En tres originales de una misma versión

Suena a término jurídico y en realidad está referido, en este caso, a algo lúdico, relajante y social.  Hice consciencia sobre la vinculación de esa idea con la música, a partir de un instante especial en mi hogar.
Recientemente mi hijo y su novia escuchaban canciones sentados en el balcón.  En un momento no me pude resistir y me acerqué a ellos para hacerles un comentario sobre uno de los últimos temas que estaban escuchando.  Ellos sabían que eso iba a pasar desde el mismo instante que eligieron escuchar esa canción, tenían claro que no tardaría mucho en hacerles referencia al respecto y por supuesto el momento no fue muy lejano.    Pensaron que solamente llamaría mi atención el tema, pero me referí a la misma canción, interpretada por otros autores, otras versiones.  Sin lugar a dudas la canción Quizás, Quizás, Quizás,  interpretada por Nat King Cole, es un ícono sin desperdicio, pero hay tantas versiones maravillosas de esa misma canción, que vale la pena escucharla varias veces.  Les recomendé, no porque fuera mejor, sino diferente, la versión que interpretan Andrea Bocelli y Jennifer López, una combinación no esperada.  Otra versión que me gusta mucho, también por lo inesperado de la combinación de voz e instrumento, es la que canta Tonina Saputo tocando el bajo.  Ella misma es una mezcla de una gran riqueza, de padre Ugandés, madre Siciliana, pero norteamericana con inclinación al Jazz.

Pero volviendo a la recomendación que le hice a los chicos, además de esa canción les comentaba que para muchas de las canciones que nos gustan, a menos que sean demasiado nuevas, siempre se pueden encontrar varias versiones que nos permitan saborear mejor la interpretación y elegir la de nuestra preferencia.  Varias versiones, todas originales, de una misma canción.

Particularmente cuando estoy escuchando música me gusta reconocer otras interpretaciones de una misma canción y hay algunas que tienen más de las que podemos identificar para definir la preferida.  Por ejemplo, no me imagino todos los cantantes que tienen su versión del tema mexicano La Llorona, que es muy popular.  Las hay para solistas, para grupos, para instrumentos específicos. Confieso mi preferencia por la de Natalia Lafourcade, pero no puedo decir que me gusta menos la de Chavela Vargas o la de Lila Downs y habrán tantas que  no he tenido tiempo de escuchar.

Y hay que mencionar las canciones interpretadas en otro idioma diferente del original. Terminan siendo joyas muy valiosas.  Hay que ver cómo brilla, tanto en español como en inglés, la canción Fragilidad de Sting.  Para ese tema no puedo definir en cual idioma me gusta más, ambas versiones cantadas por él mismo.

Barbra Streissand interpreta junto a Celine Dion una canción que es igualmente fabulosa en inglés como en español: Tell Him. Otra más que resulta muy difícil para escoger una favorita.

Escribiendo sobre canciones empiezan a llegar a mi memoria muchas otras que son de mi especial predilección y que tienen diferentes versiones con el mismo autor o con otros intérpretes.  No puedo dejar de mencionar la canción de Alberto Cortéz, Un Cigarrillo, la lluvia y tú, sin igual, pero mejor aún si la canta el negrito de Villa, Sergio Vargas.

Luego también encontramos aquellas canciones que transitan entre un género y otro, de la balada al merengue, a la salsa o la bachata.

Esta posibilidad de deleitarnos con varias versiones de una misma canción pone en nuestras manos una riqueza musical invaluable.  Pero de igual modo encontramos fracasos musicales en el intento de crear interpretaciones de algunas canciones. En esos ni me voy a detener a mencionarlos.  Hay de todo en la viña-

Les invito a que hagan la prueba (como los anuncios de la plataforma musical); pero esta vez haga la prueba haciendo una búsqueda de la canción y descubra cuales artistas de su preferencia también la interpretan.  Le aseguro que va a disfrutar de un momento diferente.

¡Que emoción, llegaron los regalos¡

 Y con las celebraciones vienen los regalos.

Hay quienes siempre tienen la disposición y la apertura para recibir regalos y otros hasta se sienten incómodos ante las personas que han tenido la deferencia de pensar en aquello que le puede gustar a quien quieren agradar.

Algunos de nosotros hemos tenido momentos en el transcurso de nuestras vidas con limitaciones que crean bloqueos a la hora de pensar en uno mismo.  Recuerdo en cierta ocasión de mi niñez, probablemente en esa época en que uno va reafirmando las creencias y hábitos, que solo había regalos el día del cumpleaños y en la temporada navideña, en específico para el día de los Santos Reyes.  La prioridad de la época navideña radicaba, principalmente, en la posibilidad de obtener la ropa que se iba a estrenar en las celebraciones, el día de navidad y el día del año nuevo.  Y siendo consciente como lo era, aún a muy temprana edad, no se me ocurría tener antojos, expresar inclinación por algún objeto en específico que pareciera superfluo, porque primero había que pensar en la ropa y los zapatos.  Y mi niña interior soltó la emoción de desear regalos y de disfrutar las celebraciones de cumpleaños.

Confieso que yo guardaba un deseo secreto. Anhelaba tener un radio reproductor de CDs, de esos que estaban a la moda y que se llevaban colgados como si fuera una cartera. No tenía cómo comprar discos compactos o como copiarlos, pero quería uno de esos aparatos para escuchar música.  Tuve muñecas, recibí juguetes en los días que correspondía, pero en realidad el tema era la música personalizada, los audífonos.

Hasta que un día, ya siendo mayor,  se explotó en mi interior una burbuja, aquella que contenía el polvo mágico con la chispa de la emoción por las celebraciones.  Una cosa trae consigo la otra.  Celebrar y disfrutar las celebraciones también trae consigo recibir regalos y hay que aprender a aceptarlos y a disfrutarlos.

Tengo una amiga que desde hace un tiempo interiorizó esa sensación de emoción, el efecto que produce recibir regalos y decretó que ella quería seguir recibiendo regalos a diario: lo repite cada día y como si fuera milagro, magia, cada día algo llega a su puerta.  Ciertamente es magia, la magia de creer y de irradiar la energía que produce la alegría de recibir regalos.  Yo estoy aprendiendo, a decretarlo, a recordarlo, a saborearlo y a recibirlos, porque es más fácil entregarlos. 

Hay personas que a la hora de buscar un regalo piensan solamente en lo que puede necesitar esa persona, lo que les puede hacer falta, para buscarlo y completar esa carencia, como lo que conté de cuando era niña, primero había que pensar en la ropa y los zapatos, que también serían la dosis de vestuario para los próximos meses del año.

Hay quienes sin embargo piensan en lo que le gusta a esa persona, pero, si tiene más de eso, entonces no quieren decidirse por algo parecido.  Y están los que solamente piensan en la sonrisa de esa persona al recibir algo que les gusta mucho, no importa si lo tiene repetido, si otros le podrían regalar algo parecido o igual o si es algo que este ser querido compraría, incluso en modelos repetidos. Lo que importa es la felicidad al recibir el regalo.

Una amiga muy amada, un ser muy especial y lleno de amor a la que le agradan las flores, pero odia que le regalen arreglos de flores, piensa que es un desperdido cortarlas y preparar arreglos que sólo permanecerán por unos días produciendo limitado placer visual y que además resultan muy costosos.  En sustitución prefiere que le regalen una botella del licor de su preferencia, que la pueda saborear y compartir con la misma persona que le hace el regalo. También le gustan las plantas vivas, especialmente los bonsais.

También conocí a alguien que era más feliz recibiendo los halagos en sobres con dinero efectivo. De manera peculiar tengo un amigo que compra aquello que le pueda recordar a alguien en el momento en que lo ve.  Una vez me trajo de regalo unas toallas de cocina, porque estaba en una tienda y las vio y pensó que era algo que había visto en mi hogar y me podría combinar.  Pensó en mi, no se detuvo a evaluar si era adecuado, si era un objeto que la gente compra, no algo que se recibe de regalo, y yo lo disfruté muchísimo.

De alguna manera, en diferentes medidas, los regalos traen felicidad, aunque a veces no se expresen las emociones. Hay que enviar las señales al universo y abrirse a la alegría de recibirlos y también de agradar a otros, ya sea una simple flor, un caramelo o alguna costosa inversión.




Aniversarios Ocultos


Hoy voy a celebrar. Ya pasé por la panadería y compré unos cuantos bizcochitos que voy a colocar en círculo con unas velitas. También pedí refresco rojo al colmado.  No es mi cumpleaños, ni el de alguien cercano.

Un día como hoy, entre ollas, vegetales y verduras, recibí la iluminación para empezar a crear el pesto y las salsas que empecé a mezclar, primero para mejorar y satisfacer los alimentos de mi familia y luego me aportaron la perspectiva de una opción para diversificar mis posibilidades de ingresos. Porque el asunto de cocinar me salió bien, pero además me quitó tensión y preocupaciones sobre un futuro desprovisto o incierto.

Y más que reconocer la habilidad de crear desde la cocina, el momento me enseñó cómo aplicar en la práctica varias lecciones que ya conocía. Me enseñó el ejercicio de soltar el control y fluir. Mientras ejercemos presión por aquello que queremos lograr y no alcanzamos, no podemos ver la llave que tenemos en las manos, que abre las puertas que deseamos cruzar. Conectarse con la voz interior, la intuición y a seguidas cambiar la dirección de los pensamientos que nos preocupan hacia otra cosa, nos muestra de manera súbita portales mágicos de soluciones. Eso es importante, trascendente y hay que celebrarlo.

Mañana tengo planificada otra fiesta personal.  Revisando papeles encontré la factura de una instalación en la casa y por la fecha pude ubicar que hace unos años hice mudanza al hogar en que aún hoy habitamos. Y estoy feliz de este espacio, del tiempo vivido, las reparaciones, los equipos dañados por algún problema eléctrico, las filtraciones y las inundaciones por tormenta. También de las hermosas noches llenas de estrellas desde la terraza, las copas de vino, las risas de los amigos, las comidas familiares, las habituales, las que tenían también otros motivos de celebración.  Eso también es importante.  Celebro mi hogar y haberme mudado aquí.

Veo que por estas fechas habrán muchas celebraciones.  Siendo niña y para estas fechas celebrábamos el hecho de haber terminado el año escolar. Finalmente vacaciones.  Y con los años escolares de mis hijos también tuve oportunidad de dar continuidad a esos festejos. Esas también eran fechas importantes para celebrar.  

Conmemoramos el aniversario de la muerte de alguien querido como si fuera el día de su cumpleaños. Ciertamente es una fecha relevante, pero no debería ser celebrable. O pensándolo bien, quizás no importa, quizás la fecha de muerte, como del inicio de la vida, son esos momentos que están marcadas en nuestro trayecto sin forma alguna de ser transferidas o cambiadas. No es una celebración alegre, pero si es un aniversario importante.

Recordamos fechas destacadas como los cumpleaños, momentos trascendentes de los hijos, el día del matrimonio. También festividades generales, como la devoción a la virgen, Independencia Nacional, el día de las madres.  Hay aniversarios que no son esos hitos inheretes y destacados en la vida de las personas, pero que pienso pueden ser mucho  más importantes.   Pueden ser alegres o tristes, o simplemente relevantes. Podemos llamarles aniversarios ocultos, más íntimos, diversos, creativos, divertidos y son razones notables para celebrar.

¡Salud¡




Recuerdos en la Cápsula del Tiempo

Los temas de ciencia ficción resultan ser transversales hasta para los que no están seguros sobre a qué se refiere eso.  Uno de ellos está vinculado al tiempo y la posibilidad de poder moverse a través de el.  He visto algunas películas que presentan el tema de las cápsulas del tiempo y realmente no se han referido a alguna tecnología avanzada o futurista.

Se trata de guardar en una caja hermética algunos objetos que entendemos son importantes para nosotros, cartas o información especial y que deberá ser abierta en una fecha distante a futuro.  Esta caja puede ser colocada en un lugar muy escondido para olvidar, preferiblemente enterrada en un patio o entregada a una persona para se encargue de que sea devuelta por otros en una fecha acordada. 

Me decidí a preparar mi ¨ lata-cápsula ¨ del tiempo.  Me parece que será placentera la tarea de recolectar recuerdos.  Tendría una foto, o muchas fotos, con gente querida, fotos llenas de alegría, momentos compartidos, quizás la última cena de nochebuena, llena de emociones y suculentos platos, de la esencia de la navidad y del fin de año. También fotos de cumpleaños, de atardeceres y del mar.  Me aseguraré de que colocar algunos documentos, postales, estampillas, cartas que desde ya estoy empezando a escribir y a disfrutar porque me encantan las cartas escritas a mano en papel. 

No soy muy apegada a los objetos materiales pero conservo por ahí una figura pequeñita de un búho tallado en madera, que además tiene en su interior un buhito, representación de la madre. La oportunidad de ser madre y amar incondicionalmente ha sido una experiencia de vida importante para mi y que quede una especie de evidencia sobre ese tema es de trascendencia para mi. 

Voy a recuperar mi versión de bolsillo del libro El Principito, de Antoine de Saint Exupéry para colocarlo entre los recuerdos. Los pétalos de flores tienden a podrirse por su naturaleza propia, pero quizás un poco de las fragancias de mis flores predilectas guardadas en algunas botellitas podrían dejar algún rastro especial.  Le incluiré la descripción de cada una y quizás algunas semillas que puedan ser recuperadas.  Una bolsita con granos de café podría ser también un buen recuerdo. 

Empezaré a crear un pequeño recetario, fotos incluidas, de los platos que acostumbro a preparar y que compartimos. El típico arroz con carne y habichuelas dominicano, el sancocho, un bonito moro de habichuela negras.  Voy a hacer la consulta dentro de mi hogar de cuales serían sus preferencias para incluir la memoria de los mismos. 

¿Cómo podría hacer referencia a la música? No imagino cuales serían los medios de reproducción de la música en tiempos futuros pero los CDs tienen muchos años en uso y aún siguen vigentes y yo tengo en uso un IPOD de segunda generación, que tiene como 10 años y todavía puede reproducir una lista interesante de canciones seleccionadas.  Puedo asumir que se buscará la manera de convertir cualquier método de recolección de música del pasado al momento de vigencia, así que también podremos colocar música en la cápsula del tiempo.

La portada de algún periódico impreso es un buen referente.  

Algunas monedas también colocaré, quizás pueden valer mucho a futuro, al menos por antigüedad, al igual que una pequeña botella de vino, y quien sabe, tal vez se convierta en una fortuna para alguien.

¿Qué más podría colocar en una pequeña lata con tapa? También necesito aliados para coordinar la apertura de mi tesoro futuro.  ¿Quien se anota?




Los ingredientes de tu piel

Por mucho tiempo y ya en edad adulta, me gustaba mucho ver los muñequitos de las Chicas Superpoderosas: Bombón, Bellota y Burbuja. Me llamaba mucho la atención ver que eran fuertes, pero sensibles, soñadoras, complementarias y niñas. Me gustaba la receta con la que fueron creadas, azúcar, flores y muchos colores, pero también por la sustancia X, el ingrediente oculto que les otorgaba los superpoderes.  Mucho tiempo después descubrí que ese ingrediente especial que otorga superpoderes no es más que amor.

Me hice fan de las chicas superpoderosas y hasta celebré, no hace mucho tiempo atrás, un cumpleaños con esa temática.  Invité a mis amistades a que liberaran su niño interior y estuviesen representandos, de la manera que pudieran, por su superhéroe favorito.  En algún lugar de este blog también hay un escrito que hace referencia a los superpoderes. 

En fin que la magia, la creatividad y la niña en mi, que no está muy en el interior, siempre han sido temas vigentes.

Recientemente, pasando canales en la televisión coincidí con la promoción de los muñequitos y se me quedó en la cabeza la promo de la introducción.  Me quedé pensando, tomando como referencia la fórmula secreta del Profesor Utonio, en la diversidad de ingredientes con que se va formando la piel que nos envuelve.  

Se me ocurrió que hay personas a las que les predomina el hielo en la piel, pero además su interior no es brillante, ni son transparentes, más bien oscuros y densos.  Hay otras que también el interior es complicado, pero su piel está hecha de fuego y me parece que también las hay de fuego que tienen mucha dulzura mezclada, como el caramelo o la melaza.

Creo que habrá algunas por ahí que tienen una alta cantidad de risa en la piel, mezclada con viento fresco y aroma de lavanda. Otras desde lejos tienen la piel con aroma de lavanderia, con sensación de lavandería, hasta con filo y sin la más mínima arruga; como esa ropa que uno ni se la quiere poner para no quitarles la perfección. Por la misma razón que son perfectas, también son distantes.

Siento la pasión y el enigma de aquellas que al mirarlas sabes de inmediato que la mezcla de su piel debe tener un sabroso vino tinto y aroma de cera de velas, que el calor les debe emanar de la piel. Otros huelen a fiesta, a escarcha y lentejuelas, hierbabuena que huele y sabe a alegrías.

Algunos los imagino con aroma de café, con la piel teñida de los colores de amanecer, llenos de empatía, de vitalidad, por supuesto después de tomar café. 

Algunas pieles son especiales, ya tienen tanto tiempo acumulado que de lejos se sienten esponjosas, suaves, como sábanas recién lavadas pero de manera sorprendente con aroma a bebé recién empolvado.  De esas, hay quienes desde siempre han sido de esa manera, aún con la piel lisa, y en otras ha sido el tiempo que les ha dado esa sensación.

El cuero, seco, rígido, aunque puede ser suave, es algo que imaginamos en un abuelo.  O eso me parece.

Pero no es solo la piel, como sentido del tacto, sino la influencia que ejercen las experiencias de vida, la gente que nos rodea, los lugares en que hemos habitado.  Eso me lleva a pensar en la gente que ha vivido cerca del mar, la mirada se vuelve profunda, como  la inmensidad del océano y la piel refrescante, con sabor a sal y a vacaciones. Con paso sereno y de pocas palabras.

Hacer este ejercicio escribiendo me ha llevado a fijarme en cada una de las personas que me rodean y tratar de identificar, por sus acciones, por su mirada, por su sonrisa o por la falta de ella, cuales ingredientes guardan en su despensa para fomar la piel que llevan.

Aún estoy en el ejercicio de identificar la mía propia.  Pienso que será de café y no solo porque me gusta sino pensando en su sabor, que para algunos puede ser dulce y para otros un poco más difícil de saborear; también tendría atardeceres y no solo por los colores, sino por la calidez, sin olvidar que también hay hermosos atardeceres grises.  Además agregaría a mi piel rosas de un color rojo profundo, necesario acercarse para absorver su aroma y por supuesto no se puede amar las rosas sin asumir las espinas, pero teniendo en cuenta que no son para hacer daño sino como protección, un recordatorio de que para acercarse hay que ir con cuidado, porque después que estás muy cerca podrás sentir mucha delicadeza y sensibilidad.




Te invito un trago

La idea era invitarte un café, porque, ya sabes, me gusta mucho el café, pero también me gusta la idea de expandir las posibilidades.  Quizás prefieras un té, o a lo mejor una copa de vino. Entonces la invitación es a brindar.

El hecho es que quiero invitarte a compartir conmigo, a desearnos salud desde el primer sorbo de lo que sea que fuese tu elección y a construir historias.

Pero no me quiero referir a una coloquial invitación que podría ser una breve y simple formalidad. Esta viene con detalles, agenda y condiciones. Sacaré los muebles a la terraza y me encargaré de disponer tres mesas en nuestro espacio y todo lo que podamos necesitar. Necesito que pienses en comodidad y relajación en esta tarde tropical y despejada.

Te invito a que compartamos la diversidad del brindis, que empecemos al atardecer y que no tengamos límites de horario, sin toque de queda. Al final dormiremos en los muebles y mañana será otro maravilloso día. 

Te invito a iniciar con el café y el té, las dos cosas estarán en la bandeja, todo el café que quieras, todo el té que te anime. En la bandeja también pondré galletitas para complementar y habrá alguna flor, no sólo porque se ven bonitas dispuestas al lado del azúcar, sino porque dentro de la agenda también deshojaremos con sus pétalos esas dudas de amor, relaciones perdidas, besos que el viento se llevó. 

Imagino que a estas alturas ya hemos saboreado todo el café que nuestros recuerdos nos hayan traído a la punta de la lengua, aquellas delicias aromáticas que vienen de otras latitudes, el que colaban en los campos a los que íbamos de vacaciones, en aquellas épocas en que no se nos permitía beber café, el que florece en la memoria de viajes por otros países, el que vemos desarrollar en el nuestro y esperamos en algún momento probar. Vamos deshojando flores y liberando recuerdos, de amores y de cafés.

Junto a la mesa del café he colocado otra y tiene alguna picadera y una hielera con cava y dos copas altas. No necesariamente porque crea que la cava sea lo que más te guste, y si es así mucho mejor aún, pero en realidad estoy pensando en que es la mejor manera de limpiar el paladar. Más divertido y apetitoso.

Al igual que yo debes estar sintiendo la música bailando entre los dedos, despertando los poros. ¿Qué te gustaría escuchar?  Ya la tarde es casi noche y los colores del cielo: azul cobalto que quiere ser oscuro, rastros de rojo sol, que hace pocos minutos era un rosado con nubes, esa amalgama a mi me resuena a flamenco, alguna guitarra con mucha pasión.  ¿A tí te parece más a jazz? Excelente, te propongo que escuchemos una y una. 

Hablando de propuestas,  es hora de hablar de los proyectos, los sueños, los que persisten porque nunca queremos iniciarlos, los que vamos cambiando en el camino, los que nos cambian a nosotros a medida que los vamos ejecutando.  De gente, de lugares, de inversiones, de emociones. Esos parecen temas profundos, pero son los motores de cada día. Cambiemos de copa, cambiemos de trago, elige lo que gustes, la tercera mesa contiene lo que entiendo puedes preferir y te puedo brindar. 

Pero levanta tu vaso y brinda conmigo, que las copas hablen, que los sentidos se sientan liberados, reconocidos. Y que al chocar las copas se rompa la tristeza, la nostalgia, las frustraciones, para que el licor pueda llenarnos de emociones.

Tomo la palabra, me quiero ir por delante.  Voy a hablarte de encuentros, de miradas. Debería comenzar por otra línea, como el trabajo, el futuro, pero hay que admitirlo, las pasiones nos curten la piel y nos mueven a expresarnos.  En ese instante llega a mi memoria una parte del cuento de Benedetti llamado Cleopatra, una provocación oculta en un relato que parece sencillo  y te comparto: ¨Me besó sin pedir permiso y a mí me pareció la gloria. Le devolví el beso con hambre atrasada. Me enlazó por la cintura y yo rodeé su cuello con mis brazos de Cleopatra. https://narrativabreve.com/2013/12/cuento-breve-mario-benedetti-cleopatra.html


Por breves instantes se me olvidó que iba a contarte de los proyectos, del trabajo y los chismes de la gente, por ahí siempre hay mucha tela que contar para divertirse, entre dos y que no se multiplique, que quede ahí, que no haga daño a nadie más.

Y cierro mis labios y permito que tu también me cuentes tu historia, la preocupación que durante este instante liberas de la prisión de tu alma, que deja de ser preocupación y que juntos convertiremos en una nueva estrategia. El abecedario tiene muchas letras que justo ahora vamos a convertir en un nuevo plan, para salir adelante, para poner diversión en los minutos, días, meses que siguen, para incluir en ese plan el próximo encuentro, la próxima comida, el próximo trago.  Y volver a brindar, por ti y tus ideas, por mi y mis ocurrencias, por ambos y la aventura compartida.

A una tarde así, convertida en noche sin preocupación por las horas, ¿Con quién la compartirías?  Yo, defintivamente, lo haría contigo.

Petición a una estrella fugaz

Me parece que tengo mucho tiempo sin ver una estrella fugaz.  Eso suena como algo triste y desolador, sin esperanza ni magia.  Porque eso representa una estrella fugaz, la esperanza y la magia.

Las estrellas fugaces tienen múltiples características que la hacen especiales.  En realidad todas las circunstancias que envuelven una estrella fugaz la hacen sin igual. 
Primero es algo que ocurre en el espacio, muy lejos, muy alto, muy profundo. 
Segundo no es un evento de fácil visibilidad que ocurra con frecuencia. Hay algunas lluvias de estrellas o meteoritos que tienen su período asignado, hora y lugar especial para ser visibles, algo así como su fecha de patronales, por ejemplo Las LIRIDAS, que acaba de ocurrir recientemente en abril, o decir que para  julio estaremos celebrando LAS PERSEIDAS, que son bastantes visibles sin aparatos especiales, al igual que las GEMINIDAS, al final del año.  

La más importante de todas, aquella que guió a los Reyes Magos hacia el portal de Belén.

Para esos momentos especiales y reconocidos recomiendo prepararse y disfrutarlos.  Son todo un espectáculo.  Desde una zona lejana a la ciudad, con poca luz artificial o en un techo o una terraza alta, tratando de ubicar el ángulo en donde le afecte menos la luz, de preferencia una silla reclinable, una colchoneta, hasta una colcha en el piso y dependiendo de la época del año, su respectiva frazada para el clima.

Por supuesto una música suave de fondo, porque la mejor hora siempre será aquella en que ya no es más la noche del día anterior, pero aún no es la madrugada y esos son los mejores momentos para un saxofón, unas guitarras románticas y la compañía de alguna bebida espirituosa de su agrado. A esta altura de la lectura se habrá dado cuenta que usted está teniendo una cita especial con la noche, con el universo.  Prepárese y descanse con anterioridad al evento, porque es posible que tenga sueño y si quiere disfrutar el espectáculo no debe dormirse.  Eso si, si acaso le da sueño en ese ambiente idílico,  déjese llevar, fluya con Morfeo, porque eso quiere decir que la energía de goce y placer ya le ha inundado y ese es el primer objetivo de vida.  
Y no olvide tener identificados los deseos que pedirá  cada vez que vea el brillo de una  estrella al caer.  Ese es el objetivo principal al prepararse para ver una lluvia de estrellas, tiene toda la posibilidad de pedir sus deseos sin pérdida de tiempo y de magia.

Sin embargo, cuando por coincidencia su mirada se encontró con una estrella fugaz que no esté vinculada a una lluvia de estrellas, como las que mencioné anteriormente, su paso es tan rápido que el primer pensamiento no es pedir un deseo como se cree, es sorprenderse por haber visto una estrella fugaz.  Luego queda una sensación de que se perdió algo importante: no hubo tiempo para pedir un deseo.

Por lo mismo que sucede tan rápido es que se hace difícil articular un deseo y el suceso nos agarra con lo inmediato en nuestra mente.  En mi experiencia ha sucedido que, al ver una estrella fugaz, tengo ese primer pensamiento de sorpresa por haberme tocado una y rápidamente paso a crear el deseo antes de que desaparezca. Normalmente solo acierto a decir en mi interior: DINERO, DINERO , DINERO.  Rápido y sin más detalles, sin más preámbulos, para no perder la magia. Lo siguiente es reírme de mi misma porque esa es la única palabra que me sale tan rápidamente al ver una estrella fugaz. 

Escribiendo estas ideas me he detenido a reflexionarlo y al final he concluido que realmente las  peticiones más trascendentes ocupan espacio a diario en otro tipo de ruego, en la oración o en la meditación.  Salud, amor, unión, sabiduría, siempre tienen prioridad.

Y me pregunto, cuantos tienen la posibilidad de articular otra palabra diferente a esa, o quizás toda una frase. ¿Cuál será? 






La Fecha de Hoy

Estudié en un colegio salesiano de niñas.  

Recuerdo siendo pequeña, entre 4to y 6to de primaria, que al inicio de cada clase y en el momento de abrir los cuadernos lo primero que hacíamos era escribir la fecha.  Primera línea en la parte superior de la derecha.
Con frecuencia me imaginaba un número de año muy lejano y me preguntaba ¿Qué podría estar haciendo yo en ese futuro?  

Confieso que nunca llegué a imaginar una fecha tan lejana como el 2021.  Tampoco recuerdo que a mi mente llegaran imágenes de ese futuro ni sueños de lo que desearía hacer o tener.  Creo que lo importante en ese momento era poder terminar el año escolar de manera excelente.

Y desde aquí, con la experiencia de haber cruzado el portal del año 2020 sin brindis de medianoche ni fiesta de fin de año, con tantas lecciones y retos, puedo entender porqué en ese momento no tuve la imaginación de soñar un futuro, de vestirme de anhelos o con sueños de grandeza: estaba siendo entrenada para vivir el día a día, para asumir lo que había y salir adelante con eso.

Lo único seguro era el compromiso de vida, llegar al colegio, tomar clases, aprender, salir del colegio y seguir estudiando desde la casa.  Otras actividades podrían agregarse, otras situaciones podrían surgir, pero eso era invariable.

No era algo bueno. Tampoco era algo malo.  Simplemente aprendí al revés, a no soñar siendo niña y de adulta me tocó aprender a desarrollar y disfrutar la creatividad y la imaginación.

Tenía claro que seguiría estudiando, que completaría la universidad y tendría una profesión, sin carrera definida en ese momento, pero profesional.  Más adelante y después de algunas pruebas de actitud y evaluaciones surgió la posibilidad de la arquitectura, me salía bien la combinación entre cálculos y dibujo, excepto que una carrera como esa tenía un presupuesto que superaba las posibilidades de ese momento.

Seguían pasando los años y seguía escribiendo la fecha en la parte superior de cada cuaderno que utilizaba.  No fue arquitectura, terminó siendo una ingeniería. Y otras especialidades.

También seguía preguntándome qué estaría pasando cinco, diez o quince años más tarde.  Ya a esa altura de mi vida en alguna ocasión llegué a proyectar algún suceso importante.  

Los acontecimientos más recientes nos enseñaron a prepararnos para el día siguiente, quizás la próxima semana y de paso a hacer alguna provisión que pueda cubrir algunos meses. No más lejos de eso.  Pero sobre todo a vivir cada día, a amar cada día, a descubrir lo mejor de lo que ya tenemos y sorprendernos con cada cosa.

¿Podrías imaginar lo que puede suceder en San Valentín 2022? Solo espero celebrarlo, no sé de qué manera, pero con mucho amor.  
Escribiré una nota colocando en la parte derecha superior: 

14 de Febrero del 2022.






 

Lo tenía en La Punta de la Lengua

Tenía una idea. 
La tenía en La Punta de la Lengua y se me escapó. La recordé por varios días sin anotarla.   Luego se me ocurrió algo más y eso sí lo anoté.  Cuando me dispuse a escribir, retomé la segunda idea y me dejé fluir, y pude producir algunas líneas llenas de recuerdos, de momentos, de gente.

Y creo que quedó bonito. Ya lo verán.  Me parece que también puede traer recuerdos a quienes lo lean y evocar sus propias historias.

Pero me quedé con la sensación de tener algo pendiente, con un vacío latente.
Mientras más esfuerzo hago por recordar cual era el tema, más en blanco se pone mi mente.

Probablemente no era la gran cosa.

Quizás ni siquiera hubiese podido desarrollar una idea divertida o reflexiva que pudiera llevarme a alcanzar algunas líneas completas.

Quiero pensar que será algo así para darme consuelo.  Es lo que solemos hacer para justificarnos y está bien, tampoco es como para andar dándose latigazos.

En el transcurrir de los tiempos, con preocupaciones, con diversidad de temas, hasta con ciertos pánicos y desmotivaciones, olvidar algunas cosas no trascendentes es muy poco en relación a la carga emocional que estamos sosteniendo.

Tantas veces invito a ser feliz por encima de todo.  Es propicia la ocasión para volver a mencionarlo, a partir de una reflexión con una carga de vacío.

Cuando vuelva a mi memoria el tema que se ha escondido detrás de alguna neurona más brillante, que lo mantiene oculto, quien sabe, quizás a resguardo para una mejor ocasión,  entonces dejaré saber que se correspondía con este comentario.

Y como he dicho en muchas ocasiones, mencionado a uno de mis favoritos, hay que ser feliz, aunque solo sea por joder.




Lunes Pal´ Que Puede...

No es nuevo aquello de LUNES PARA EL QUE PUEDE, pero hoy lo escuché y como si fuera coincidencia, que nunca lo es, en ese instante abrí las redes y lo primero que vi fue lo mismo, aunque en otra versión, MARTES PARA EL QUE PUEDE, y de inmediato me tocaron los recuerdos, porque es una expresión que he disfrutado mucho.

Recuerdo cuando era niña que los lunes era el día libre de aquellos que tenían el oficio de arreglar zapatos; y entonces salían a celebrar y tomarse sus tragos y todo el que quería disfrutar del lunes usaba la excusa del zapatero.  Ahora no se busca tener una excusa, se celebran los lunes tan solo porque sí, para romper con el estigma, con el inicio de semana, la carga de alguna resaca y la organización del trabajo, en fin, toda la proyección de la semana.

Lunes pal´ que puede... y bajo esa premisa inventamos algunos viajes y paseos, algunos festejos sin cumpleañeros.  

Buscando la manera de reiniciar el sistema emocional, de renovar la vida y sentir un impulso, creamos nuestro propio mapa mágico, como el de Harry Potter, que solo se revela con las palabras especiales, ¨ comienza la travesura ¨.  Y comenzamos la aventura.

Porque definitivamente era una travesura, en horario de trabajo algunas, otras con compromisos postergados, y simplemente todas escapadas, añadiendo más emoción al paseo.  Este viaje lo comenzamos tomando la carretera hacia el Cibao, muy temprano en la mañana, con la intención de detenernos a desayunar en el comedor de La Morena ubicado donde termina Villa Altagracia y comienza Bonao.  Nos sirvieron mangú de plátanos, con queso, con huevos, con arenque.  También algún cocido para la que prefirió un caldo, y por supuesto no podía faltar el café, llevarnos algunas botellas de agua y seguir la ruta.  Ese desayuno fue la ¨ zapata estomacal ¨  que nos permitió hacer un brindis, para bendecir el camino, la amistad y la vida. 

Y realmente estuvo excepcional, despejado y soleado, campos verdes, clima agradable.  No podía cruzar por Bonao sin compartir un sendero que me había conquistado, la ruta hacia la Loma de Blanco.  En el trayecto, cruzando por Juma, también se cruzaron con nosotras algunos animales exóticos para esta isla del Caribe, que por allí se han instalado, búfalos y avestruces.

Y al llegar al final del camino en esa comunidad nos esperaba el fluir del rio de Los Quemados, para girar a la izquierda, cruzar La Confluencia y seguir subiendo la loma, espectacular, y encontrar en el camino algunas cascadas y ver a lo lejos otras, y entre montaña y montaña disfrutar el paisaje.

Saliendo de Bonao la ruta nos conducía hacia Moca, contemplamos la hermosa catedral que por el frente cruzamos para seguir hacia Jamao.  En el camino antes de llegar a aquel alto, ella seguía instiendo en que quería detenerse para cortar y llevarse algunas ¨ hojonas ¨, así le llamaba.  Ni idea de a qué se refería, hasta que señaló hacia las abundantes plantas de orejas de elefantes que habían en toda la ruta. Un nuevo aporte al diccionario de la RAE, las hojonas. Seguimos subiendo y llegamos a un restaurante en lo alto donde se rememoraron algunas historias también traviesas de amores y tragos. 

No recuerdo dónde nos paramos a comer, quizás más tarde llegue a mi memoria la escena, pero nos detuvimos donde quiera que nos dio la gana de pararnos en el camino.  

Con mucha emoción y respeto, entramos a conocer a la Virgen de La Piedra, en la comunidad de La Entrada, en Cabrera. Y saliendo de ahí, doblando a la izquiera por un camino imperceptible, nos encontramos con un paraíso oculto de esos que abundan en nuestra preciosa isla, playa Caletón. Aquí fue donde comimos, ahora lo recuerdo, un pescado frito con tostones en la playa. Una maravilla secreta.

Todo el camino contamos historias, brindamos por los afectos, hicimos chistes y reímos sin parar, como siempre que estamos juntas.  También hubo fotos, de paisajes, del grupo, pero esas son los recuerdos que atesoramos.

Continuamos la ruta, atravesamos Nagua y quisimos llegar hasta Samaná, pero el día no es tan largo y había que regresar. Hicimos el desvío para tomar la carretera hacia la ciudad por el extremo opuesto por donde iniciamos el trayecto. 

Habría muchos detalles del camino que no he mencionado. Cada detalle seguro que irá acompañado de un gesto, una historia, una risa. Faltan muchas líneas para poder expresarlo y además falta un encuentro con ellas para ir recordándolos, pero eso también es motivo para reunirnos, y quien sabe, quizás para otro viaje un lunes, para el que puede.  

Fin de la travesura.





El Camino Especial

He aprendido que cuando recibes algo bueno hay que ser agradecido.  Hoy quiero ser agradecida. Quiero dar testimonio de una agradable sensación que puedo evocar en cualquier momento con solo cerrar los ojos y dejar volar la imaginación.

Quiero hablar del camino que recorremos de manera regular, hacia el trabajo, o quizás la ruta hacia los colegios, en tiempos de otros hábitos que la pandemia nos ha hecho cambiar.

En mi trayectoria laboral he tenido la suerte de haber sido trasladada a la zona colonial.  En principio me ofuscaba la idea sobre la dificultad del parqueo en la zona y la forma en que eso afectaría la rutina que debía seguir. Sin embargo, con el paso de los días y habiendo hecho el reconocimiento de las posibilidades de parqueo, se fue atenuando esa bruma y me permitió detener mis pensamientos y mi mirada en el camino.

Realmente transitar por la zona colonial en términos diferentes al paseo turístico ofrece una visión diferente. Y muchos secretos a toda luz. 


Comencé el recorrido iniciando en la calle Padre Billini, en la parte de Ciudad Nueva, que no es tan nueva y más bien ha ido adquiriendo los matices coloniales del entorno que protege y envuelve. Me propuse entender y disfrutar mi ruta. Empecé haciendo una canción que relacionara la calle con el sentido de tránsito y poniéndole una tonadita infantil y simple, empecé a recitar, a veces en mi mente, a veces en voz alta, Las Carreras, doble vía, Estrelleta sube y luego la Pina baja. Palo Hincado viene subiendo del malecón y al cruzar la esquina ya estoy en la zona colonial.  La siguiente, la  Espaillat se va a encontrar con el mar. Santomé va a subir, pero la Sánchez bajará, y así otras calles más. Y todo lo que veía empezaba a cambiar de matiz, piedras antiguas, pequeños portales, balcones, galerías.

Siguiendo el camino por la Billini y mirando hacia la derecha, en la calle 19 de Marzo, está la Casa de Los Vitrales, una casa que había conocido haciendo paseo turístico, pero que en mi recorrido rutinario le descubrí más belleza de perfil.  Está ubicada en una calle estrecha, con unas columnas inmensas para estar al borde de la calle, me dio la sensación de que teníamos nuestro propio castillo al estilo Petra, en Jordania. Una fachada imponente, grandes columnas, un castillo.


Y luego viene mi parque favorito, con un ambiente especial; de día con el camión de libros para compartir y de noche con gente diversa, música, una vibra especial y bancos que tienen muchas historias que contar. Pero esta mirada a este recorrido no es turística, a pesar de que a partir de pocos pasos empieza el camino de piedra, de espacios pequeños y aceras corridas.

E inmediatamente ahí, en ese pequeñito espacio de calle entre la Hostos y la Meriño, es evidente a la derecha el parque que cubre el parqueo,  sin embargo descubrí que si miraba a la izquierda y arriba, en el balcón a la mitad de la calle, se encontraba saludando una calavera en un hermoso traje largo y sombrero mexicano, celebrando el día de los muertos todos los días.

Sigues el camino y hay edificios, ventanas, otro parque, y no se puede pasar por alto la figura que desde temprano en la mañana se ubica en la esquina de la Isabel La Católica con Billini.   Ha echado canas y arrugas pero nunca cambia su estilo, combinado desde los pies a la cabeza de cualquier color llamativo que se pueda imaginar, verde, naranja, rosado o morado. Literalmente, desde los pies con los zapatos, hasta la cabeza con el sombrero. Siempre usa sombrero y además gesticula con los dedos para ofrecer facilidades para cambiar dólares. Si va despacio y baja el vidrio podrá escuchar cómo lo repite: dólare, dólare, dólare.

Doblando a la izquierda en esa esquina hay un edificio que siempre me llena de curiosidad.  A veces he pensado que el algún momento debería entrar y buscar información, como cualquier persona curiosa, pero me queda claro que esas instituciones no permiten muchos vínculos con el género femenino.  Los masones son muy celosos con sus reglamentos y el local de la orden Escocesa de los masones del Supremo Consejo Grado 33 representa niveles superiores. Algo sobre ellos he leído y he visto por ahí.

Todavía me queda mucho camino por recorrer de ida y también de vuelta, y mucho detalle especial para mostrar. Pienso que podría escribir varias entregas más compartiendo las cosas que fui descubriendo en un recorrido cotidiano que se convirtió en un paseo diario especial.  Y sospecho que eso es lo que pasará, seguiré compartiendo historias del camino, el paseo que no está en el folleto turístico sobre la zona colonial.




MOMENTOS HISTORICOS

 "Los días históricos se ven normales cuando los vives desde dentro"    Albus Dumbledore. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlo...