea Bocelli y Jennifer López, una combinación no esperada.  Otra versión que me gusta mucho, también por lo inesperado de la combinación de voz e instrumento, es la que canta Tonina Saputo tocando el bajo.  Ella misma es una mezcla de una gran riqueza, de padre Ugandés, madre Siciliana, pero norteamericana con inclinación al Jazz.

Pero volviendo a la recomendación que le hice a los chicos, además de esa canción les comentaba que para muchas de las canciones que nos gustan, a menos que sean demasiado nuevas, siempre se pueden encontrar varias versiones que nos permitan saborear mejor la interpretación y elegir la de nuestra preferencia.  Varias versiones, todas originales, de una misma canción.

Particularmente cuando estoy escuchando música me gusta reconocer otras interpretaciones de una misma canción y hay algunas que tienen más de las que podemos identificar para definir la preferida.  Por ejemplo, no me imagino todos los cantantes que tienen su versión del tema mexicano La Llorona, que es muy popular.  Las hay para solistas, para grupos, para instrumentos específicos. Confieso mi preferencia por la de Natalia Lafourcade, pero no puedo decir que me gusta menos la de Chavela Vargas o la de Lila Downs y habrán tantas que  no he tenido tiempo de escuchar.

Y hay que mencionar las canciones interpretadas en otro idioma diferente del original. Terminan siendo joyas muy valiosas.  Hay que ver cómo brilla, tanto en español como en inglés, la canción Fragilidad de Sting.  Para ese tema no puedo definir en cual idioma me gusta más, ambas versiones cantadas por él mismo.

Barbra Streissand interpreta junto a Celine Dion una canción que es igualmente fabulosa en inglés como en español: Tell Him. Otra más que resulta muy difícil para escoger una favorita.

Escribiendo sobre canciones empiezan a llegar a mi memoria muchas otras que son de mi especial predilección y que tienen diferentes versiones con el mismo autor o con otros intérpretes.  No puedo dejar de mencionar la canción de Alberto Cortéz, Un Cigarrillo, la lluvia y tú, sin igual, pero mejor aún si la canta el negrito de Villa, Sergio Vargas.

Luego también encontramos aquellas canciones que transitan entre un género y otro, de la balada al merengue, a la salsa o la bachata.

Esta posibilidad de deleitarnos con varias versiones de una misma canción pone en nuestras manos una riqueza musical invaluable.  Pero de igual modo encontramos fracasos musicales en el intento de crear interpretaciones de algunas canciones. En esos ni me voy a detener a mencionarlos.  Hay de todo en la viña-

Les invito a que hagan la prueba (como los anuncios de la plataforma musical); pero esta vez haga la prueba haciendo una búsqueda de la canción y descubra cuales artistas de su preferencia también la interpretan.  Le aseguro que va a disfrutar de un momento diferente.

¡Que emoción, llegaron los regalos¡

 Y con las celebraciones vienen los regalos.

Hay quienes siempre tienen la disposición y la apertura para recibir regalos y otros hasta se sienten incómodos ante las personas que han tenido la deferencia de pensar en aquello que le puede gustar a quien quieren agradar.

Algunos de nosotros hemos tenido momentos en el transcurso de nuestras vidas con limitaciones que crean bloqueos a la hora de pensar en uno mismo.  Recuerdo en cierta ocasión de mi niñez, probablemente en esa época en que uno va reafirmando las creencias y hábitos, que solo había regalos el día del cumpleaños y en la temporada navideña, en específico para el día de los Santos Reyes.  La prioridad de la época navideña radicaba, principalmente, en la posibilidad de obtener la ropa que se iba a estrenar en las celebraciones, el día de navidad y el día del año nuevo.  Y siendo consciente como lo era, aún a muy temprana edad, no se me ocurría tener antojos, expresar inclinación por algún objeto en específico que pareciera superfluo, porque primero había que pensar en la ropa y los zapatos.  Y mi niña interior soltó la emoción de desear regalos y de disfrutar las celebraciones de cumpleaños.

Confieso que yo guardaba un deseo secreto. Anhelaba tener un radio reproductor de CDs, de esos que estaban a la moda y que se llevaban colgados como si fuera una cartera. No tenía cómo comprar discos compactos o como copiarlos, pero quería uno de esos aparatos para escuchar música.  Tuve muñecas, recibí juguetes en los días que correspondía, pero en realidad el tema era la música personalizada, los audífonos.

Hasta que un día, ya siendo mayor,  se explotó en mi interior una burbuja, aquella que contenía el polvo mágico con la chispa de la emoción por las celebraciones.  Una cosa trae consigo la otra.  Celebrar y disfrutar las celebraciones también trae consigo recibir regalos y hay que aprender a aceptarlos y a disfrutarlos.

Tengo una amiga que desde hace un tiempo interiorizó esa sensación de emoción, el efecto que produce recibir regalos y decretó que ella quería seguir recibiendo regalos a diario: lo repite cada día y como si fuera milagro, magia, cada día algo llega a su puerta.  Ciertamente es magia, la magia de creer y de irradiar la energía que produce la alegría de recibir regalos.  Yo estoy aprendiendo, a decretarlo, a recordarlo, a saborearlo y a recibirlos, porque es más fácil entregarlos. 

Hay personas que a la hora de buscar un regalo piensan solamente en lo que puede necesitar esa persona, lo que les puede hacer falta, para buscarlo y completar esa carencia, como lo que conté de cuando era niña, primero había que pensar en la ropa y los zapatos, que también serían la dosis de vestuario para los próximos meses del año.

Hay quienes sin embargo piensan en lo que le gusta a esa persona, pero, si tiene más de eso, entonces no quieren decidirse por algo parecido.  Y están los que solamente piensan en la sonrisa de esa persona al recibir algo que les gusta mucho, no importa si lo tiene repetido, si otros le podrían regalar algo parecido o igual o si es algo que este ser querido compraría, incluso en modelos repetidos. Lo que importa es la felicidad al recibir el regalo.

Una amiga muy amada, un ser muy especial y lleno de amor a la que le agradan las flores, pero odia que le regalen arreglos de flores, piensa que es un desperdido cortarlas y preparar arreglos que sólo permanecerán por unos días produciendo limitado placer visual y que además resultan muy costosos.  En sustitución prefiere que le regalen una botella del licor de su preferencia, que la pueda saborear y compartir con la misma persona que le hace el regalo. También le gustan las plantas vivas, especialmente los bonsais.

También conocí a alguien que era más feliz recibiendo los halagos en sobres con dinero efectivo. De manera peculiar tengo un amigo que compra aquello que le pueda recordar a alguien en el momento en que lo ve.  Una vez me trajo de regalo unas toallas de cocina, porque estaba en una tienda y las vio y pensó que era algo que había visto en mi hogar y me podría combinar.  Pensó en mi, no se detuvo a evaluar si era adecuado, si era un objeto que la gente compra, no algo que se recibe de regalo, y yo lo disfruté muchísimo.

De alguna manera, en diferentes medidas, los regalos traen felicidad, aunque a veces no se expresen las emociones. Hay que enviar las señales al universo y abrirse a la alegría de recibirlos y también de agradar a otros, ya sea una simple flor, un caramelo o alguna costosa inversión.




Aniversarios Ocultos


Hoy voy a celebrar. Ya pasé por la panadería y compré unos cuantos bizcochitos que voy a colocar en círculo con unas velitas. También pedí refresco rojo al colmado.  No es mi cumpleaños, ni el de alguien cercano.

Un día como hoy, entre ollas, vegetales y verduras, recibí la iluminación para empezar a crear el pesto y las salsas que empecé a mezclar, primero para mejorar y satisfacer los alimentos de mi familia y luego me aportaron la perspectiva de una opción para diversificar mis posibilidades de ingresos. Porque el asunto de cocinar me salió bien, pero además me quitó tensión y preocupaciones sobre un futuro desprovisto o incierto.

Y más que reconocer la habilidad de crear desde la cocina, el momento me enseñó cómo aplicar en la práctica varias lecciones que ya conocía. Me enseñó el ejercicio de soltar el control y fluir. Mientras ejercemos presión por aquello que queremos lograr y no alcanzamos, no podemos ver la llave que tenemos en las manos, que abre las puertas que deseamos cruzar. Conectarse con la voz interior, la intuición y a seguidas cambiar la dirección de los pensamientos que nos preocupan hacia otra cosa, nos muestra de manera súbita portales mágicos de soluciones. Eso es importante, trascendente y hay que celebrarlo.

Mañana tengo planificada otra fiesta personal.  Revisando papeles encontré la factura de una instalación en la casa y por la fecha pude ubicar que hace unos años hice mudanza al hogar en que aún hoy habitamos. Y estoy feliz de este espacio, del tiempo vivido, las reparaciones, los equipos dañados por algún problema eléctrico, las filtraciones y las inundaciones por tormenta. También de las hermosas noches llenas de estrellas desde la terraza, las copas de vino, las risas de los amigos, las comidas familiares, las habituales, las que tenían también otros motivos de celebración.  Eso también es importante.  Celebro mi hogar y haberme mudado aquí.

Veo que por estas fechas habrán muchas celebraciones.  Siendo niña y para estas fechas celebrábamos el hecho de haber terminado el año escolar. Finalmente vacaciones.  Y con los años escolares de mis hijos también tuve oportunidad de dar continuidad a esos festejos. Esas también eran fechas importantes para celebrar.  

Conmemoramos el aniversario de la muerte de alguien querido como si fuera el día de su cumpleaños. Ciertamente es una fecha relevante, pero no debería ser celebrable. O pensándolo bien, quizás no importa, quizás la fecha de muerte, como del inicio de la vida, son esos momentos que están marcadas en nuestro trayecto sin forma alguna de ser transferidas o cambiadas. No es una celebración alegre, pero si es un aniversario importante.

Recordamos fechas destacadas como los cumpleaños, momentos trascendentes de los hijos, el día del matrimonio. También festividades generales, como la devoción a la virgen, Independencia Nacional, el día de las madres.  Hay aniversarios que no son esos hitos inheretes y destacados en la vida de las personas, pero que pienso pueden ser mucho  más importantes.   Pueden ser alegres o tristes, o simplemente relevantes. Podemos llamarles aniversarios ocultos, más íntimos, diversos, creativos, divertidos y son razones notables para celebrar.

¡Salud¡




MOMENTOS HISTORICOS

 "Los días históricos se ven normales cuando los vives desde dentro"    Albus Dumbledore. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlo...