TE QUEDA UNA MONEDA

Las musas de la creatividad a veces se esconden, desaparecen, dejándonos en un letargo que va creando cierta presión, porque cuando se escribe, se va sembrando ese deseo de mantener la vinculación con todos los que están dispuestos a acompañarle en ese espacio de interacción y no poder hacerlo produce tensión.

Y de repente aparecen ellas (las musas) de la forma en que menos imaginas o a través de la persona con la que menos compartes.

En los últimos tiempos el uso de las tecnologías y las redes nos circunscriben a espacios de uso continuo en donde mantenemos el encuentro con los cercanos, los lejanos y los que no te importan, pero que de todos modos te animas a seguir.  Me puso a pensar una publicación de un amigo. Una imagen.

Y si me detuve a analizarlo entonces es porque pienso que vale la pena compartirlo, pero de tanto pensarlo tuve la idea de hacer la consulta de manera directa, para luego analizar que mejor no lo consultaba sino que mejor escribía al respecto.

ufff.

La cuestión fue la siguiente: Un escenario (haciendo la ambientación del lugar).  Estás en una sala o cualquier otro espacio confortable (público o privado) . Debe haber un trago a mano (casi imprescindible). Estás disfrutando el momento (solo o acompañado).  La música la provee una hermosa bellonera vintage que emociona los sentidos.  Lo que está sonando te anima y te motiva. Está casi acabándose.  Entonces se detienen los sonidos y quieres seguir escuchando canciones.  Te mueves para buscar una canción y de repentes descubres que sólo queda una moneda en todo el lugar.  Una sola.

¿Qué canción elegirías?

La elección es difícil. Seleccionar de repente una única canción entre todos los géneros o artistas que nos atraen resulta cuesta arriba.
Se me ocurrió hacerle la pregunta a una persona,  le planteé este panorama y extrañamente me respondió muy rápido: escucharía una canción que rara vez escucho, aunque no sea de las más favoritas.
Yo no sé si haría lo mismo, me dio vueltas la cabeza tratando de pensar cual elegir, porque el solo hecho de escoger la última canción sería como ponerle punto final a la noche: tómese su trago y váyase a acostar. Fin.
Pienso que la elección tendría que venir vinculada al momento y la compañía: si acaso es una noche de despecho a lo mejor lo que le llega a la mente es una bachata o una de esas baladas de cortarse las venas; puede ser la celebración de un logro o un acontecimiento importante y es un disco pop o un merengue. Quizás romance y ahí el repertorio es más amplio.
Todavía me sigue dando vueltas la cabeza y hasta me engranujo suponiendo tener que hacer la misma selección pero con los libros.
Lo dejo de tarea, por si acaso llegara el momento o para que recuerde esa canción que tanto le gusta.


Versión no bonita de Alicia en el País de las Maravillas

Si los sueños son las inflexiones del subconsciente indicándonos todas  esas cosas que nos perturban me parece que vivo en un mundo de irrealidad y que estoy irremisiblemente jodida. Con poco, a momentos de cerrar los ojos, las visiones son inquietantes, catastróficas.  Eso es lo que se revela de lo que permanece oculto. Es como una versión no bonita de Alicia en el país de las maravillas.

Me encuentro con gentes que creo no haber visto nunca. Otras que estoy segura de haberlas visto pero durante el sueño no recuerdo bien en donde y eso me mantiene desconcertada dentro del mismo sueño. Calles que tengo que recorrer y de repente hay un hoyo inmenso y maquinarias y pasos cerrados, porque está en construcción, y la única salida es devolverse.

Una cita a la que llegar a tiempo y las condiciones del clima, con el cielo casi a punto de romperse, con nubes negras que indican que lo que caerá no será agua, augurando que no podrá ser.

¿Naves extraterrestres? Redondas pero con cortes como si estuviesen hechas de cristal, que se posan en el asfalto y dejan huellas que son mensajes que no entendemos. Y la gente que sale corriendo  asustada, pero no aterrorizada.

Una ruta que lleva a otro lugar que no era aquel al que tenía que llegar, que aleja el camino, me pone muy cerca para luego volver a retrasarme.

Un lugar en el que parece que he estado y sin embargo es completamente diferente, mucho mejor, con tres escuelas que reconozco por sus nombres pero no por sus fachadas. Unos minutos más adelante (en el sueño) aparecen como institutos que rememoran universidades en el extranjero, para descubrir que por ahí no es la salida que espero encontrar.

Estoy narrando una historia de terror.

Llego al lugar que debía encontrar y resulta que estoy llevando un bebé a su cita con el médico, pero encuentro en la sala de espera del consultorio enfermos con situaciones de esas que no queremos ver. Sin embargo ese es el médico (y hasta se parece al actor Keanu Reeves). Y me dice que ya hoy no podrá ver más pacientes que haga otra cita. Di un grito, reclamé, lloré. Dije que me iba a quedar tres días en la puerta esperando para ser visto si era necesario, que había pasado demasiado trabajo para llegar hasta ahí y que no me iba a devolver.

A pesar de todas las dificultades había llegado a tiempo. 

Esos fueron los pocos momentos de un sueño inquieto esta mañana y ni siquiera he contado todos los detalles del camino, de los edificios que tuve que atravesar, las facciones distorsionadas de algunas personas, los mercados que tuve que recorrer, la dinámica en los institutos a los que tuve que entrar, porque no solo era verlos, era estar y hacer en cada uno de ellos lo que se debía hacer.

Creo que casi me estoy volviendo loca.  Tengo el subconsciente, el inconsciente y hasta el consciente saturados de imágenes fatalistas.  De alguna manera debo buscar el sueño profundo, vacío, para poder descansar.

-Así que no estaba soñando después de todo, a menos que todos seamos parte de un mismo sueño. Solo espero que no sea del rey rojo. No me gusta pertenecer a los sueños de otra persona. -Alicia.

(Relato de un sueño.  25-01-2016)

ES NECESARIO BUSCAR CON EL CORAZON


Hay que usarlo, pero no de cualquier forma, hay que usarlo sin límites, sin espacios, sin medidas, porque además es ilimitado aunque pensemos que se puede acabar. 
Pues no. 
Se expande hasta más allá de lo imaginable. 
Se retrae cuando dejamos de usarlo y creemos que es porque se ha agotado, porque se ha endurecido, pero lo cierto es que simplemente ha dejado de estirarse. En la medida en que lo vamos liberando, el irá rompiendo costras, sanando y expandiéndose para llenarnos de vida. Es cierto que no todo el mundo está habilitado para recibir todo lo que circula por un corazón amoroso, algunas personas se lo pierden, pero lo importante es saber que el nuestro, el que está dando lo mejor de si, está cada vez más reforzado, más repleto, porque se abre a la vida misma y puede suceder, o mejor dicho, sucederá que las personas que están en sintonía con tu corazón abrirán el suyo y se extenderán hacia ti y llenarán sus corazones de la misma dicha y plenitud.

Porque es con el corazón como se busca y si se busca con el corazón, se encuentran las mejores cosas.



SINTONIZANDO CON LAS PALABRAS

Tengo instalado en mi celular una aplicación que es una variedad de crucigrama y que me entretiene en las noches en que se me hace difícil tener un acuerdo con Morfeo (lo cual sucede con mucha frecuencia).  Cada vez que se completa un nivel la aplicación, ésta propone una palabra a opinión del usuario para que indique si le parece divertida, una forma de retroalimentar un juego que está basado en la integración de palabras.  El simple hecho de preguntarme si me parece divertido me resultó así desde un principio, divertido.
En uno de esos niveles completados surgió una palabra, que más que ser divertida llamó mi atención aún sabiendo lo que significa: SINCRONICIDAD.  Es de esas palabras que tienen mucho contenido y misterio más allá de su significado.

Mucho más misterioso fue el hecho de que al día siguiente abrí un texto en mi correo y llevaba ese mismo título y su vinculación a diferentes aspectos, la salud, el amor, la realidad interior.  Carl Jung dice que eso no es casualidad, se trata de la misma sincronicidad:

https://www.amazon.com/Synchronicity-Connecting-Principle-Collected-Extracts/dp/0691150508/ref=sr_1_1?keywords=synchronicity+carl+jung&qid=1562271203&s=gateway&sr=8-1 ¨Jung llegó a la conclusión de que hay una íntima conexión entre el individuo y su entorno, que en determinados momentos ejerce una atracción que acaba creando circunstancias coincidentes, teniendo un valor específico para las personas que la viven, un significado simbólico o siendo una manifestación externa del inconsciente colectivo. Son este tipo de eventos los que solemos achacar a la casualidad, el azar, la suerte o incluso a la magia, según nuestras creencias¨.

E inmediatamente comienzo a reflexionar sobre el tema, empecé  a recordar sobre las tantas ocasiones en que he supuesto que las diferentes circunstancias que tengo frente a mi han sido casualidades y en realidad pueden ser catalogadas como sincronicidades.  Si algún tema en cuestión ha estado ocupando tu mente y de repente empiezan a aparecer señales, mensajes, surgir ideas, no es casualidad, es algo a lo que has puesto energía, esa que atrae y se conecta sin cables.
La clave está en el ejercicio de fluir, que es una palabra que con mucha frecuencia utilizo, más para interiorizarlo que como práctica.  Para que se puedan entender las respuestas que se reciben sobre aquello que nos ocupa hay que fluir y estar atentos.

Y surge la magia. Nuevamente.

Los pensamientos tienen poder. Las palabras tienen poder. Comprobado.  Hay montones de videos y libros que hablan al respecto.  
Un ejemplo que me gusta mucho es el análisis del Dr. Masaru Emoto, que habla de la formación de cristales de hielo y el efecto de las palabras en ellos. 
Su experimento mostró 100 envases con agua a los que se le emitieron palabras positivas o negativas y luego se congelaron para analizar los resultados.  Aquellos con mensajes positivos mostraron patrones simétricos casi perfectos, los bombardeados con insultos se congelaron de manera muy desordenada. Dejó demostrado que las palabras, por consiguiente también los pensamientos, tienen poder más allá de su comprensión, de las teorías físicas conocidas.

Y las palabras que emitimos se devuelven. Lo sabemos, lo presentimos en el fondo de nuestro interior y aún así, con frecuencia nos autosaboteamos. Atraemos lo que pensamos, lo que decimos y nos empeñamos en expresar aquello que no queremos en nuestras vidas.
Utilizamos la sincronicidad de manera negativa, insistiendo en eventos que nos hacen daño.
Hay que provocar el cambio, hay que abrirse a nuevos y positivos acontecimientos, llenarnos de asombro, de expectativas pero positivas, envolvernos en el encanto, en la seducción, en la luz
De a poquito ir haciendo el hábito de cambiar los esquemas de palabras y pensamientos y las acciones que ellos conllevan, por aquellos que nos traerán claridad, alegrías, paz al corazón.
Propongo hacer de la sincronicidad un ejercicio consciente para hacer fluir la energía de manera tal que llenemos cada espacio de nuestra vida de personas, eventos, momentos que nos hagan sentir un cambio positivo en nuestras vidas.


CELEBRANDO

Aprendí a tener la certeza de que los cumpleaños hay que celebrarlos.
Entre la adolescencia y la edad adulta prematura, porque a muy temprana edad empecé a transitar en los rieles a alta velocidad de la responsabilidad y el compromiso, no me gustaban las felicitaciones y las celebraciones de cumpleaños, específicamente del mio propio. Sin embargo hubo un momento, un año y por suerte todavía a tiempo, en que se apagó esa burbuja y me cuestioné por evitar las celebraciones.  Entendí que nadie más va a estar feliz de la llegada de un año más de vida que yo misma, entonces, por qué dejarlo pasar sin pena ni gloria. 
Sin lugar a dudas hay que celebrar y brindar y compartir y reír.

Ese año disfruté la alegría que me transmitían los amigos que tenían la oportunidad de celebrarlo conmigo.  Empecé a hacer grupos de celebraciones, de acuerdo a la circunstancia: compañeros de trabajo, la familia, las amigas de tal o cual grupo. 
El año siguiente, y por la misma causa de la diversidad de espacios, instauré la semana aniversario para tener oportunidad de coordinar encuentros con diferentes grupos de amigos y junto a todos disfrutar y celebrar. En ocasiones he comenzado un conteo regresivo y cada día al llegar a la oficina iba avisando los días que faltaban para el siguiente cumpleaños, entre 15 y 20 días antes y luego comenzaban mis propias patronales. 
!Ya se pueden imaginar la bulla que hago el mismo día de mi cumpleaños!
Y así con el paso del tiempo en mi corazón ha vibrado el espíritu de celebración, de maneras distintas.  A veces he coordinado para reunirnos en algún restaurante o café, otras veces en el mismo espacio de trabajo, en la casa.
Una vez hice una fiesta en mi casa, sencilla pero fiesta al fin porque si implica alquilar sillas y mesas y preparar un brindis, coordinar un playlist de canciones y separar un espacio para el que quiera bailar (si es que entran ganas) definitivamente es una fiesta incluso si el grupo es pequeño.
En otra ocasión los preparativos eran aún más discretos, con un grupo muy reducido de amigas y sus parejas. Yo entendía que era quien estaba preparando la celebración y recibí una sorpresa de parte del mismo grupo de amistades que iría a compartir conmigo en la casa: mientras estaba en la cocina terminando de acomodar los manjares que íbamos a degustar, entretenida con una de las amigas que me acompañaba, por otro lado entraban otros con un guitarrista y equipo de sonido en mano. 
Cuando vine a entrar en mi propia terraza y pensando que todavía no habían llegado todos, ya tenía instalada una celebración más amplia, en donde no solo contaba con alguien que estaba tocando y cantando las canciones que se le pedían, sino que mis amigos también desarrollaron sus dotes artísticas y le acompañaban.  El cielo estaba despejado, la noche era fresca, había música en vivo, amigos, bebida, picadera y hasta bizcocho.
Hermosa celebración de cumpleaños.
Siempre espero los días próximos a la fecha de mi cumpleaños para dejarme fluir por las emociones que surgen del corazón, ellas son las que me dicen cómo quiero celebrar.
Ha habido años en donde no me ha nacido hacer preparativos o coordinar encuentros.  A quienes me han preguntado sobre mi cumpleaños, porque saben que soy mi propia animadora, les he dicho que no tengo nada coordinado pero que estoy abierta a lo que se les pueda ocurrir. Siempre ocurre algo, no lo voy a esconder, pero con menos alboroto que el que yo misma le pueda poner.
Hubo un año que la creatividad me desbordaba por los poros, y las celebraciones, porque fueron varias, contaban con una temática: Las chicas super-poderosas y sus super-amigos.  
De las chicas super-poderosas yo he sido Bombón y así mismo hice adornos, preparé picadera, compré bizcocho, le pedí a mis amigas que usaran algo alusivo a su super-héroe favorito, la cuestión era celebrar, agradecer por el espacio de un año para vivir momentos, para descubrir y explorar, para aprender y disfrutar. No todos los días se nace y luego que estás aquí, en este plano, hay que aprovechar.  
No sabemos el día en que ya no estaremos más bajo estas mismas circunstancias, buenas o malas, entonces tampoco podemos posponer todo lo que se pueda gozar hoy.
Todavía falta mucho para mi cumpleaños y no es por mi por quien estoy contando estas anécdotas, sino por una persona muy importante en mi vida, mi querida ¨Liquita¨, Miosoti Ceballos, que recién los ha cumplido.  Acaba de recibir un aniversario especial y simbólico y he sentido la vibración de su corazón, no por la ocasión de compartir, sino por la proyección de lo vivido, lo alcanzado, lo logrado, de llegar a esta etapa y verse en total plenitud, con proyectos, con expectativas pero entendiendo que debe ser sin atosigamientos ni premuras.
Con la visión de muchos planes pero viviendo el momento actual, fluyendo en el contexto de un día a la vez y de la mejor manera posible.
La luz de su corazón motiva a reevaluar el sentido de las celebraciones, una vez más, y continuar brindando.

RECORDANDO LA NIÑEZ

Se acerca la celebración del día de las madres en República Dominicana. 
Para muchos ¨el acontecimiento¨ del año.
Pensé que ese podría ser un tema para comentar y compartir pero como boomerang de agua fría retornó el convencimiento de que cualquier cosa que pueda decir o sugerir sería un cliché, manoseado y  desgastado, sin embargo, por encima de esa idea también sentí que podía encontrar algo diferente para decir que sirviera de motivación, aunque en su momento yo misma no lo supe definir.
     ¿Qué mejor manera de aclarar las ideas que haciendo el ejercicio?
Me quedé pensando si era algo que me gustaría decirle a mi mamá, o si por casualidad era contar alguna anécdota sobre ella.  Todas las ideas que me cruzaron por la mente tenían la imagen de un anuncio comercial, que es precisamente el debate manido para todas las celebraciones populares establecidas anualmente en el calendario: que son un recurso comercial para que la gente gaste en regalos y atenciones.

Y ciertamente es evidente que el concepto ha sido aprovechado por los comercios para promover el consumo utilizándolo como excusa, pero la respuesta es más gastada aún, de que el motivo debe celebrarse todos los días. Sin embargo a diario nos olvidamos de demostrar los afectos, de tener detalles y prestar atenciones, con lo cual me parece bien que se instituya un día y que la mayoría aproveche la oportunidad para recordarlo y expresarse.

Entonces sería bueno también recordar cosas vinculadas con este día. Quizás contar anécdotas de cuando se tenían pocos años.
Llegaron los primeros recuerdos a mi mente, historias de muy temprana edad.  Yo era consciente, no solo porque lo sentía en la piel, sino también porque veía la frustración y la carga que expresaba mi madre, el arduo trabajo que significaba lavarme el pelo cada semana.  Tenía mucho cabello y muy largo y además era muy dramática (y sigo siéndolo) y me dolían mucho los jalones que había que darme.  La cuestión con este momento era todo el escenario envuelto: cada sábado después de arreglar la casa, mi madre me sentaba en una sillita en el patio, cerca de la manguera, me dividía en dos largas colas el pelo y empezaba la faena, con pausas para ir a mover los calderos de la comida.  Era toda una aventura, porque implicaba pasarme la mañana echándome agua como si de un día de piscina se tratara.  La peor parte era desenredar todos esos ¨moños¨, que aunque en ese momento eran más manejables no dejaba de ser complicado.

Y si la labor regular de mantener el pelo limpio era toda una aventura, ¡ya se imaginarán lo que significa retornar de la playa un domingo en la noche y resolver ese asunto para estar impecable el lunes en la mañana! 

Recordar es disfrutar muchas veces los momentos vividos, sobre todo si están cargados de humor.  Ese recuerdo fue la chispa para traer al escenario otros que se van perdiendo, como el hecho mismo de que cuando aún no había posibilidad de estar en una escuela formal debido a la temprana edad, sobre todo para una muchachita demasiado despierta e inquieta, hubo que inscribirme en una pequeña escuelita que quedaba justo al lado de un negocio de carbón y que tal y como puede resultar evidente, conversadora al fin, mis clases terminaban sentada en mi sillita (la que cada día llevaba a la escuelita) al lado de los depósitos de carbón, conversando con las personas encargadas y cambiando la tonalidad de mi blanca ropa por otra un poco más saturada de negro.   Ahora nos causa risa pero en su momento era motivo de dolores de cabeza.
Si estaba convencida de que debo expresar todo mi amor y agradecimiento cada día a mi madre, al recordar esta travesura valido que no ha sido suficiente y que la carga conmigo no era tan liviana como yo pensaba: debo ocuparme de agradarla un poquito más porque evidentemente me he quedado corta. 
Hay que sumar otras flores al próximo regalo, no importa que parezca comercial. 


Otra cosa de la que me convencí es de que momentos compartidos recordando eventos como éste traerá risas y renovará en ella las emociones vividas con su niña que ya no es tan  niña.


EN QUE HISTORIA VIVIRIAS


Me pareció genial una publicación que leí en el muro de Instagram de Cuesta Centro del Libro (@cuestalibros). Los comentarios de las publicaciones en estos espacios sociales siempre son la parte más divertida, aunque por supuesto siempre aparecen personas con opiniones realmente odiosas, fuera de lugar y de contexto, inclusive en el muro de una institución como ésta, pero en sentido general las opiniones fueron muy buenas.


Y en principio me quedé pensando sobre cuál sería mi lugar ideal a partir de los libros leídos pero divagando en esos pensamientos me llené de sorpresa al constatar de manera tangible, siendo algo abstracto, que siempre mencionamos el mundo de aventuras y lugares que nos presenta la lectura y en este ejercicio mental eso quedaba perfectamente resaltado.
La variedad de lugares visitados a través de la lectura nos da la oportunidad de seleccionar también diferentes épocas.

Sin dudas Londres, no importa la época, ha creado expectativas de vida con un amplio número de lecturas que ha dejado enganchada a muchas personas.  Fueron muchos los que mencionaron a Harry Potter, el Castillo de Hogwarts, el Callejón Diagón, como los lugares en los que les gustaría vivir o recorrer, pero por supuesto no es solo el lugar, es la fantasía, la posibilidad de la magia. Y sucede en este punto algo muy interesante, Hogwarts es un portal al pasado a través de formas, creatividad, imaginación pero con elementos de la actualidad, una simbiosis que hace más atractivo el escenario.

Y siguiendo con la fantasía, ¿Qué tal sería vivir junto a Alicia en el País de las Maravillas? O como mencionó alguien en uno de los comentarios, ir de planeta en planeta como lo hizo El Principito, quizás darle la vuelta al mundo en 80 días.  No debe faltar quienes prefieren las aventuras, podría ser dentro de un submarino de acuerdo a la propuesta de Julio Verne, en un campamento de guerreros Romanos junto a Escipión; caminando o compartiendo la mesa con Jesús en Galilea o Jerusalem, o algún lugar en el espacio exterior, un planeta desconocido pero que guarde escondido mucho tecnología y diversidad. ¿Y que tal si su lugar soñado a partir de una lectura esté enmarcado en el futuro? Lo menciono pensando en el libro Lágrimas en la Lluvia de Rosa Montero, enmarcado en el año 2109, con la posibilidad de movilidad entre planetas pero con un número de limitaciones también.


El Macondo  que nos detalló Gabriel García Márquez; Alacante, la Ciudad de Cristal de Los Cazadores de Sombra; la Comarca, Rivendell o la Tierra Media que nos relató JRR Tolkien en su saga de El Señor de Los Anillos, son espacios a considerar para soñar con una vida, quizás compartida con alguno de los personajes de estas novelas.  ¡Quizás algo más inhóspito aún como los reinados de los Juegos de Tronos!

Debo mencionar que me sorprendió mucho la selección de uno de los comentaristas de la publicación en donde decía que le gustaría vivir en el purgatorio de la Divina Comedia.
Si por el contrario su lectura predilecta anduvo por la línea de ¨Orgullo y Prejuicio¨ o quizás ¨Sentido y Sensibilidad¨, el mismo país en un período medieval sería su lugar favorito y de paso disfruta tanto de la vida adelantada de la ciudad de ese momento así como de su zona rural y me parece que la cuestión ahí sería más el estilo de vida que la localidad.

Y si por lecturas especiales elegimos lugares especiales, se mencionaron los molinos de viento de la región de La Mancha, la misma del Quijote.   Sigo pensando en aquellos que sienten la curiosidad de espacios como los que se ofrecen en Indonesia, en el marco de la novela REZA, COME, AMA.  No se puede quedar atrás la suntuosidad y el lujo del estilo de vida de Christian Grey, con el mismo personaje incluido, el cual resulta muy atrayente especialmente para muchas mujeres.
Las novelas de Dan Brown son de época actual, pero hacen un recorrido histórico por ciudades hermosas, tratando de encontrar respuestas y resolver misterios, todos elementos atractivos para pensar cómo sería vivir en esos espacios: historia, belleza, misterio, personajes.

Las posibilidades son tan infinitas como libros por leer. Yo al final de cuentas siempre termino pensando en La Toscana, algo que reconfirmé después de leer ¨La Casa del Viento¨, de Tatiana Hardie, un libro que me llevó a una región tanto en el pasado como en el presente, un lugar que he aprendido a amar desde hace algún tiempo, sin dejar a un lado la posibilidad de habitar algún castillo de la campiña francesa, muy cerca de Carcassone y tras los pasos de La Rosa.

Para todos los gustos habrán lugares. El corazón y la lectura te van indicando.  




¿Cual es tu superpoder?

El tema me surgió semanas atrás pero lo había pospuesto y ahora resulta que se puso de moda con el lanzamiento de la película Avengers, lo cual me ha resultado mejor, puesto que he podido escuchar sin tener que preguntar, cuales son los superhéroes preferidos por la gente.
Porque de ahí viene la duda que tenía guardada: 
¿Cuál superpoder elegiría si tuviera la oportunidad de recibirlo?

En algunas ocasiones, sobre todo en situaciones críticas de tránsito en República Dominicana he pesando que me gustaría teletransportarme: cerrar los ojos y pensar el lugar en donde quiero estar y aparecer ahí. Con o sin vehículo. El hecho era salir del tapón en las horas pico.
Quizás para evitar crisis de tapones debería también existir algunas otras formas de movilizarse, un portal, una alfombra mágica, una chimenea como en Harry Potter, alternativas de transporte instantáneo. Al hacer ese comentario una de mis amigas comentó, reflexionando en el tema, que a ella le gustaría tener la habilidad de flash: moverse rápidamente; eso podría ayudar con los desplazamientos. Volar también podría ser una opción y es un superpoder muy conocido y apreciado.
Y sin embargo, mientras hablábamos del tránsito y los tapones, otra de la personas ahí reunidas reaccionó y además evidenció que ella sería algo como HULK, con mucha fuerza y violenta, le estremecieron los tapones.

La invisibilidad puede resultar atractiva, pasar desapercibido, escuchar conversaciones sin ser visto, observar los escenarios, las reacciones, quizás resolver situaciones sin que la gente se de cuenta. ¿Travesuras? También son posibles.
¿Y qué tal aquel que cuando niño quería ser una hormiga? En su mundo imaginario entendía que esa podía ser la mejor manera de escapar, escapar sin ser notado, pequeñito y confundido entre las demás, todas parecidas, todas encaminadas en la misma ruta.
En principio solo he mencionado la posibilidad de un poder a la vez, pero hay personajes de historietas que reúnen varias cualidades a la vez, fuerza, olfato desarrollado, capacidad de autosanarse, huesos de titanio y agilidad, como Wolverine. Eso es lo que le gustaría a Ramón, un combo de posibilidades.

Sin embargo, he visto cómo podemos encontrar gente corriente, normal, que tiene habilidades que superan la fantasía y que además contribuyen a mejorar la calidad de vida de los demás. Me comentaron de un señor en México que tiene la posibilidad de sanar enfermedades terminales como el cáncer, solo con sus manos, como cuando se utiliza Reiki pero con mucha intensidad. Viendo el documental sobre este hombre es como le surgió a Wendy el deseo de poder sanar a las personas, liberarlas del dolor. Pienso que si ella le pone un poquito más de fuerza a ese deseo de su corazón lo puede conseguir, porque la luz que lleva dentro le otorga esa capacidad.

He tenido la oportunidad de conocer personas con un espíritu tan altruista que comparten lo que no tienen para ayudar a que los niños de su barrio puedan tener educación y valores. Entregada en cuerpo y alma, de manera literal, Esperanza ha conseguido que en su barrio, en la zona de Boca Chica, hayan otras opciones que no estén vinculadas al turismo que no tiene controles, a la prostitución, al hurto, creando un conglomerado de niños y jóvenes que desarrollan sus cualidades y capacidades en un ambiente de valores y que han llamado la atención de otras instituciones y organismos internacionales.
Eso es un superpoder.
También he visto personas entregadas con mucho amor y desde temprano frente al fuego de una cocina, preparando comida para alimentar a mucha gente.  El solo hecho de cocinar no le otorga mayor valor que la posibilidad de hacerlo desde la conciencia de saber que muchas personas podrían tener un día más de vida a causa de esa acción.

Las acciones que realizamos a partir de reconocer que podemos ayudar a alguien, aunque sea una sola persona, a levantarse, a encontrar un mejor camino.. y andarlo, son las que nos otorgan los más maravillosos superpoderes.
Y si desde el corazón y sin pensar que lo estamos haciendo, también tendemos la mano, acompañamos, damos una palabra de aliento, un mensaje mágico, una mirada de afecto, un hombro que sirva de sostén, un pedazo de pan, un abrigo, entonces se multiplica la fuerza poderosa que mueve el mundo.

Pensemos en esos superpoderes que tenemos a la mano, sintamos como crece en el pecho y sin mas demora construyamos mejores vidas, las nuestras y las de los que nos rodean.




SEMAFORO PARA LA VIDA


Desde mi terraza tengo la vista de un semáforo cercano.  En las noches en que busco la brisa fresca y la paz que me da este espacio le veo cambiar en sus tonalidades verde, amarillo, rojo.
Absorta en el cambio de luces pensaba en las veces que debemos seguir esas señales para tomar acciones en los diferentes ámbitos de nuestra vida.


De inmediato mi memoria relacionó esta imagen con un Rodizio, restaurante churrasqueria  brasileña.   La forma de servicio en un rodizio es única, pagado tipo buffet, utilizan la modalidad en que los diferentes camareros pasan por las mesas con unos pinchos largos llevando pedazos de la misma carne asada en cada uno de ellos y la ofrecen para cortarla en el plato.  Esto se repite con los distintos cortes de carne hasta que los comensales paralizan la operación.  La forma en que los camareros se detienen es a través de unas fichas de dos colores puestas en cada mesa, verde y rojo, con lo cual se indica si se quiere seguir comiendo más o si por el contrario ya está satisfecho.

La posibilidad de tomar las decisiones cotidianas simplemente utilizando unas tarjetas, solo dos colores, simplificaría mucho la carga emocional que absorbemos al momento de decidir, pero se podría crear un desequilibrio en cuanto al análisis de los componentes envueltos en cada decisión.
El Acertijo (The Riddler) era ese personaje de la serie de Batman que utilizaba un dado con las opciones de SI/NO para tomar decisiones sin importar si se creaba un conflicto o crisis. En sus pensamientos no existian análisis ni se medían consecuencias, simplemente dos opciones, una decisión que tomar.
En cada segundo de nuestras vidas llevamos el peso de las decisiones que debemos tomar, algunas no tienen relevancia, sin embargo asumimos muchas otras que conllevan medir las consecuencias de esas acciones.
¿Qué puede influir a la hora de tomar decisiones? Entiendo que en tanto sean importantes para nosotros las personas a las que pueden afectar, si puede causar malestar, si por el contrario produce satisfacciones, alegrias, eso será importante para actuar.
Por ahí debería ir el peso de nuestras acciones, procurar que el efecto sea el mejor para todos, comenzando por uno mismo y esa es la parte más difícil, pero sobre todo dejarse guiar por el corazón, por ese susurro interno. Siento que internamente tenemos ese semáforo que nos va indicando la respuesta, que nuestro ojo interior a veces no quiere ver los colores o escuchar, pero están ahí, resuenan.

Quiero compartir una idea y hacer una propuesta, voy a hacer el ejercicio de agregarle un poco más de humor a la vida, algo del verde y la risa del Acertijo de Batman, quizás hacer unas fichas tipo rodizio y de vez en cuando y en acciones que no tengan una repercusión trascendental, tomar las decisiones utilizando estas fichas, que la energía que mueve el universo fluya a través de ellas y nos lleve a las mejores decisiones, con diversión y picardía. Solo para agregar felicidad a nuestras vidas.
Ser felices, aunque sea solo para joder.








Y si inventamos una Ucronía

Hace unos meses leí en el blog de un amigo sobre el género literario UCRONIA.  Me pareció de lo más llamativo y motivador y lo dejé en reposo para pensarlo más adelante.

La ucronía es un género literario que consiste en plantear un universo alternativo a partir de un punto histórico de la realidad que conocemos. Dicho de otro modo, un universo ucrónico plantea cómo sería el mundo si el resultado de un determinado evento histórico hubiese sido diferente. Según la RAE: es la Reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder.(Inteligencia Narrativa)
https://www.inteligencianarrativa.com/ucronia/ )

Me motivé con la posibilidad de inventar alguna pero también me quedé con la duda sobre ese hito que tomaría de referencia para hacer el relato. Crear una ficción sobre un posible universo paralelo requiere mucha imaginación y no estoy segura si podría alcanzar esas expectativas.


Y sin embargo también me estaba planteando otro tema que me resulta muy atractivo y podía servir de enlace con lo anterior: lo mítico, personajes sobrenaturales, fantasiosos.  Una vez, dentro de los muchos libros adquiridos, le compré a mi hijo más pequeño Las Crónicas del Reino de la Fantasía de Gerónimo Stilton como lectura infantil pero confieso que en realidad era yo quien estaba interesada en leerlas. Recuerdo que nos íbamos a la librería los domingos en la mañana, a hojear libros, leer algunas historias breves y comprar otras y pasaba más tiempo en el área infantil y no solamente por ellos, yo también dejaba volar mi espíritu infantil y lleno de magia y fantasía.

Volviendo a la Ucronía, ya hay muchas historias y películas inventadas a partir de un posible suceso histórico y enlazándolo a las Crónicas del Reino de la Fantasía, estas inician, además de identificar a  los personajes, que eran elfos en su mayoría con el nombre de una estrella a la que representaban y guardaban en su frente esa luz, contando sobre los viajes largos que había que realizar a veces montados sobre dragones.  
¿Y si aparte de los dragones agregamos la convivencia con los Dinosaurios?  No me imagino la forma en que podrían ser domesticados o por lo menos convencidos para sostener una vinculación y servir a ciertos propósitos, excepto cuando de niña veía en la televisión a Los Picapiedras.
Me pregunto ¿Sería la idea de los muñequitos de Los Picapiedras considerados como una ucronía?
En definitiva en el guión no se extinguieron los dinosaurios, se integraron a la vida cotidiana y  se fueron modernizando en el sentido práctico a partir de los recursos compartidos.
Más o menos digo yo.
Otra modalidad de la ucronía nos invita a eliminar un personaje histórico trascendente y crear la historia desde esa perspectiva.  De inmediato se piensa en Hitler y la utópica idea de creer que podemos rescatar el mundo y evitar la guerra y la masacre de los judíos borrando su imagen de la historia.
¿Y si nos vamos a la Biblia y eliminamos, por ejemplo, a Judas y su beso traidor? ¿En verdad hubiésemos evitado que Jesús fuera juzgado, maltratado, acusado y sacrificado? ¿No estaríamos perdiendo a través de la proyección creativa de esta posibilidad, el concepto planteado por Jesús de morir para que nuestros pecados sean redimidos y darnos una lección de fe, de entrega y amor?

La idea de alterar la realidad a partir de cambiar elementos históricos, aun sea utilizando la ficción a través del concepto de una ucronía, también ha sido un tema utilizado en películas y series.  Existen más de una docena, pensando de manera muy vaga, las películas que presentan las consecuencias de ir al pasado y cambiar una realidad que luego tiene sus repercusiones en el futuro, sin embargo de esto no se trata la ucronía, se trata de crear una nueva realidad cambiando elementos del pasado.

Enfrentar este dilema terminó siendo sobrecogedor para mi.  A la mente le resulta difícil acomodar sus ideas a posibilidades que no ha tenido contempladas, a realidades que son diferentes a aquellas que hemos aprendido a través de libros o relatos y que chocan con conceptos pre-establecidos en el cerebro. Solo aprobamos lo que podemos ver o tocar o que nos han enseñado como una realidad insustituible.
Al final de cuentas me convenzo de que crear una ucronía requiere que establezca varias sesiones de terapia psicológica para bloquear patrones mentales que podrían limitar mi creatividad para entonces dar riendas sueltas a la imaginación y poder mostrar ideas nuevas.
Quizás entre mis amistades aparezca alguien que pueda desarrollar este concepto y comparta conmigo ese despliegue de creatividad y juntos podamos cerrar los ojos y soñar.


SABOREANDO RECUERDOS

Uno va dejando muchas cosas guardadas en el celular, sobre todo imágenes que quizás no utilizaremos pero que nos gustan, y se va llenando la memoria del mismo y como corresponde hay que empezar a borrar fotos y videos para recuperar espacio. 
Así fue como encontré una captura que hice hace un tiempo sobre una publicación.  Tenía un propósito, conservar los nombres de los vinos mencionados, pero al verla mis pensamientos se detuvieron en recordar otras escenas de una de mis películas favoritas, Ratatouille.

He hecho ratatouille en casa y ciertamente ha gustado mucho, pero lo mejor sobre evocar el plato es recordar el momento en que Antón Ego, el crítico culinario, se remonta a su niñez en el instante que saborea la combinación de vegetales de ese plato.
Los recuerdos placenteros de la niñez normalmente están vinculados a una travesura o a una comida. Hasta nos permiten sentir olores y ambientes en donde vivimos esos momentos.

Tenía la intención de escribir muy descriptivamente sobre esos alimentos que hemos dejado de tener en nuestro menú cotidiano pero que inmediatamente los vemos o escuchamos mencionarlos nos transportan a nuestra infancia, sin embargo se me ocurrió primero hacer una consulta en algunos grupos de chat de amigos cercanos y me ha fascinado la forma en que han respondido.  Creo que con esa consulta alcancé el objetivo de lograr que quienes leen lo que se me ocurre escribir puedan sentir y disfrutar también lo que estoy describiendo, porque cada respuesta estuvo cargada de ímpetu, de placer, de añoranza.  

Y me parece que muchos coincidimos.  Hubo varias personas que recordaron cuanto les gustaba la gelatina, a mi particularmente la de color rojo, no importaba si era fresa o frambuesa.  El locrio de pollo o cerdo fue todo un éxito de sincronía, así como el gofio del que no me acordaba. Ya no se menciona, pero la malta morena, principalmente con leche condensada, era la favorita de una generación y como opción para los que podían acceder a ella, la chocorica.

En su mayoría la referencia fue a dulces o alimentos de desayuno o cena: Cocoa, Café con leche recién hervida acompañado de pan de agua, avena, harina de negrito, yaniqueques y algunos hechos por personas en específico porque no todo el mundo los hace así de buenos, el pan con mantequilla de nata de leche o simplemente pan sobao con mantequilla; arroz con leche para cenar, no como postre y la mazolemba (una especie de harina.  No estoy segura si se escribe de esa forma) que se preparaba principalmente en Palenque 
También el morisoñando y el jugo de ¨china¨ recién exprimido, así como el mabí de limón de doña Ramona. Y de los dulces me encontré con el triangulito de leche condensada, muy popular por lo práctico y asequible de precio, el conconete con refresco rojo, porque la combinación era lo que hacía especial ese postre, los ¨bolones¨, el jalao y la cocaleca que todavía mantienen su consumo y popularidad. Uno muy peculiar fue el que combinaba el pan de agua con el dulce de coco tierno. 

La habichuelas con dulce estaban entre las menciones, pero puedo deducir que quien la recuerda de su niñez mantiene a flor de piel el niño interno, porque es un postre que se consume con frecuencia, especialmente en época de Cuaresma.

Tengo un amigo que añoraba la compota de frutas y me parece que se fue muy al principio de sus recuerdos de infancia. 

Las amigas de colegio recordaron con mucho placer el bizcocho ¨borracho¨ que solo se podía comprar a escondidas y a la salida porque los padres no aceptaban que uno comiera esos dulces y mucho menos a esa hora. Ahora lo han refinado y le llaman Red Velvet.
Otro recuerdo colectivo fue el de las pizzitas y los pastelitos que también se compraban a la salida del colegio, en la Panadería y Repostería Villalona. Había olvidado que realmente eran sabrosos.

Porque debo aclarar que algunos recuerdos de alimentos vienen con etiqueta de especificidad sobre las personas que los preparaban o el lugar donde se conseguían: 

  • Los helados de Elena, de coco, leche y fresa.
  • Las toronjas rojas de Vizcaíno (padre) y los dulces de cajuil de Alicia la de Don Marco Pérez.
  • Las arepas que vendía Cadete el de Pedrito Pérez y el pan de batatas. 
  • Los mangos de Isidro el abuelo de Fernando el Loco. 
  • Helados de potecitos que vendían en el colmado de Carmito y Elena.
  • El dulce de coco de Bonilla. 
Otros vienen con marcas y formas muy particulares o en combinaciones que de no ser así no evocan la niñez: La leche Bambi, el pan con formas peculiares al igual que las galleticas que fueron endilgadas a las monjas, los caramelos que traían premios, no sé si por el caramelo o por la emoción de descubrir qué nos podíamos ganar.
Otros amigos son muy peculiares en su memoria culinaria. Me encontré con un pan ¨de cuatro tetas¨ preparado con aguacate y tomate y otro amigo que prefería arroz con huevo a las 11 de la noche. 
De las pocas cosas que me atraía comer, porque siendo niña mi gusto por la comida era muy limitado, estaba el repollo rayado, sin sazonar. Me lo encontraba un poco dulce y eso me agradaba. Nunca se me hubiera ocurrido que las berenjenas o los guandules secos podrían ser un recuerdo de alimentos de la niñez, tampoco los chulitos, ni el cocido o los bollos de harina con coco, los cuales se preparaban en mi casa pero definitivamente no me atraían.  Quizás la sopa boba que tanto le encanta a mi prima, pero sin mucho afán.

La experiencia de ver mencionar todos esos alimentos fue muy agradable, pero mejor aún, el entusiasmo con el que se hacía alusión a cada uno de ellos y la alegría de momentos de infancia vividos y vinculados a esos recuerdos.  Muchas cosas son difíciles de rescatar, ya no se preparan, ya no se venden, ya no están, pero entiendo que otras las estaremos ubicando, elaborando, rememorando, para traer la felicidad que nos brindaron esos recuerdos a nuestras vidas.



MOMENTOS HISTORICOS

 "Los días históricos se ven normales cuando los vives desde dentro"    Albus Dumbledore. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlo...